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Centesimus Annus, esquema de reflexión
Las novedades de la Rerum Novarum eran los adelantos de la revolución industrial y las ansias de más progreso material no obstante que se daban efectos secundarios de pobreza, miseria en las masas trabajadoras con perdida de valores (1991, Juan Pablo II)


Por: P. Manuel Loza Macías | Fuente: www.usem.org.mx



CENTESIMUS ANNUS.
SS. Juan Pablo II
1 de mayo de 1991.



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VER.
Las novedades de la Rerum Novarum eran los adelantos de la revolución industrial y las ansias de más progreso material no obstante que se daban efectos secundarios de pobreza, miseria en las masas trabajadoras con perdida de valores morales y religiosos.

Hace sin años se dio la ilusión del socialismo, cuyo fracaso previo León XIII pues al negar la propiedad privada suponía un concepto erróneo de la persona humana: material y espiritual, su triple dimensión (Dios, su prójimo y ella misma) , su elevación al orden natural y el desorden dejado por el pecado original.

En muchos países se aplico el socialismo real y en otros un estatismo más o menos fuerte: con mengua de los derechos humanos.

Faltó la solidaridad y vinieron las guerras de 1914 a 1945, la guerra fría, los grupos extremistas, el consumismo, liberalismos nuevos y regímenes de seguridad nacional.

En 1989: caen dictaduras en A.l, Asía, África mientras que en Europa se va a las economías de mercado.

Factores del cambio: violación de los derechos humanos llevó a los hombres a tomar conciencia de sí y de su solidaridad que contagió a otros, a un a sus adversarios; la ineficiencia del sistema económico por coartar la libertad y la propiedad; y el vacío espiritual dejado por el ateísmo.

JUZGAR.
I. La Doctrina Social de la Iglesia es un instrumento de evangelización y bajo esa perspectiva se ocupa de los derechos humanos, de la familia, de la educación, del Estado, de la sociedad universal, de la economía, de la cultura, de la guerra y de la paz.

II. Siempre ha defendido la propiedad privada como un medio para que se logre el destino universal, de los bienes. (Función social)

III. Además de la propiedad de la tierra y capital (trabajo acumulado), la propiedad del conocimiento, la técnica y el saber, también con hipoteca social.

IV. La economía sí se dirige por leyes económicas trae aspectos sociales negativos: marginación de los inadaptados, opresión de los débiles, desarraigo de los campesinos, humillante dependencia de quien carece de conocimiento y saber ya que el mercado sólo mira a las necesidades solventables, y sólo compiten en él los más fuertes.

V. El Estado es un medio para que las actividades espirituales y materiales se aúnen para el Bien Común. El marxismo es totalitario por el concepto erróneo de las persona y de su tendencia dependiente de Dios.

VI. La democracia es apreciable por cuanto asegure la participación de los ciudadanos, ya que estos reciben de Dios el poder y lo transfieren para su ejercicio al Estado. Por tanto, el agnosticismo y el relativismo escéptico como fundamento de la democracia es rechazada ya que lleva al totalitarismo. El fanatismo también es rechazable por imponer a los demás su verdad. El cristianismo afirma su verdad, pero respeta la de otros.

VII. En economía el estado debe de dar seguridad de los derechos naturales, vigilarlos y liberar las iniciativas privadas, ayudarlas y suplirlas. Esto debe de ser temporal y mientras sea necesario. También debe propiciar el orden asistencial de los particulares y actuar subsidiariamente con solidaridad.

VIII. JUICIO: conocidas las cosas de los males hay que quitarlas: injusticias frustraciones, miseria, explotación y promover un amplio desarrollo en una concentración mundial, para que ayude a evitar el despilfarro de los recursos humanos y ambientales.

ACTUAR.
I. Conocer y poner en práctica la Doctrina Social de la Iglesia: tener una preferencia con los pobres; promover la justicia, orientación al Bien Común y concentración universal, pero sobre todo cambio de vida.

II. La Iglesia no tiene modelos para proponer. Los responsables deberán hacerlo para resolver los problemas concretos, tanto sociales, como económicos, políticos y culturales.

III. En lo económico:
a. El Estado: debe dar un marco jurídico y garantizar la paz; es su deber que se respeten los derechos humanos. Su intervención debe de ser subsidiaria. Evite monopolios.

b. En macroeconomía: debe haber un programa para un crecimiento estable y sano para todos; como instrumentos” los mecanismos del mercado” libre pero con un marco jurídico y ético; con el control de las autoridades públicas para que se cumpla el destino universal de los bienes; con estabilidad monetaria; con seguridad en las relaciones sociales, con inversiones libres, pero con una opción moral y cultural, con cierta abundancia de ofertas de trabajo, con un sólido sistema de seguridad social, con capacitación profesional, con previsión social en caso de desempleo, con acción e iniciativa de sindicatos.

c. Ayudas internacionales: que las Naciones más fuertes ofrezcan a las más débiles las oportunidades de inserción en la vida económica internacional; la formación del empresario eficiente y consiente de sus responsabilidades; sacrificios para asegurar el futuro y el desarrollo de los trabajadores.

d. El endeudamiento exterior: En cuanto a las deudas exteriores de los países más pobres, es ciertamente justo el principio de que las deudas deben de ser
pagadas. No es licito exigir su pago, cuando este vendría a imponer de hecho opciones políticas tales que llevarán al hambre y la desesperación a la población entera. No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables. En reste caso hay que encontrar modelos de reducción, dilatación o extinción de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsidiaridad y al progreso.

e. En microeconomía: respétese la iniciativa de los particulares: que la empresa sea como una comunidad de personas; que los beneficios no se consideren como el único regulador de la empresa, pues se debe de tener en cuenta los factores humanos y morales; que se respeta la vida familiar y que se facilite el ejercicio libre del trabajo.

IV. En lo social: defiéndase la familia nacida del matrimonio, póngase en marcha una obra educativa y cultural en el consumo, en la responsabilidad de productores y sobre todo los profesionales de los medios de comunicación social, con la autoridades públicas; búsquese como evitar la marginación de los pobres o incapacitados; anímese al voluntariado social, cuídese la ecología física y moral. Los sindicatos sean reconocidos y actúen.

V. En lo político: Favorézcase la democracia participativa de los cuidadnos en las opciones políticas. Evítese el Estado asistencial. Atiéndase a los emigrantes, drogadictos, ancianos, marginados y enfermos, de ser posible por el voluntario.

El Estado debe de dar apoyo a la familia, mediante recursos adecuados y eficientes para la educación de los hijos. El Estado fomente y no sofoque a las instituciones.

La Iglesia contribuya especifica y decididamente a favor de la verdadera cultura. Evitar la guerra. Amor al prójimo “en primer lugar al pobre, en el que la Iglesia ve a Cristo, se concreta en la promoción de la justicia”.


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