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Sacerdotes disidentes
El director de Informes sobre Sectas, alerta sobre la proliferación de falsos religiosos que confunden al pueblo fiel


Por: D. Oscar Gerometta |



En los distintos países latinoamericanos periódicamente asistimos a denuncias por la aparición de "falsos sacerdotes", un conglomerado de casos diversos difícilmente clasificables e imposibles de encuadrar en lo que habitualmente solemos denominar como "sectas".

En estos días, un importante conglomerado multimedios de Argentina ha puesto su mirada sobre un caso de tantos: el "Padre Pedro"


El "Padre" Pedro

Pedro Alvaro Andrade Arregui, hijo de Danilo Andrade y Elvira Arregui, nació en Artigas, República Oriental del Urugay el 25 de octubre de 1938.

Ha alcanzado notoriedad nacional a partir de su participación en diversos medios de comunicación, su relación con el mundo de la farándula y sectores políticos. Es el "sacerdote" que celebró el "matrimonio" o bautismo de diversas estrellas del cine, la televisión y el teatro; también "canonizó" a Eva Duarte de Perón hace algunos años.

Sus relaciones le han valido el acceso a sectores de influencia y poder, así como la difusión de su obra de caridad consistente en hogares para dar cobijo a niños, madres solteras, mujeres golpeadas, ancianos, etc. En la actual situación de desborde social que sufre la Argentina, sus hogares son uno de los tantos recursos asistenciales en manos de particulares que tienen agendados tribunales de menores, comisarías y municipios.


¿Quién es el "Padre" Pedro?

Su primera aparición como sacerdote se registra alrededor del año 1983, en esta época se presentaba como perteneciente al "Instituto Religioso ´Christus Vincit´" con sede en H. Yrigoyen 777, Buenos Aires. En relación al mencionado Instituto se presentaba como Pedro A. Andrade Arregui, Superior.

Colaborando con él, como "Vice Superior", estaba entonces el "Padre" Miguel Angel Herrera, un falso sacerdote en realidad ex-seminarista del Seminario Diocesano de San Luis (católico). En esa época, ambos alcanzaron cierta notoridad pública presentándose como "Sacerdotes Cristianos Disidentes". Esta presentación como "sacerdotes disidentes" provocó polémicas sobre todo a raiz de la confusión que provocaba en los fieles católicos. Decían ser más "tradicionales" que los sacerdotes católicos romanos, mientras se postulaban como verdaderos sacerdotes católicos.

Estos conflictos fueron quizás los que determinaron la necesidad de que el "Padre Pedro" cambiara su presentación. Así, al año siguiente aparece registrado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina (Nº 10285/83) como Mons. Pedro A. Andrade Arregui, "Arzobispo Primado" de la " Congregación de Sacerdotes Misioneros Tradicionalistas (no romanos)", con sede también en H. Yrigoyen 777, Buenos Aires. En este momento aparecía como "Rector Superior" el "Padre" José María Polizzi, quien tampoco es sacerdote católico.

El "Padre José María" se promocionó utilizando avisos clasificados en los periódicos de alcance nacional como "sacerdote exorcista", consiguiendo con esto atraer la curiosidad de algunos medios de comunicación. José María fue inculpado de práctica ilegal de la medicina.

En el mismo año, 1984, vuelve a cambiar su "comunidad de pertenencia", presentándose esta vez como miembro de la "Congregación de Sacerdotes Misioneros del Sagrado Corazón (disidentes)", esta vez con sede en Av. Federico Lacroze 3636, Buenos Aires. Esta es su sede actual.

Al año siguiente, 1985, según dicen a pedido de la Dirección Nacional de Culto (Inscripción Nº 1778), cambian la denominación del grupo a "Congregación de los Sacerdotes Cristianos Apostólicos (disidentes)". En esta época comienza a firmar como fray Pedro del Sagrado Corazón de Jesús.

Desde 1988 ha afirmado repetidamente pertenecer a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa Siríaca en la Argentina, respondiendo "directamente a S.S. Ignacio Zaqueo I Iwaz, Patriarca de Antioquía, todo Oriente y de los Católicos Tradicionalistas Preconciliares. Las autoridades de esta iglesia en Argentina han negado repetidamente que el "Padre Pedro" sea un sacerdote perteneciente a esta igleisa oriental. Las desmentidas han sido tanto documentales como respuesta a consultas, como a través de los medios de comunicación.


¿Es o no sacerdote?

Esta pregunta no tiene una respuesta rotunda ya que obviamente, en el contexto de cada iglesia o denominación hay parámetros propios para determinar quien es o no un sacerdote o pastor válido, y tales parámetros no siempre son compartidos por otras confesiones.

Por esto, debemos partir de las afirmaciones del mismo Pedro Arregui, quien en algunas oportunidades a afirmado haber sido ordenado por el Patriarca de Antioquía. Dado que ha sido explícitamente rechazado por la Iglesia Siríaca a la que dice pertenecer podemos afirmar que ciertamente no es un sacerdote católico ortodoxo válidamente ordenado.

