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Un retiro para navidad
Qué afortunados somos los cristianos que cada Navidad Dios nuestro Señor nos da la posibilidad de volver a empezar, de volver a estrenar la vida, no obstante los fallos y caídas, rencores y envidias


Por: P. John Walsh L.C. | Fuente: Catholic.net



- Mamá, cuéntame de nuevo de la noche en que yo nací.

¡Qué afortunados somos los católicos que todos los años Dios Nuestro Señor nos premia con el consuelo de su presencia! Se presenta como niño para ayudarnos a mirar con más claridad al Cielo y descubrir en Él la esperanza, la certeza y la seguridad de lo eterno.

Somos ciudadanos del Cielo... Él nos quiere, pero nos quiere felices por medio de su amor lleno de cordialidad, cariño, benignidad, bondad, misericordia y mansedumbre, sencillez y sonrisas.

¡Qué afortunados somos los cristianos que cada Navidad Dios nuestro Señor nos da la posibilidad de volver a empezar, de volver a estrenar la vida, no obstante los fallos y caídas, rencores y envidias! Él, cómo niño, nos da el calor de su mano. ¡Qué pocas personas pueden rehusar la mano de un niño cuando la extiende como signo de amistad!

Por eso vamos a silenciar el corazón de los ruidos interiores y exteriores y dedicar esta mañana a meditar en el gran acontecimiento de la Navidad bajo el título: Mamá, cuéntame de nuevo de la noche en que yo nací.

 

 

  • Meditar es dialogar con aquel que sabemos que nos ama y que busca nuestro bien.
     
  • Meditar es escuchar la voz del Espíritu Santo que quiere poner flores en la propia vida o convertir las espinas, que a lo mejor nos duelen tanto, en flores.
     
  • Meditar es convertir la vida en una respuesta amorosa y alegre al Creador que nos sostiene cada segundo en la existencia.
     
  • Meditar es, en palabras de una mujer santa, “Señor, yo sé que tu me amas pero dime ¡Hola!”

    Deja que Dios te diga hola a su manera a través de la meditación.


    Petición:

    Señor que sepa aprovechar tu llegada a la cuna de mi corazón para recibirte a Ti con el gran deseo de descubrir el amor que Tú traes en tu corazón por mi y mi familia, por el mundo entero.

    Si Tú no naces en la cuna de mi corazón, ¿cómo vas a nacer en mi hogar?


    Fruto:

    Una verdadera preparación para la Navidad. Conocer al Cristo del amor y el amor de Cristo.

    ¿Qué me pide el Niño Dios? ¿Qué le puedo ofrecer como mi regalo de Nochebuena?


    Composición de Lugar: El nacimiento del Redentor

    Jesucristo ha cumplido ocho años y esa noche antes de dormir, mirando los ojos dulces y pacíficos de su madre, le preguntó:
    • - Mamá, cuéntame de la noche en que nací.
    María había escuchado muchas veces aquella pregunta pero con todo cariño y paciencia, tomó a Jesús entre sus brazos y le dijo:
     
    • - Fue una noche preciosa, fresca, pero llena de misterio. Me daba la impresión que las estrellas eran nuevas y más cerca de nosotros. ¡Cómo que querían asomarse a tu cuna para conocerte! La brisa era suave y amistosa, parecía cantar entre los ramos y hojas de los árboles, cantaban para ti. Fue una noche de paz, de un gran silencio. Una noche silenciosa, que nos invitó a tu papá y a mi a orar. Una noche santa, pudimos experimentar la presencia de Dios. No estábamos solos, nos sentimos tan acompañados como nunca en nuestras vidas. Dios estaba con nosotros, nos acompañaba cómo jamás, tu papá y yo hemos sentido. Fue una noche especial, una noche inolvidable, cuando tu llegaste a este mundo tuvimos la impresión que la historia se dividió en dos, antes y después de tu nacimiento.
    Cómo debemos meditar y hacer reflexionar a los demás de la grandeza de la Noche Buena. Ha nacido el amor para perfumar nuestra vida: ¡Oh, Señor!, haz que está Navidad sea una noche de paz y amor, la noche en que he de captar tu divina presencia para que esta presencia me acompaña todo el año y sea yo instrumento de tu presencia en mi casa.
     
    • - Mamá, ¿cómo me recibieron?

