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Caridad Älvarez y Esther Paniagua, Beatas
Santoral /Santoral

Por: Javier Lozano | Fuente: Religión en Libertad

Mártires

En Bab-el-Oued, Argel, capital de Argelia, Beatas María Caridad Álvarez Martínez y Esther Paniagua Alonso, religiosas profesas de la Congregación de Agustinas Misioneras, asesinadas por odio a la fe ( 1994)

Fecha de beatificación: 8 de diciembre de 2018, junto a otros 17 mártires de Argelia, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Breve Semblanza


El 8 de diciembre de 2018, fiesta de la Inmaculada, la pequeña comunidad católica de Argelia y la universalidad de la Iglesia vivirán un momento de gran gozo y alegría con la beatificación en Orán de 19 misioneros mártires asesinados en este país norteafricano en la década de los 90 del pasado siglo.

Entre los mártires se encuentran el obispo de Orán, los siete monjes trapenses de Tibhirine, un hermano marista, una hermana de la Asunción, cuatro Padres Blancos, dos hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles, una hermana del Sagrado Corazón y dos agustinas misioneras.

De ellos 16 eran franceses, un belga, y dos religiosas españolas. Estas dos últimas eran las hermanas Esther Paniagua Alonso y Caridad Álvarez Martín, ambas religiosas de las Agustinas Misioneras, congregación fundada en 1890 y formada en la actualidad por 500 hermanas repartidas en 16 países.

Estas dos hermanas, aún sabiendo que su vida corría peligro decidieron quedarse en Argel para estar al lado de los enfermos, niños, mujeres que atendían y de la pequeña comunidad católica.

Ambas fueron asesinadas a quemarropa cuando iban a la iglesia el 23 de octubre de 1994, justamente el día del Domund, jornada que celebra la vida misionera. Esther, a la que las personas a las que atendía la llamaban “Ángel” decía poco antes de morir sabiendo del peligro al que se exponía: “Nadie puede quitarnos la vida, porque nosotras ya la hemos entregado… No nos pasará nada porque estamos en las manos de Dios y… si nos pasara algo, seguimos estando en sus manos”.

Debido al peligro que corrían al decidir quedarse en Argelia en plena guerra, en la Embajada las recomendaron que no salieran en grupo del convento sino en parejas. Por eso, Esther y Caridad iban juntas cuando las dispararon.

María Jesús Rodríguez, quen era provincial de las comunidades en Argelia en aquel momento y testigo del martirio de estas dos religiosas. Explicó que todos los extranjeros, y especialmente los religiosos, estaban amenazados de muerte. Viajó precisamente a Argelia para acompañar a las hermanas en un proceso de discernimiento para que libremente decidieran si querían dejar el país o quedarse en el país.

"El discernimiento se basó en dos preguntas: ¿qué quiere Dios de nosotras?; ¿qué necesidades tiene el pueblo argelino?", contó. Todas decidieron quedarse en Argelia libremente. Esto fue tan sólo unos días antes de que fueran asesinadas Esther y Caridad.

En este discernimiento que quedó por escrito, María Jesús recordaba lo que Caridad dejó escrito: “Estoy abierta y obediente a los que Dios quiera de mí, a lo que vean mis superiores. María estuvo abierta al querer de Dios, quizá le costó. Deseo estar en esa actitud ante Dios en los momentos actuales”.

María Jesús nunca olvidará a Esther y Cari el día que murieron mártires: "Las vi felices, muy felices, con un sentido del humor increíble... Esther y Caridad salieron primero, y diez minutos después salimos Lourdes Miguélez y yo. En la calle escuchamos unos disparos, y los vecinos nos decían: hermanas, volved a casa".

La Orden de los Agustinos Recoletos ha presentado un documental de 25 minutos sobre las vidas de estas mártires, donde se recoge el testimonio de las personas que estaban con ellas aquellos días, que las conocían y también de sus misioneros. Este es el reportaje que publica la agencia SIC:

Cari y Est­her, Már­ti­res de vida re­co­ge los tes­ti­mo­nios de los Su­pe­rio­res ge­ne­ra­les de la fa­mi­lia agus­ti­nia­na y de las per­so­nas que vi­vie­ron de cer­ca la muer­te de las dos re­li­gio­sas. En algo más de 25 mi­nu­tos, el re­por­ta­je mul­ti­me­dia re­cuer­da con sus pro­ta­go­nis­tas el dis­cer­ni­mien­to que rea­li­za­ron las agus­ti­nas mi­sio­ne­ras los días pre­vios a su ase­si­na­to, el día de su muer­te y el sig­ni­fi­ca­do que tuvo para toda la fa­mi­lia agus­ti­nia­na y la reac­ción que su­pu­so el anun­cio de la bea­ti­fi­ca­ción.

Du­ran­te el ví­deo se pue­den ver ade­más imá­ge­nes iné­di­tas de las dos mi­sio­ne­ras, así como el cru­ci­fi­ca­do y la Vir­gen de Áfri­ca que es­ta­ban en la casa de Bab-el-Loued don­de vi­vía la co­mu­ni­dad de re­li­gio­sas.

Este artículo contiene información publicado originalmente por nuestros aliados y amigos: ReligionEnLibertad.com