También aseguró en otras oportunidades haber sido sacerdote católcio perteneciente a la Orden Carmelita (en una época usó sus hábitos, aunque ahora viste hábito franciscano) y que Mons. Plaza estaba arreglando su situación.

La Orden de los Padres Carmelitas dicen no conocerlo. Consultado Mons. Plaza en julio de 1984 dijo que había pedido criterios a la Santa Sede en el caso de "este sacerdote de la llamada Iglesia Católica Apostólica Argentina". La respuesta de la Santa Sede fue que el nombrado, Pedro Andrade Arregui pertenece a una "Iglesia explícitamente derivada de la Iglesia Nacional Brasileña, fundada por el Obispo desertor Carlos Duarte Costa" y que la Santa Sede no suele reconocer las órdenes sagraas recibidas de manos de apóstatas "extra canonicam communionem Ecclesiae Catholicae". Por lo tanto, tampoco es un sacerdote católico romano válidamente ordenado.

Con la información de que disponemos, y el testimonio de sus familiares que dicen que ha sido ordenado en Brasil, la hipótesis más coherente es que, si ha sido ordenado alguna vez, lo haya sido en Brasil por algún obispo perteneciente a la Iglesia Católica Brasilera. En este caso, si bien los católicos brasileros reconocen esta ordenación, no es reconocida como tal por la Iglesia Católica Apostólica Romana.


El problema de los "sacerdotes disidentes"

En realidad el caso de Pedro Arregui es uno en tantos que recorren este momento el país. Algunos de ellos alcanzan notoriedad, como es también el caso de Pablo Bordonaro. Otros, permanecen en el silencio, en barrios apartados o ciudades del interior, y al no generar conflictos pasan por ser sacerdotes católicos auténticos durante años.

En realidad no constituyen iglesias o sectas de ningún tipo ya que en general, salvo un reducido grupo de seguidores que hacen las veces de acólitos, sacristanes y secretarios , no tienen fieles propios sino que ejercen alguna influencia sobre fieles católicos marginales o confundidos.

Navegan en la confusión, adquieren notoriedad, y en ese mar de ambigüedad muchos fieles engañados acuden a ellos. Su punto fuerte está en distinguirse agresivamente de otras agrupaciones religiosas:

Se recibe a todos: administran el matrimonio a divorciados, la comunión a homosexuales, etc.

Todos los males tienen una respuesta fácil y directa. Alcoholismo, violencia doméstica, depresión, etc. tienen una única causa: la posesión demoníaca. Y un remedio común: el exorcismo. Un rito practicado muchas veces en público, en ceremonias masivas, sin ningún cuidado previo ni atención a posibles problemas psicológicos o médicos del sujeto.

Se practica la caridad sin preguntar. Ejerciendo un asistencialismo paternalista degradante, en condiciones de cuasi-miseria, sin consideraciones legales, sanitarias o sociológicas de ningún tipo en aras de una pretendida "simplicidad" evangélica. Los criterios de "promoción humana" están claramente ausentes.

No se cobra. Aunque en realidad todo se cobra: se vende agua bendita, velas, rosarios, oraciones, etc. No es una simple venta de productos de santería, se vende el valor agregado de la "bendición". El movimiento de dinero que hay en estos grupos generalmente es muy importante.

Son rechazados por todos. En general carecen de relaciones estables con otras iglesias o denominaciones; cultivan una imagen de "cristianos perseguidos", sumidos en una gran "pobreza". Por supuesto que perseguidos por ser mejores y más auténticos que los demás.

Generalmente muestran también un fuerte tradicionalismo, aunque sólo en los aspectos rituales, no doctrinales ya que carecen de verdadera elaboración doctrinal.

En realidad cada caso es un universo diferente. Muchos han sido ex-seminaristas católicos o novicios de congregaciones religiosas; algunos han recurrido a obispos de la Iglesia Católica Brasilera para ser ordenados y así legitimar de algún modo su "apostolado". En algunos casos los problemas psicológicos de base son evidentes (y en general han sido el motivo de que hayan debido abandonar el seminario o la congregación), en otros la única explicación coherente parece ser el propósito de engaño.

Estos "sacerdotes" suelen peregrinar por diferentes iglesias y denominaciones, muchas de ellas pequeñas comunidades, en general relacionadas con grupos de origen católico surgidos a partir de la asunción de conceptos propios de la Reforma Protestante aunque manteniendo claramente un orden sacramental al estilo católico, tales como la Iglesia Católica Liberal, la Iglesia Católica Apostólica Argentina o la Iglesia Brasilera.

Por todo esto, aunque no llegan a constituir formalmente organizaciones sectarias, su actividad es verdaderamente preocupante, no sólo por la posible explotación económica de los creyentes, sino también por el fraude espiritual que supone y los riesgos para la salud física, psíquica y espiritual que generan.








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