Itala Mela, Beata |
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Por: Xavier Villalta | Fuente: Catholic.net |
Oblata benedictina
En La Spezia, Liguria, Italia, Sierva de Dios Itala Mela, oblata benedictina del Monasterio de San Pablo en Roma († 1957)
Itala Mela nació el 28 de agosto de 1904 en La Spezia, fue hija de Pasquino Mela y Luigia Bianchini; ambos eran profesores ateos. Pasó su infancia (de 1905 a 1915) bajo el cuidado de sus abuelos maternos mientras sus padres trabajaban, sus abuelos la prepararon para su Primera Comunión y Confirmación, sacramentos que recibió el 9 de mayo 1915 y 27 de mayo 1915, respectivamente.
La muerte de su hermano Enrico a la edad de nueve años (el 27 de febrero 1920) desafió la percepción de la fe cristiana de Mela, sobre esta pérdida ella escribió: "Después de su muerte, nada". Como resultado, ella abandonó su fe cristiana y se deslizó en el ateísmo. Sin embargo, ella tendría un despertar repentino de su fe en la fiesta de la Inmaculada Concepción de 1922, después de volver a descubrir a Dios; su fe se profundizó tanto que la frase “Señor, te seguiré hasta en la oscuridad, hasta la muerte”, se convirtió en su lema.
Culminó sus estudios en 1922 con el reconocimiento de ser una brillante estudiante, se inscribió en la Universidad de Génova el siguiente 11 de noviembre de ese año, donde más tarde obtendría una licenciatura en letras en 1928.
En 1923, se unió a la FUCI (Federación de Universitarios Católicos Italianos), entre las personalidades de la jerarquía eclesiástica que conoció allí están: Giovanni Battista Montini (el futuro Papa Pablo VI); Alfredo Ildefonso Schuster (monje benedictino y luego Cardenal Arzobispo de Milán durante la Segunda Guerra Mundial); Divo Barsotti (sacerdote y teólogo) y Agostino Gemelli (franciscano fundador y primer rector de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán). En tales reuniones, monseñor Montini y los políticos Aldo Moro y Giulio Andreotti fueron los que más influyeron en ella.
Mela experimentó su primera visión de Dios el 3 de agosto de 1928 como un haz de luz en el tabernáculo de la iglesia del seminario en Pontremoli, allí dio comienzo a una larga secuencia de visiones en su vida. Ella partió hacia Milán en este momento, y eligió como su confesor a Adriano Bernareggi (quien en ese tiempo era profesor de derecho canónico en el seminario diocesano de Milán).
Su vocación de ser oblata benedictina [1] inició en 1929 y se fue solidificado hasta el punto en que comenzó su noviciado, que concluyó el 4 de enero de 1933, cuando hizo su profesión en Roma en la iglesia de San Pablo Extramuros haciendo sus cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia, a los que se suma el de buscar siempre la forma más perfecta de obrar y, por último, asume el compromiso de difundir la verdad de la "inhabitación" de la Santísima Trinidad en el alma. Tomó el nombre de "María de la Trinidad". Mela regresó a su ciudad natal en 1933.
En 1941 presento, al Papa Pío XII, una idea para un memorial, y el Papa aceptó el Memorial de María de la Trinidad. En Génova 5 al15 octubre de 1946, dicta una serie de ejercicios espirituales para beneficio de los fieles; los ejercicios fueron bien recibidos. Además, en 1947, planea crear una familia de sacerdotes, a los que invita a la vida eremítica.
Murió el 29 de abril de 1957; sus restos fueron trasladados a la catedral de La Spezia en 1983.
El 14 de diciembre de 2015, el Papa Francisco autorizó la publicación del decreto del milagro atribuido a su intercesión, con lo que tan sólo queda pendiente la ceremonia para su beatificación.
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NOTA:
[1] ¿Qué es un oblato benedictino? Lo ha explicado en manera clara el Abad Gabriel M. Brasó: “el Oblato es un cristiano deseoso de vivir con convicción y profundidad el Evangelio y que ha descubierto en la Regla de San Benito un camino de luz, que le facilita la secuela de Cristo y lo estimula a servir a Dios y a los hermanos con un amor más puro y generoso en el propio estado de vida…”.
Esto significa que el Oblato puede ser, hombre o mujer, laico o sacerdote, puede ser casado o no. Los oblatos benedictinos no son una confraternidad, un tercer orden, un movimiento, sino solo y únicamente laicos siempre mas consientes de su consagración bautismal que desean compartir la espiritualidad de la Regla Benedictina agregándose a un determinado monasterio.
Fuentes bibliográficas:
santiebeati.it (en italiano)
catholicsaints.info (en inglés)
benedettineghiffa.org (en castellano)
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