Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios que estaban dispersos |
Hispanos Católicos en Estados Unidos / | Homilías Mons. Enrique Díaz |
Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net |
Dios escribe derecho con renglones torcidos y cuando parece que todo está en contra, los mismos opositores, anuncian el camino que ha elegido Jesús. Caifás, con aires de sabiduría pretende dar las razones para exterminar a Aquel Hombre que con sus palabras y con sus hechos pone en evidencia sus falsedades. Pero todo lo contrario a lo que él pretende, sus palabras son recogidas como una profecía sobre la entrega de un hombre para salvar a su pueblo.
Quitar de en medio a las personas que hacen conciencia, a quienes despiertan los anhelos de justicia y libertad es costumbre que tienen las autoridades tiranas de hoy y siempre. Pero también es la política de los grandes consorcios mercantiles y las transnacionales que en su afán de control y crecimiento van devorando a las pequeñas empresas y a los individuos.
Como si hubiéramos regresado a la ley de la selva: el más poderoso destruye al pequeño pero argumentando leyes y conveniencias. Siempre el pequeño es el más desprotegido y quien acaba suprimido. Pero al pretender destruir a Jesús, las autoridades no se han dado cuenta que están negando la posibilidad de una nueva luz. “Muchos van a creer”, es la poderosa razón que los mueve a buscar la muerte de Jesús. Pero Jesús con su muerte está dando razón de su firme convicción de su amor por la humanidad.
Y al igual que Jesús hay muchos hombres y mujeres que en nuestros días también luchan por la justicia, por la verdad y por la fraternidad. Son días de Semana Santa, ya se siente ese ambiente especial de misterio y salvación, ojalá nuestro corazón sienta el ambiente de oración, reflexión y entrega a la verdad. Pongámonos ante la mirada de Jesús y que sea este un momento de discernimiento en nuestra vida.
Semana Santa es tiempo de acercarnos a Jesús de compartir sus dolores en su Pasión, de compartir su amor por la humanidad y por la verdad. Es tiempo de prepararnos para la Resurrección que nos levanta. Quizás muchos estén en descanso, pero será una oportunidad del silencio y la reflexión y de acompañar a Jesús que da su vida por la salvación de todos.