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Cómo "vacunar" a nuestros hijos contra el SIDA
Se ha querido superar el SIDA controlando los efectos, en vez de evitar sus causas.


Por: Pedro Castañera | Fuente: Catholic.net




La década de los sesenta fue interesante en el sentido de que el hombre por fin conquistó la Luna, vinieron las computadoras y la electrónica vino a revolucionar todo el mundo. Pero otra de las cosas que se dieron como una novedad fue la llamada "revolución sexual" que se propuso la tarea de echar por tierra viejos "tabúes" acerca de este tema, hasta llegar al extremo que hoy estamos viviendo. Si en el pasado no se hablaba de la sexualidad y se tenía que aprender las cosas a escondidas y muchas veces deformadas, hoy se tiene acceso a toda clase de información.

Hoy en día, la educación sexual se ve como tal en las escuelas, pero se refiere casi siempre, única y exclusivamente a cuestiones fisiológicas, y pocas veces se orienta o se educa.

Por otro lado, la invasión de los medios masivos de comunicación, principalmente la prensa y la televisión, en donde el tema de la sexualidad es presentado de la manera más brutal y desviada.

El libertinaje sexual facilitado por los anticonceptivos y los preservativos han dado por resultado que el 51% de los niños que nacen en México, sean hijos fuera del matrimonio, a esto se debe la explosión demográfica y no a la familia bien constituida. Así como también los embarazos que corresponden a adolescentes, ascienden a una cifra entre 200,000 a 400,000 al año.

La Organización Mundial de la Salud, afirma que CADA DÍA se producen 910,000 embarazos en el mundo, 365,000 contagios de enfermedades sexuales, 150,000 abortos y 500 muertes de mujeres que lo practicaron. Y por supuesto que en cuestión de estadísticas podríamos ampliar mucho más el tema, pero lo importante aquí es hacernos la pregunta: ¿está la juventud y la niñez, o sea nuestros hijos, preparada para el mundo que le toca vivir?

Una de las consecuencias de estos desórdenes que nos están tocando vivir actualmente es el SIDA, el precio que se ha cobrado la naturaleza al ser humano, por haber violado impunemente sus leyes.

Es de todos conocido que la naturaleza es obra de Dios, obedece a leyes específicas y cobra siempre los excesos que en contra de ella se cometen; y dentro de estas leyes se encuentran los abusos sexuales, que provocan un doble efecto negativo, pues no solamente involucran nuestro cuerpo, sino que, por ser pecados, dañan el alma, privándola de la vida de la gracia.

En los últimos 15 años han muerto 6 millones de personas en el mundo a causa de esta tremenda enfermedad, la mayor parte de ellas entre 18 y 35 años de edad. Actualmente se calcula que hay 28 millones de "cero positivos" vivos en el mundo y su expansión crece a ritmos acelerados, sobre todo en los países en vías de desarrollo.

La Iglesia ante el SIDA

Para comprender la posición de la Iglesia ante este problema hay que tomar antes en consideración la visión que se tiene del hombre y de la vida humana. Quien piensa del hombre y de la vida en términos materialistas, necesariamente propondrá medios que no rebasen este nivel.

No todos los medios que se proponen hoy en día son moralmente lícitos. El SIDA, no es una simple epidemia y no podemos negar que es ante todo un problema moral.

Se ha querido superar el SIDA controlando los efectos en vez de las causas.

Evidentemente la causa de esta enfermedad, no es la falta de preservativos, sino el exceso de promiscuidad.

La fórmula perfecta para el "sexo seguro" no es nada nueva, sino todo lo contrario; desde siempre dijo Dios: "No fornicarás" y "No desearás la mujer de tu prójimo". Todo esto es igual a CASTIDAD PREMATRIMONIAL Y FIDELIDAD CONYUGAL.

Sombras en la educación sexual:

a) Visión banal de la sexualidad. La genitalidad es tan sólo parte de la sexualidad. El maravilloso don de Dios se convierte en pecado y pornografía. La actividad sexual se toma como un mero juego, como un pasatiempo.

"El que no se hace espiritual hasta en su carne, se hará carnal hasta en su espíritu" (San Agustín)

b) Separación de la persona y la sexualidad. Hoy en día el sexo es un simple objeto de placer y ausencia de signo de donación entre los esposos. Cuando desaparece el sentido y el significado del amor y del don de sí en la sexualidad, se acaba cayendo en "una civilización de las cosas y no de las personas; una civilización en la que las personas se usan como si fueran cosas. En el contexto de la civilización del placer, la mujer puede llegar a ser un objeto para los hombres y los hijos un obstáculo para los padres". (Juan Pablo II, Carta a las Familias).

c) Modelos materialistas de sexualidad:

* Los propuestos por nuestra sociedad actual, en la que el hombre ya no es un proyecto de Dios, sino un ser autónomo que se autodestruye en la línea del hedonismo, del consumismo y del poder.