      - Bueno hijo, hubo de todo: entre nuestros parientes buscamos posada, fuimos de puerta en puerta, de pariente en pariente buscando un lugar digno donde tu podrías nacer. Pero no encontramos lugar hijo.

      - ¿Qué significa posada mamá?

      - Quién nos cobija, quien nos hubiera dado techo y compartido el pan de su mesa y el calor de su hoguera. Un lugar para descansar después del largo viaje desde Nazaret. Pero que sorpresa hijo, los nuestros no nos recibieron.
    “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron, le cerraron las puertas y lo dejaron en la calle. No tenían sitio para él".
     
    • - Y mamá, ¿se enojó papá?

      - No hijo, ya ves cómo es José, siempre busca excusas para los demás: "Estaban dormidos". "Algunos son sordos". "Ya tienen casa llena". "Tienen miedo de abrirnos, hay tantos ladrones sueltos". Y no se quien le enseño, pero dice que ha aprendido a perdonar 70 veces 7. El corazón de tu papá es tan grande y tan comprensivo que el es incapaz de juzgar o hablar mal de nadie.
    Señor, ojalá que también nosotros durante la Navidad seamos así. Con una actitud de comprender, disculpar, de estimar a los demás a pesar de los baches que colocan en nuestro camino… No saben lo que hacen.
     
    • - Y entonces mamá, ¿a dónde fuimos si no había lugar en la posada? ¿Qué hizo papá?

      - Dios proveerá... decía con mucha seguridad, nos arreglamos, y seguro con el favor de Dios encontraremos donde descansar la noche. Y ni corto ni perezoso, al poco tiempo encontró un lugar solitario.

      - ¿Y cómo era el lugar mamá?

      - Muy bonito hijo, era un pesebre limpio donde un asno y un buey calentaban gratis el sitio de tu cuna.

      - ¿Podemos volver algún día?

      - Dios proveerá.
    Cuantas veces tenemos que recordar esta hermosa expresión de esperanza y de confianza en Dios. A nosotros nos toca hacer todo de nuestra parte, pero cuando se confía a fondo siempre encontramos grandes sorpresas. Que los bienes son males, si tu no vienes con ellos. Y los males son bienes si con ellos llegas tu pues los bienes sin ti Señor, ¿de qué sirven? Y los males contigo, ¿no son los mejores bienes?

    Dios proveerá: Señor como San José que tenga mi confianza puesta en ti. Contigo todo se arreglará, tarde o temprano.
     
    • - Pero hijo, ¿sabes quienes llegaron a visitarte y traerte regalos?

      - ¿Quiénes mamá?

      - Unos pastores con sus familias. Llegaron a tu pesebre, maravillados porque unos ángeles aparecieron para comunicarles una gran alegría como nunca ser había dado en toda la historia del mundo. “Tú habías nacido.”

      - ¿Mamá cómo son los ángeles? ¿Qué es un ángel?

      - Bueno Jesús, no es fácil explicarte lo que es un ángel. Imagínate una persona bella, lleno de luz, lleno de paz que viene de parte de Dios. Sólo aparecen en ocasiones muy especiales para comunicarnos un mensaje del Cielo; un mensaje de algo extraordinario que va a pasar.

      - Y mamá, ¿por qué pastores?

      - Pues hijo yo también me he preguntado porque pastores. Pero coincidimos tu papá y yo. Ellos son personas muy sencillas no se complican. Aceptan las cosas como son tienen mucha sensibilidad espiritual y crear sin dudar, sin cuestionar, sin exigir pruebas. Ellos no se agobian tanto, porque confían en el dueño del mundo, en el Creador del mundo. Ellos creyeron al instante. Dios los quiere mucho: “Bienaventurados los que creen sin haber visto”.
    ¿Y cómo está tu fe?

    ¿Es todavía una fe sencilla?

    ¿Es saber aceptar a Dios en su vida sin discutir su voluntad?

    ¿Es saber tener conformidad ante las contradicciones y misterios de la vida sin echar a Dios cómo el culpable?

    ¿Es saber caminar, luchar, caer y levantarte, confiando en él aunque no lo veas ni lo sientes presente?
     
