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La gran familia que desafía el hambre en el mundo
Jóvenes /Muy interesante

Por: Marta Peñalver | Fuente: Revista Misión

Más de un millón de niños se alimentan cada día en trece países de cuatro continentes gracias a Mary’s Meals (que, en español, significa ‘las Comidas de María’). Esta fundación, que encuentra en la Virgen María su mayor inspiración, nos abre sus puertas para mostrarnos cómo “en Su nombre, dan de comer a estos niños”.

EMMA, MADRE de seis hijos, enferma de sida y procedente de Malawi, tenía solo una preocupación: ¿quién cuidaría de sus pequeños cuando ella faltara? Rezaba para que Dios se apiadara de ellos, y fue entonces cuando Magnus MacFarlane-Barrow, creador de Mary’s Meals, se cruzó en su camino. Recientemente, hemos conocido el maravilloso proyecto solidario que nació de la experiencia de fe que tuvo MacFarlane-Barrow en Medjugorje y que encontró su razón de ser en Emma y sus hijos: Mary’s Meals.

Elisalex Lowenstein, miembro del Consejo de esta fundación en España, nos cuenta la historia de MacFarlane-Barrow, un escocés que, a principios de los años 80, hizo una peregrinación a Medjugorje junto con su familia, una experiencia que lo marcó profundamente.

A principios de los 90, estalló la guerra en Bosnia, y MacFarlane-Barrow, que sentía una unión especial con esta tierra tras aquella experiencia, decidió organizar, junto a su hermano Fergus, una campaña local para enviar ropa, comida y medicinas hasta Medjugorje. El éxito de la iniciativa empujó a MacFarlane-Barrow a crear la Scottish International Relief (SIR). Durante los años 90, la fundación se expandió y empezó a construir hogares para niños abandonados en Rumanía, ayudó a que muchos refugiados pudiesen volver a Liberia, y continuó transportando ayuda humanitaria a Croacia y Bosnia, además de financiar otros proyectos.

En el año 2002 MacFarlane-Barrow conoció a Emma en Malawi. Esta madre de seis hijos, enferma de sida, le dijo que solo le quedaba rezar para que alguien cuidara de sus hijos cuando ella muriera. Y, entonces, uno de ellos, Edward, pronunció las palabras que inspiraron a MacFarlane-Barrow para crear la fundación Mary’s Meals: “Quiero tener suficiente comida y un día ir al colegio”. En ese momento, MacFarlane-Barrow se dio cuenta de que el problema principal de los niños más pobres del mundo y una de las causas que les impide salir de su extrema miseria es la falta de alimentación. Así surgió la idea de proporcionar una comida diaria a cada niño en el entorno escolar. Gracias a esto, muchos niños han dejado las calles y la mendicidad y han podido ir a la escuela, donde, además de educación, ahora reciben, también, un plato de comida.

Mucho más que alimento

Mary's Meals da de comer, diariamente, a más de un millón de niños en miles de escuelas de países tan pobres como Liberia, Malawi o Haití. La fundación compra los alimentos a agricultores autóctonos para favorecer, además, la economía local, y las madres de los propios niños que acuden a los colegios son quienes cocinan, a diario, la comida que Mary’s Meals les proporciona.
En cada región, se escogen los productos que abundan en la zona (cereales, hortalizas y verduras, principalmente) y, con ellos, se elabora un plato que será, para la mayoría de estos niños, el único alimento que ingieran en el día. Todo este engranaje favorece que sean los propios beneficiarios del proyecto (madres y agricultores) quienes lo lleven a cabo.

Lowenstein, que ha viajado a varias de las escuelas donde Mary’s Meals colabora, nos cuenta que los niños “te dan las gracias de tú a tú”, y afirma que “los padres te agradecen que les des un futuro a sus hijos. Es entonces cuando te das cuenta de que lo que Mary’s Meals proporciona a estos niños es mucho más que alimento”. Todo esto por la insignificante cantidad de 14,50  por niño al año, un dinero que Mary’s Meals recauda a través de sus filiales en diferentes países y que, en su mayoría, son aportaciones particulares de personas comprometidas con esta causa.

Desde que comenzaron su andadura, Mary’s Meals ha conseguido que millones de niños tengan un plato de comida al día. Muchos de ellos son hoy adultos que colaboran con la fundación y cuyas historias recoge el documental Generation Hope (en España, La generación de la esperanza), que pronto estará disponible en el canal oficial de Mary’s Meals en YouTube.

Sin embargo, el día a día de esta fundación no está exento de dificultades. Mary’s Meals tiene que lidiar con conflictos, sequías extremas y epidemias, como la que causó la crisis del ébola, por la cual países como Liberia se vieron prácticamente paralizados. La altísima incidencia de esta enfermedad provocó el desalojo masivo de las calles y el cierre de escuelas, centros de trabajo y hospitales. Ante esta situación, el responsable de Mary’s Meals en ese país decidió salir a repartir, puerta a puerta, la comida que los niños estaban dejando de recibir. Gestos como este reflejan el espíritu de Mary’s Meals y el compromiso de quienes impulsan esta causa.

Con todo, las personas que colaboran de alguna u otra manera con Mary’s Meals irradian felicidad, ternura y absoluta dedicación. “¿Cómo puede ser esto?”, preguntamos a Lowenstein. “Muy sencillo –afirma sonriente–: Mary’s Meals es una gran familia”.

The shed that fed a million children (en español, ‘El techo que dio de comer a un millón de niños’) cuenta la apasionante historia, repleta de milagros e impactantes acontecimientos, de Mary’s Meals. El libro, escrito por Magnus MacFarlane-Barrow, creador de la fundación, hace un recorrido por su historia desde sus orígenes. Un increíble testimonio que muestra cómo el trabajo duro, la ilusión y la fe de una persona pueden hacer del mundo un lugar un poco mejor. El libro está disponible en inglés y se prevé que llegue a España a principios de 2017.