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Ningun adulto puede salvarse si no hay actos de fe

Ningun adulto puede salvarse si no hay actos de fe
La fe es como un sexto sentido que nos ayuda a un superior conocimiento de Dios. Quien no tiene fe, no se lo puede explicar.


Por: P. Jorge Loring | Fuente: Para Salvarte



5. Ningún adulto puede salvarse si no hace actos de fe. «Dios no puede dar al hombre adulto responsable el don de su amistad sobrenatural, sino cuando el hombre la acepta previa y libremente»67 .

Si sabes el «Credo» de memoria, es un magnífico acto de fe. El Credo lo tienes en los Apéndices. Si no lo sabes, aquí te pongo un acto de fe muy breve; pero debe decirse con toda convicción.

«Creo que Dios existe. Creo que Dios nos dará después de la muerte lo que merezcamos con nuestras obras en esta vida68. Creo que hay un solo Dios verdadero en tres Personas distintas. Creo que estas tres Personas son: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creo que Dios se hizo Hombre y murió en una cruz para salvarnos».

Y si lo quieres en dos líneas:
«Creo firmemente en todo lo que la Iglesia dice debemos creer, porque Dios lo ha revelado»69 .

Para fortificar nuestra fe, deberíamos hacer actos de fe de cuando en cuando, sobre todo en la hora de la muerte

La fe es como un sexto sentido que nos ayuda a un superior conocimiento de Dios. Quien no tiene fe, no se lo puede explicar.

Como una planta no puede explicarse la música, porque no capta nada.

6. La fe no se puede demostrar con argumentos, pues es un don, no una ciencia. Pero pueden darse razones de su credibilidad.

La fe supera la razón, pero no la destruye. El motivo de creer no son las razones filosófico-científicas de las verdades reveladas, sino la autoridad de Dios que las ha revelado.

Esas razones ayudan a ver que la fe es razonable, pero no son el motivo principal de la fe (Ver nº 3). Podemos saber que Dios nos ha hablado, y por tanto tenemos obligación de creer lo que Él nos ha dicho70 .

«Estimemos sobre todas las cosas el don divino de la fe; procuremos conservarla con la oración y el estudio, hacerla conocer y amar por los demás, defenderla si es atacada, y pedir a Dios que sea conocida y aceptada por los incrédulos y los infieles.

Al mismo tiempo debemos evitar todo aquello que pueda ponernos en peligro de perderla.

»Los que descuidan su instrucción religiosa, los que escuchan voluntariamente a los que la atacan, o leen libros o periódicos contra la fe, los soberbios y los impuros se ponen en peligro de llegar a perder este don divino»71 .

No es lícito negar la fe, ni de palabra, ni de obra, portándose como si se profesara otra religión no católica, ni siquiera con peligro de la vida72 .


7. Si alguna vez oyes una dificultad contra la Religión Católica y no sabes resolverla, no te alarmes por eso.

Es imposible que tengas a mano los conocimientos necesarios para resolver todas las dificultades, y para demostrar que la tal dificultad es muchas veces un sofisma, un engaño, un falsear la verdadera realidad de las cosas. Pero no por eso debes darte por vencido.

Acude a una persona que entienda de Religión y pueda resolvértela. Ten la seguridad de que todas las «pegas» contra la Religión tienen su solución, aunque tú no la conozcas.

Es más, han sido solucionadas ya muchas veces; pues los enemigos de la Iglesia siempre están repitiendo las mismas cosas, y no se dan por enterados de las soluciones que ya se han dado.

Acerca de los que tienen dificultades contra la Religión hay que tener en cuenta que algunos preguntan para aprender (desean encontrar soluciones a sus dificultades), pero otros preguntan para atacar, y desearían que sus preguntas no tuvieran respuesta, para así tener una excusa al sacudirse de encima el cristianismo porque les estorba73 .

«La razón por la cual tantos han perdido la fe es porque no la conocen o la conocen mal, que es peor aún. (...) Porque toman las dificultades por argumentos»74

Para instruirse en Religión es muy conveniente oír conferencias religiosas y leer libros de formación religiosa. Todos debemos preocuparnos de tener una formación religiosa proporcionada a nuestro estado y a nuestra cultura humana y profesional. Al final del libro tienes una lista de libros provechosos.

«La fe hay que alimentarla y fortalecerla con lecturas, conferencias, oración, etc. Si no, puede debilitarse y hasta perderse»75 .

Cuando en un grupo se entabla una discusión de Religión, verás que, generalmente, los que llevan la voz cantante son los que menos saben de Religión, pero que su ignorancia los hace tremendamente audaces. A éstos es difícil convencerles, porque su amor propio rechazará los mejores argumentos.

Pero si en el corro hay gente de buena voluntad, a quienes crees que tu solución puede ser provechosa y disipar errores, expón tu pensamiento con calma y con vista.

Te será además útil pasar a la ofensiva, descubriendo la ignorancia religiosa del que disparata. Con todo, has de procurar no ofender a nadie, si no es necesario. Pero sé fuerte si alguno tiene positivamente mala fe y quiere propagar el mal. Ataca su error aunque se ofenda.

