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Decimoquinto Domingo del Año - Año C

Decimoquinto Domingo del Año - Año C
La parábola del buen samaritano me sugiere hablar de dos ideas: de los malos ejemplos de los sacerdotes y de los buenos ejemplos de los ateos.


Por: P. Jorge Loring, S.I |




Parábola del buen samaritano.


1.- La parábola del buen samaritano me sugiere hablar de dos ideas: de los malos ejemplos de los sacerdotes y de los buenos ejemplos de los ateos.

2.- En la parábola se nos narra que un sacerdote al ver al herido dio un rodeo para no verse forzado a atender al herido. Esto está mal.

3.- Hoy también hay sacerdotes que dan mal ejemplo.

4.-Pero es una injusticia generalizar. Es lamentable que haya sacerdotes que dan mal ejemplo, pero esto no tiene solución dada la fragilidad humana.

5.- Pero es injusto que los medios de comunicación propalen estos casos excepcionales e ignoren la cantidad de sacerdotes ejemplares que son bienhechores de la humanidad.

6.- A veces parecemos escarabajos peloteros que sólo nos interesa acumular estiércol. ¿Por qué no imitamos los ejemplos de tantos sacerdotes que han consagrado su vida a hacer el bien?

7.- Otra idea de esta parábola es que a veces nos dan buen ejemplo los que no son de los nuestros. Cristo puso la conducta ejemplar de un samaritano; y los samaritanos eran unos herejes para los judíos.Pero Jesús alaba su conducta: «Haz tú lo mismo».

8.- Qué duda cabe que a veces vemos personas ejemplares que no son católicas. Debemos imitar esos buenos ejemplos, pero no equivocarnos. La filantropía es una cosa buena, pero si el bien se hace por amor a Dios es mucho mejor.







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