    • - Ellos llegaron corriendo de emoción, estaban maravillados. Sabían que eran de los pocos encantados por ser los primeros en llegar y ofrecerte sus regalos. Queso, pan, miel... Pero sobre todo, su gran regalo era el estar a tus órdenes. Para ellos Tú eres su pastor, el pastor lleno de misericordia, cascadas de misericordia. Y Tú ibas a dar la vida por las ovejas, pero sobre todo por las ovejas perdidas de la casa de Israel.

      - ¿Se puede perder una oveja mamá?

      - Por desgracia hijo mío, así es la realidad. Hay ovejas que han sido cuidadas y mimadas por el pastor. Lo que pasa es que no aprecian el estar con Dios. Creen que el les quita su libertad y por eso se rebelan y se van sin avisar. Algunos se pierden por que creen que Él les va a dar rienda suelta a su libertad y van a ser felices.

      - Mamá, ¿qué significa rienda suelta?

      - Significa hacer lo que quieren, cuando quieren, donde quieren, a la hora que quieren y si no pueden se llenan de berrinches. Lo que pasa es que no quieren obedecer. Ellos piensan que a solas pueden encontrar la felicidad, piensan que pueden arreglar el mundo ellos solos, se creen la solución del mundo. Se convierten en esclavos del pecado y de sus pasiones: envidias, celos, pereza y mediocridad, de sus enojos y rencores y ya no encuentran quien les pueda ayudar.

      Por esto decían que eras Tú quien iba a salvar a los hombres de sus pecados, qué Tú eres el Redentor del mundo, que Tú eres el Mesías. Tú serás quien va a enseñarles de humildad. Tú con tu ejemplo les vas a demostrar lo que es la bondad y la dulzura. Tú les vas a cambiar el rencor por el perdón. Tú vas a devolver el pudor y la pureza ante tanta infidelidad y ausencia de decencia. Tú vas a limpiar la mentira y la hipocresía con la verdad y la autenticidad. Tú vas a devolver paz ante tanta división, tanta discusión. Tú vas a devolver la generosidad por tanto egoísmo.

      - ¿Todo esto lo voy a lograr yo? Puedes tú, mamá, ser mi maestra, pues yo sólo no se como voy a lograrlo...

      - Bueno hijo, yo no se mucho pero puedes contar conmigo.
    “María hazme ver la gran responsabilidad que tengo de ser un maestro de la fe con mis hijos y nietos. Ellos harán en la vida y el cumplimiento de su misión gran parte de lo que aprendan de mi. Los padres son espejos para los hijos. Imitan lo que ven”.
     
    • - Mamá, ¿y por qué en Belén? Todo mundo dice que es un pueblo muy pequeño.

      - Hijo, de lo pequeño pueden salir maravillas. Sabes que José, tu padre, es de la familia de David. Y David fue un rey famoso que hizo grandes hazañas para nuestro pueblo. Cuando él todavía era un joven entró en el ejército de Israel. Y para evitar una guerra se enfrentó contra un gigante llamado Goliat. Goliat era enorme, protegido por una armadura y una espada de dos metros. Insultó a David cuando se le acercó y pensaba que lo iba a matar con un estornudo. La única arma que tenía David era una honda, pero tenía un secreto: confianza en Dios Nuestro Señor. Y con esta confianza sacó una piedra, la colocó en la honda y le pegó a Goliat en la frente y éste cayó a sus pies. ¡David se volvió el héroe de Israel!

      - ¡Oh, mamá que maravilla!

      - Bueno hijo, otra razón por la que naciste en Belén, es que Belén es la Casa del Pan, es famoso por ser la ciudad que más produce pan de todo Israel y parte de Egipto. Tú naciste en la ciudad del pan. No todos tenemos esa dicha hijo. Yo estoy segura que tiene algo que ver con tu misión. A o mejor tú serás el Pan de la Vida, el Pan del Amor y del consuelo, Tú serás el Pan de la fortaleza para ayudar a los niños y a los matrimonios, a los fuertes y débiles, a caminar por los misteriosos caminos del amor. Tú vas a ser el Pan del Cielo para alimentarnos.
    Oh, Señor, cuanto nos hace falta apreciar el don de tu Eucaristía, tu último regalo cuando no tenías más que ofrecernos nos dejaste el don de tu Eucaristía.

    Hazme ver que cada vez que comulgo, mi lengua se convierte en una cuna para recibirte y amarte. Y siendo tú quien está ahí, haz que mi lengua sea una cuna santa.

    Comentarios al autor: jwalsh@legionaries.org

     

 

 









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