![]() |
| El santo que navegó en internet |
| Aprende a Orar / | Reflexiones para el cristiano de hoy |
| Por: Rafael Moya | Fuente: Cristo en la Ciudad |

Ciudad llena de pantallas. Redes que nunca duermen. Jóvenes con audífonos, adultos con prisas, mayores que buscan seguir el paso.
En medio de este ruido digital aparece una figura inesperada: Carlo Acutis, un muchacho de 15 años que supo mirar más allá de los píxeles. Amaba la computadora, diseñaba páginas web, jugaba como cualquiera… pero eligió usar su talento no para perderse, sino para encontrarse con Dios y ayudar a otros a hacerlo.
Muchos lo llaman “el santo de la computadora”, pero en realidad es más que eso: es el santo de lo cotidiano, de quien demuestra que la santidad no es cosa de otra época ni de conventos lejanos, sino de la vida real, aquí y ahora.
Su mensaje no caduca: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”.
Y eso interpela tanto a un joven que empieza su camino como a un adulto que ya ha recorrido mucho.
Carlo nos recuerda que la belleza está en vivir amando a Dios y a los demás. Que no importa la edad ni la circunstancia: siempre podemos dar un paso para hacer de nuestra vida algo “bello para Dios”.
La santidad no consiste en estar fuera del mundo, sino en meter luz en el mundo. Una sonrisa, una palabra que anima, un tiempo dedicado a servir, una oración sencilla… todo eso cambia la ciudad.
Hoy que será canonizado, Carlo nos dice con fuerza: no tengas miedo de ser distinto, de ser original, de dejar huella verdadera. No importa si eres joven o ya no tanto; la invitación es la misma:
Vive conectado a Cristo.
Haz de tu vida un regalo.
Sé santo en la calle, en el trabajo, en tu propia pantalla.
“No se enciende una lámpara para ponerla debajo del cajón, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los de la casa” (Mt 5,15).

