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Yo he venido al mundo como luz
Hispanos Católicos en Estados Unidos /Homilías Mons. Enrique Díaz

Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net

Nuestra vida ha cambiado por completo al tener la luz artificial. Los pueblos antiguos dependían casi exclusivamente de la luz del sol y experimentaban un respetuoso temor a las tinieblas. Ahora hay quien puede vivir en la oscuridad natural, pero iluminado por las luces artificiales. Hemos perdido el ritmo de vida natural que nos ofrece la luz contrastada con las tinieblas.

Quizás esto podría influir también en perder el sentido tan profundo que San Juan le da en su evangelio al tema de la luz, poniendo a Jesús como la verdadera luz que ilumina al hombre. ¿Si vivimos de luces artificiales para qué necesitamos la luz? Una planta sin luz no podía crecer, pero ahora la hacen crece a la fuerza, a base de calor e iluminación artificial.

Sin embargo, todos podemos experimentar lo importante que es la luz en nuestra vida: la luz de nuestros ojos, la luz del sol, las luces que nos conducen, la luz de nuestro interior. ¡Qué tristeza vivir con oscuridad en nuestro corazón! Jesús se nos presenta como la luz que viene a iluminarnos para que no vivamos en tinieblas. Hay en ciertos momentos difíciles de nuestra vida que parece que todo está oscuro. Cuando no entendemos las situaciones, cuando se derrumban nuestros planes, cuando encontramos oposición.

Es importante que veamos si estamos colocando a Jesús como la verdadera luz y que al resplandor de esta luz examinemos nuestras obras y nuestras aspiraciones. ¿Cómo son nuestras relaciones con los cercanos si las ponemos frente a la luz de Jesús? ¿Qué valor tienen los criterios con los que nos guiamos frente a los criterios de Cristo? Este mismo día, si lo observamos con esta luz ¿qué valor tiene? ¿Tienen razón nuestras preocupaciones o debemos cambiar algunas cosas? Observemos todo nuestro día, nuestras amistades, nuestra familia, nuestras relaciones, a luz de Jesús.