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Vieron a Jesús caminando sobre las aguas
Hispanos Católicos en Estados Unidos /Homilías Mons. Enrique Díaz

Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net

Es curiosa la soledad en que queda Jesús después de la multiplicación de los panes. Es cierto que al contemplar lo que había hecho, pretendían hacerlo rey porque reconocían un líder diferente, preocupado por los más débiles, pero, al no aceptar su propuesta, lo dejan solo.

Los discípulos también lo han abandonado ¿decepcionados porque no aceptó ser rey? ¿Ocupados en sus cosas mientras él hacía oración en el monte? No lo explica el evangelio, pero ellos aparecen atravesando el lago y amenazados por una tormenta. Y precisamente cuando amenaza el temporal y las aguas del lago se van encrespando, descubren a Jesús caminando sobre las aguas y acercándose a la barca, lo que les provoca un gran susto.

Las palabras de tranquilidad de Jesús: “No tengan miedo, soy yo”, son dirigidas tanto a aquellos atemorizados discípulos como a sus discípulos del día de hoy. No tienen que tener miedo quienes siguen a Jesús, pero sí deben estar muy conscientes de que su reino es muy diferente a los reinos del mundo. Igualmente hoy no deben tener miedo quienes son sus discípulos.

Hay tormentas que parecen ahogar la barca, pero no deben tener miedo. Sí deben reconocer que su propuesta es muy diferente a las propuestas del mundo, y que provoca tormentas y amenazas de peligros. Contemplemos a Cristo caminando, mientras nosotros nos llenamos de miedo. Él sabe sacar provecho de las más grandes dificultades. Así pasa en la primera lectura, cuando una tormenta amenaza a aquella pequeña Iglesia que empieza a caminar.

Las dificultades entre los diferentes grupos, las críticas y los problemas, en lugar de hundir la pequeña barca, la hacen que salga fortalecida con la bendición de un nuevo ministerio: los diáconos. Una dificultad termina en oración, diálogo y la solución al problema. Los diáconos son un regalo insospechado para aquella comunidad que vienen a enriquecerla y a fortalecerla.

Se descubre iglesia samaritana y servidora. Los diáconos son también hoy un regalo para nuestra Iglesia. Contemplemos hoy el caminar de Jesús, no tengamos miedo de las tormentas, pero sí estemos atentos a ser fieles a sus palabras y a salir delante de todas las dificultades con la seguridad de su presencia.