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El ocio sano y los adolescentes
Ideas para que los adolescentes aprovechen realmente las vacaciones.


Por: Teresa Artola González |




Durante la adolescencia debemos enseñar a nuestros hijos a hacer un uso adecuado del tiempo libre, que suponga un enriquecimiento personal. Para ello es aconsejable:

 

  • La lectura de libros que pongan ante sus ojos ejemplos de hombres y mujeres que han sido capaces de entregarse a un ideal, a una causa, a los demás. Lecturas abundantes, pero bien elegidas.
     
  • Un horario que permita una distribución adecuada del tiempo. En él debe caber tiempo para el estudio, para el descanso, para la familia, para los amigos...
     
  • El deporte constituye una buena escuela de valores y contribuye a la estabilidad emocional del adolescente. Como suele decirse: «Mens sana in corpore sano». Desde su infancia hemos de ir acostumbrando a nuestros hijos a la práctica del deporte: según sus años, sus aficiones y sus circunstancias. La práctica del deporte contribuirá no solo al desarrollo de su cuerpo sino también al fortalecimiento de la voluntad.
     
  • Fomentar las aficiones: hacer maquetas, teatro, tocar la guitarra, pintar...
     
  • El amor a la naturaleza a través de actividades como excursiones, montañismo...
     
  • La inversión en solidaridad, mediante la incorporación en algún grupo apostólico, de voluntariado...

 

Y ten en cuenta que la forma de divertirse suele ser un reflejo de su forma de entender la vida. Y eso es algo que se aprende fundamentalmente en la familia.

La importancia del ejemplo que reciben en casa, y una adecuada educación en el uso del dinero

Alejandro, 13 años, siempre dispone de dinero en el bolsillo. El otro día cuando fue con sus amigos al cine sacó un billete de diez mil pesos como la cosa más natural del mundo. Al acabar el cine pretendía ir a cenar.

-«Oye, tronco, que los demás no tenemos un duro. .. ».

-«Es que mis padres me dan todo lo que les pido. Cada semana me dan 5.000 pesos. ».

Por desgracia hoy en día, y con la mejora del nivel de vida, muchas familias dan a sus hijos excesivo dinero. Con ello hacen un flaco servicio a sus hijos ya que así les estamos volviendo «débiles» y creándoles una mentalidad materialista que rehuye todo esfuerzo.

El que nuestros hijos anden más bien cortos de dinero tiene unas innegables ventajas educativas:

  • Se acostumbran a esforzarse para conseguir lo que quieren, trabajando para sacar dinero, «dando la lata» a sus padres, ahorrando...
     
  • Se previene el que desarrollen una mentalidad materialista No dejarse llevar siempre por lo que me apetece...
     
  • Aprende a buscar diversiones que no impliquen gastar dinero y a encontrar formas de pasarlo bien que no sean caras.

    Ello no implica que caigamos en la roñosería. Deberemos darles el dinero razonable para que puedan desenvolverse dignamente en su vida diaria, pero teniendo en cuenta que siempre es mejor quedarse cortos y que se quejen, que pasarse y darles demasiado.


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