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No a los cristianos de salón
Petición del papa Francisco durante la misa diaria


Por: Traducido del italiano por José Antonio Varela V. | Fuente: Zenit.org



CIUDAD DEL VATICANO, 16 de mayo de 2013 (Zenit.org) - La Iglesia tiene tanta necesidad del fervor apostólico, que nos impulsa hacia adelante en el anuncio de Jesús. Estas han sido las ideas principales de esta mañana, durante la misa presidida por el papa Francisco en la Casa Santa Marta. El santo padre también advirtió sobre el hecho de ser "cristianos de salón", sin el coraje siquiera de "molestar a las cosas demasiado tranquilas".

En la misa, concelebrada por el cardenal Peter Turkson y monseñor Mario Toso, presidente y secretario del Consejo Pontificio "Justicia y Paz", participó un grupo de empleados del mismo dicasterio y de Radio Vaticana, según informa la radio del papa.

Ir hacia delante

Toda la vida de Pablo fue "una batalla campal", una "vida con muchas pruebas". Fue así que Francisco centró su homilía sobre el Apóstol de los Gentiles, quien, según dijo, se pasa la vida de "persecución en persecución", pero no se desanima. El destino de Pablo, subrayó, "es un destino con muchas cruces, pero él sigue; ve al Señor y sigue para adelante": "Pablo molesta: es un hombre que con su predicación, con su trabajo, con su actitud, molesta, porque anuncia a Jesucristo; y la proclamación de Jesucristo –a nuestra comodidad, muchas veces a nuestras instalaciones cómodas, incluso cristianas, ¿no?--, molesta.

El Señor siempre quiere que vayamos más lejos, más lejos, más lejos... Que no nos refugiemos en una vida tranquila ni en las estructuras caducas, y este tipo de cosas, ¿no?

El fervor apostólico

Y Pablo, predicando al Señor molestaba. Pero él iba hacia adelante, porque tenía dentro de sí aquella actitud cristiana que es el celo apostólico. Tenía en particular el celo apostólico. No era un hombre de compromiso. ¡No! Sobre la verdad: ¡adelante! Sobre el anuncio de Jesucristo: ¡adelante! "

Por supuesto, observó Francisco, san Pablo era un "hombre de fuego". Pero aquí no se trata solo de su temperamento. Es el Señor que "se involucra en esto", en esta batalla campal. De hecho, continuó, es el Señor quien lo lleva "hacia adelante", para dar testimonio también en Roma: "Un paréntesis. Me gusta que el Señor cuide de esta diócesis, desde ese momento... ¡Somos privilegiados! Y el celo apostólico no es un entusiasmo por tener el poder, por tener algo. Es algo que viene de dentro, que el Señor lo quiere de nosotros: un cristiano con celo apostólico. Y ¿de dónde viene este celo apostólico? Viene del conocimiento de Jesucristo. Pablo ha encontrado a Jesucristo, se encontró con Jesucristo, pero no con un conocimiento intelectual o científico –eso es importante, porque nos ayuda--, sino con ese primer conocimiento, el del corazón, del encuentro personal".

Esto es lo que empuja a Pablo a seguir "a proclamar a Jesús siempre." Y agregó: "Está siempre en problemas, pero no en problemas por problemas, sino por Jesús"; proclamando a Jesús, "estas son las consecuencias". El celo apostólico, subrayó, solo se puede entender "en una atmósfera de amor”. El celo apostólico, añadió, "tiene algo de locura, pero de locura espiritual, de sana locura". Y Pablo "tenía esta locura saludable".

Cristianos de "salón"

El papa también pidió a todos los fieles que oren al Espíritu Santo, para que haga crecer en nosotros el celo apostólico, que no está reservado solo a los misioneros. Por otra parte, advirtió, que incluso en la Iglesia hay "cristianos tibios" que "no sienten de ir hacia adelante":
"Aunque también hay cristianos de salón, ¿no? Los educados, tan buenos, pero no saben cómo generar hijos para la Iglesia con el anuncio y el celo apostólico. Hoy podemos pedir al Espíritu Santo que nos dé este fervor apostólico a todos nosotros, incluso que nos dé la gracia de ser una molestia para las cosas que son demasiado tranquilas en la Iglesia; la gracia de ir a las periferias de la vida. ¡La Iglesia tiene tanta necesidad de esto!

Y no solo en tierras lejanas, en las iglesias jóvenes, entre las personas que no conocen aún a Jesucristo, sino aquí en la ciudad, propiamente en la ciudad necesitan este anuncio de Jesucristo. Por lo tanto, pidamos al Espíritu Santo esta gracia del celo apostólico, cristianos de celo apostólico. Y si molestamos, bendito sea el Señor. Adelante, como dice el Señor a Pablo: «¡Ánimo!»".
 







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