* En los medios de comunicación para nadie es desconocido el cómo la sexualidad se está distorsionando gracias a éstos, y está cayendo en pura exhibición de comportamientos sexuales alejados de la realidad. Este factor se constituye además en fuente de modelos de amor humano, mutilando y desfigurando el verdadero sentido de este amor.

* Los ejemplos nocivos dentro del hogar. Es de todos sabido que es en el hogar muchas veces, donde los hijos no están recibiendo la verdadera imagen y los auténticos contenidos del amor que debe existir entre un hombre y una mujer; por ejemplo, el machismo, el permitirse la pornografía a los papás, pues son cuestiones de "adultos solamente", etc.

* Estos mismos ejemplos de un mal manejo de la sexualidad en el hogar, son también causa de problemas de maternidad prematura entre adolescentes.

¿Cómo “ vacunar” moralmente a nuestros hijos, contra estos ataques de la sociedad?

El sexo y el SIDA, no son los únicos problemas que enfrenta la humanidad, pero probablemente sí sean en los que más injerencia tenemos nosotros como padres de familia.

Después de analizar estos temas probablemente nos estemos haciendo la pregunta de ¿qué mundo les va a tocar vivir a nuestros hijos? Y la verdad, si queremos llegar a alguna conclusión que nos haga crecer, la pregunta debería de ser ¿Qué hijos le voy a dejar a este mundo?

En la carta"La familia educadora en la sexualidad", de Mons. Rivera Carrera, aunque se refiere a la sexualidad, creemos que los caminos que ahí marca, se aplican a la educación general para los hijos:

a) La formación de los padres.
Por supuesto, ésta es nuestra primera tarea. Tenemos que tomar en cuenta que no sólo se refiere a la cuestión información de métodos y funciones, sino que debemos seguirnos formando en cuanto a valores, principios, virtudes. Algo muy importante es estar siempre al pendiente del ambiente social que rodea a nuestros hijos, así como de los medios de comunicación, para que no acaben por deformar el concepto del amor humano que se va formando en nuestros hijos.

Impulsarlos siempre a practicar un deporte, un hobbie, etc.

b) El acompañamiento a los hijos. Es importante acompañar a nuestros hijos en cada etapa de su crecimiento, prestando especial atención a cada una de ellas, dándoles confianza, hablándoles siempre con la verdad y estando siempre un paso adelante de lo que ellos necesitan; con mucho amor, pero siempre vigilando, saber quiénes son sus amigos, ayudándoles a ponerse metas, fortaleciendo sus ideales, etc.

c) Enseñarlos a distinguir entre el bien y el mal:

*Empezando por la formación de su CONCIENCIA.

*Formar su VOLUNTAD, por supuesto que será una de las mejores armas que podamos regalar a nuestros hijos, para defenderse de situaciones en las que pongan en peligro su integridad como seres humanos, como creaturas de Dios.

* La moral Católica no está obsoleta, ni los 10 Mandamiento pasados de moda. Es importante que nuestros hijos conozcan su religión; la Sagrada Escritura, a través de la enseñanza del magisterio auténtico de la Iglesia; el Nuevo Catecismo. Por supuesto, es elemental aquí tu testimonio, tu amor a la Santísima Virgen, a San José; llevar una auténtica vida de sacramentos, etc.

* Cultivar las virtudes morales para que proporcionen a nuestros hijos facilidad, dominio y gozo de llevar una vida éticamente buena. Dentro de estas virtudes morales humanas, hay cuatro que desempeñan un papel fundamental. Por eso se llaman "cardinales", todas las demás se agrupan en torno a ellas:PRUDENCIA, JUSTICIA, FORTALEZA Y TEMPLANZA.

Dice Mons. Rivera Carrera: "Nunca tengan los padres de familia miedo de que sus hijos vayan a considerarlos menos por el hecho de que mantengan con rectitud los criterios de la Iglesia Católica. Al contrario, si hay algo que un hijo aprecia en sus padres, es, más que la condescendencia cobarde, la coherencia con los propios principios".

Es muy interesante que consultes: Prevenir el Sida ¿Cuál es el método recomendado?

Otro Tema Controvertido de interés: Mi esposo tiene SIDA, ¿puede usar preservativo?
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