Si alguien toma el arma del ridículo contra la Religión, tómalo tú también para defenderla. Es muy importante que consigas que los que se están riendo en el grupo se pongan de tu parte.

Si no te sientes con fuerza para dominar el grupo, has de saber que, después, en particular, te será mucho más fácil hacerles bien, y encontrarás razonables a muchos que en el grupo parecían fanfarrones.

En las discusiones de religión con descreídos suelen presentarse los siguientes pasos:
Primero el descreído empieza con aires de superioridad, como si los católicos fuéramos unos ignorantes.

Cuando se las da las razones de nuestra fe, entonces empiezan a contar historias de malos sacerdotes.

Cuando se les refuta sus generalizaciones con historias de sacerdotes ejemplares y de santos, entonces se nos dice que somos unos soberbios por creernos en posesión de la verdad. Y se quedan atónitos ante nuestra respuesta:

-¡Efectivamente! Así es. Porque si no estuviera seguro de la verdad de la Iglesia Católica, no sería un católico convencido76.


8. Es también pecado grave contra este mandamiento escribir, leer, tener, prestar o vender libros y escritos contra la Religión, pertenecer a sociedades irreligiosas: masonería, espiritismo , o partidos políticos de ideología marxista, pues el marxismo es esencialmente ateo77 .

Y también el tentar a Dios78 , poniendo a prueba, con hechos o con palabras, alguno de sus atributos, dudando de su existencia o queriéndole obligar a que intervenga extraordinariamente en algún caso79 : por ejemplo, diciendo «si mañana llueve, es señal de que puedo vengarme de fulano y matarlo».

También es tentar a Dios el exponerte sin necesidad a algún grave peligro de la vida, esperando que Dios te librará de él. Si este peligro fuera sólo leve, el pecado sería sólo venial.

Peca también contra este mandamiento el que se anima a pecar precisamente porque Dios es misericordioso. Esto es «un pecado gravísimo contra el Espíritu Santo, porque supone un grave desprecio de la gracia de Dios»80 .

Además entra en este mandamiento el pecado de presunción, que es la temeraria confianza de obtener la salvación del alma sin poner los medios81 . Pecan de presunción los que esperan la gloria sin hacer ellos mérito ninguno; el perdón sin preocuparse de arrepentirse; la salvación eterna, andando fuera del camino de Dios.


9. No debe pasarse el día en que no reces algo. Al menos las tres Avemarías al acostarte, que son prenda de salvación eterna.

También podrías hacer el siguiente examen:
«Señor, creo que estás aquí presente. Te ruego me ayudes a examinar mi conciencia.

1.- ¿Qué obras buenas he hecho? (Pensar un minuto)
Gracias Señor porque me has ayudado.

2.- ¿Qué faltas he cometido?(Pensar un minuto)
a. Contigo: respeto, rezos, olvidado de Ti.
b. Con los demás: rencoroso,egoísta, servicial, amable, buen ejemplo, criticón.
c. Conmigo mismo:
a´)deber: obediencia, trabajo. ¿Todo bien hecho?
b´) pureza: miradas, deseos, palabras, obras.
c´) genio: iracundo, chinche.
Perdóname, Señor. Me pesa haberte ofendido. Para repararte te prometo...

3.- ¿Qué cosas buenas he dejado de hacer? (Pensar un minuto).

¿Han sido mis pensamientos, palabras y obras las propias de una persona que aspira a la santidad?

Te prometo, Señor, no perder otra vez la ocasión de hacer el bien.

Señor, a pesar de todo, te quiero y te prometo ser mejor. Madre mía, ayúdame».
(Tres Avemarías)



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    67 CÁNDIDO POZO, S.I.: La fe, VI. EDAPOR. Madrid, 1986
    68 Carta a los Hebreos: 11:6
    69 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica nº 1842
    70 M. GONZÁLEZ GIL, S.I.: Cristo, misterio de Dios, 4ª, XXVI, 1. Ed. BAC. Madrid,1976.
    71 Catecismo: Texto Nacional, Tercer Grado, 39, a. Madrid, 1962.
    72 Nuevo Código de Derecho Canónico, nº 1325
    73 JUAN LÓPEZ PEDRAZ,S.I.: Cristianos en busca de respuestas,XIII,18.Ed.Sal Terrae.Santander
    74 ANTONIO GARCÍA FIGAR, O.P.: Matrimonio y familia, XIII, 8. Ed. FAX. Madrid.
    75 RAFAEL BOHIGUES, S.I.: Escuela de oración, V, 9. Ed. PPC. Madrid. 1979.
    76 M. BERNABÉ IBÁÑEZ: El Evangelio olvidado, VI. Ed. P.P.C. Madrid. 1987.
    77 Acta Apostolicae Sedis: 2-VII-49, pg. 334
    78 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica nº 2119
    79 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología Moral para seglares, 1º,2ª, I, nº369. Ed. BAC. Madrid
    80 ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.: Teología Moral para seglares,1º,2ª,I,nº317,2º.Ed.BAC.Madrid
    81 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología Moral para seglares, 1º, 2ª, I, nº316. Ed. BAC. Madrid








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