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En el aniversario de bodas
Los problemas llegan, con culpa o sin culpa, pero que “la confianza en Dios los suaviza y los convierte en algo útil para una vida mejor”


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net



El padre abad estaba casi tan emocionado como aquellos esposos. Despu?del evangelio, dedic? homil?a la pareja.

«Hoy es un d?especial. Para vosotros, que cumpl?25 a?de casados. Para vuestros hijos, que os dan las gracias por ser fieles a vuestro amor. Para la parroquia, al encontraros nuevamente aqu?en familia de fe y en familia de sangre. Para m?que os he podido conocer y acompa?un poco durante estos a? Y para Dios, que os quiere como hijos y que os bendice como esposos.

Miramos al pasado. Seguramente habr? recordado el d?de vuestro encuentro. No s?i entonces se produjo el famoso flechazo o si tuvo que pasar algo de tiempo para llegar al inicio de esa experiencia tan humana y tan hermosa, cuando se vive desde Dios, que es el enamoramiento. Pero fue ese momento el punto de partida de una aventura que ha durado por muchos a?y que todav?os mantiene unidos, con esa felicidad que viene de Dios y que cultiv? cada d?

Dicen que el amor es ciego. Un autor moderno, Andr?rossard, se rebel?ntra esas palabras. Seg?l, el amor es lo ?o “que ve bien: descubre bellezas donde nada ven otros”. As?curri? vuestras vidas: un d?t?anuel, viste algo especial en Sof? Y t?of? abriste los ojos del alma para ver en Manuel una riqueza que te fascin?r>
Desde ese amor disteis el paso al noviazgo. Seguramente hubo momentos de duda, de miedo, de ansiedad. Llegar a un compromiso que implica el “para toda la vida” asusta, sobre todo en nuestro tiempo. ¿No hay tantos que dicen que no existe el amor aut?ico? ¿No vemos a nuestro alrededor tantas infidelidades y fracasos? ¿No sentimos pena al ver c?muchos prefieren vivir juntos por un tiempo de prueba para luego iniciar nuevas aventuras, si la “experiencia” no hab?“funcionado”?

Vosotros, sin embargo, os lanzasteis a la aventura del amor. Lleg? d?de la boda, y aunque no estuve presente me imagino vuestros miedos y vuestras emociones. Iniciaba una nueva etapa. Antes viv?s en vuestros hogares, con una cierta independencia y bajo la protecci?e vuestros respectivos padres. Desde aquel momento comenzasteis a vivir en un nuevo hogar y os comprometisteis a llevarlo adelante, con mucha confianza en Dios y con no pocas sorpresas.

¿Que ha habido dificultades en estos a? Ciertamente. Las conoc? vosotros mejor que yo. Pero tambi? ¡cu?as alegr? y cu?as esperanzas! Sobre todo porque mantuvisteis encendida la l?ara de la fe y os dejasteis guiar por un Dios que ama a sus hijos como Padre.

Luego, la alegr?de los hijos. ¡Qu?endici?erlos llegar uno tras otro! El mundo de hoy mira con recelo a las parejas que tienen muchos hijos. En vuestro caso, os abristeis a Dios y, desde vuestro amor, ahora sois padres de seis j?es. Hoy est?aqu? os dicen, simplemente, ¡gracias por amaros y por amarles!

Hace a?un obispo italiano explicaba lo que significa nacer en un hogar donde el amor es lo primero. Imaginaba a un ni?ue preguntaba a su padre: pap?¿por qu?e has dado la vida? Y el padre respond? porque amaba a tu madre.

As?a sido en vuestras vidas. Porque os hab? amado, aqu?st? felices y llenos de esperanza, vuestros hijos. Y pronto, por lo que veo, vais a ser abuelos...

Hoy mir? al pasado con gratitud. Not? la presencia de Dios en tantos momentos. Tambi?cuando llegaron los problemas, las tensiones, las dudas. ¿Qu?areja vive un amor perfecto? ¿Es que no existen las dificultades? Pero desde la fe hab? podido atravesar tantas tormentas y salir adelante.

Vale para vosotros el texto con el que concluye Alessandro Manzoni su famosa novela “Los novios”. Al final de la misma, cuando ya los protagonistas est?casados y viven felices con muchos hijos, descubren que los problemas llegan, con culpa o sin culpa, pero que “la confianza en Dios los suaviza y los convierte en algo ? para una vida mejor”. As?o habr? experimentado tantas veces en estos 25 a?

Ahora mir? al presente y al futuro. No s?u?aya a ocurrir entre vosotros. La vida encierra mil misterios. Pero estoy seguro de que si conserv? fresco el amor y permit?a Cristo estar a vuestro lado, no s?superar? las tormentas, sino que aumentar? la alegr?de vivir enamorados.

Eso es lo que os deseo en este d?de aniversario. Que Dios os bendiga mucho y que la Virgen os acompa?n los pr?os meses y a? hasta que llegue (si as?o quiere el Se? el d?de vuestras bodas de oro. No s?i estar?resente para entonces... pero contad con mis pobres oraciones y con el apoyo de todos los que en esta parroquia os queremos como amigos y como hermanos».







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