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Entrevista a Cristina Noriega (ed.), autora del libro: Divorcio, ¿cómo ayudamos a los hijos? Una guía práctica (Ed. Stella Maris)
Escritores Actuales /Moxó Soto Luis Javier

Por: Luis Javier Moxó Soto | Fuente: Catholic.net

En “Divorcio, ¿cómo ayudamos a los hijos?”, once expertos que combinan la práctica profesional con la investigación universitaria en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, ofrecen a padres, abuelos y profesores la guía más completa y útil para manejar adecuadamente la ruptura ante los hijos y nietos. Cristina Noriega es la editora y le acompañan Aquilino Polaino, Gabriel Dávalos, María Esther Castaño, Francisca Gil, Pilar López-Bueno, Javier López, Denia Méndez, Mercedes Tajada, Carmen Sánchez Maillo y Cristina Vega.

 

Preguntamos a Dª Cristina Noriega, doctora en Psicología, especialista en clínica infanto-juvenil. Terapeuta familiar en el Instituto de Estudios de la Familia de la Universidad San Pablo CEU acerca de este libro.

¿Qué tanto por ciento de matrimonios, en la actualidad, puede considerarse que son nulos? ¿Cuáles son las causas más frecuentes: inmadurez, incapacidad, trastornos,...? ¿Qué medios opina que se deberían poner para evitarlo por parte nuestra y de nuestra sociedad? ¿Somos más impacientes, individualistas o egoístas que en generaciones anteriores, o en general menos capacitados para amar?

Las cifras de rupturas matrimoniales al año en España superan las 110.000 familias, siendo el eje vertebrador de la mayoría de rupturas, al menos las que vemos en consulta, la ausencia de comunicación conyugal. Las relaciones conyugales se ven enfrentadas a cambios constantes, lo que conlleva, por un lado, una apertura a las nuevas situaciones y, por otro lado, el abandono simultáneo de la anterior circunstancia a la que ambas personas ya se habían adaptado con todo lo que esto conlleva: renuncia, estrés y ajuste.

No creo que estemos menos capacitados para amar que en generaciones anteriores. Sin embargo, sí me parece que estamos en una sociedad en continuo cambio donde los roles desempeñados por los distintos miembros de las familias y las exigencias por parte de la sociedad son más diversos y cambiantes que en épocas anteriores. Esto requiere de mayores ajustes por parte de las familias, lo que a su vez puede ser una fuente de conflicto.

Estos conflictos pueden ser una oportunidad para el crecimiento de los distintos miembros de la familia, sin embargo, de no resolverse inicialmente con prontitud, pueden agigantarse hasta llegar, incluso, a fragmentar la relación.

 

Para ayudar a los hijos de familias desestructuradas, rotas, ¿no piensan ustedes que convendría más actuar de manera preventiva,  y no paliativa, sobre aquellas personas y familias que están en fase de ruptura, separación y/o divorcio? ¿No se ayudaría así más a la familia, especialmente a los hijos, procurando por todos los medios no llegar a esas situaciones tan dolorosas?

Efectivamente, el objetivo principal de las personas que trabajamos en el campo de la salud mental es la prevención y esto se puede aplicar perfectamente a las relaciones de pareja e intrafamiliares. Eso no quita que también debamos atender y brindar ayuda a familias separadas o divorciadas que están pasando por este duro proceso. De lo que no cabe duda, es que una mayor inversión en prevención disminuiría de manera significativa las rupturas y, por tanto, el sufrimiento experimentado por muchas familias, especialmente por los hijos. Por este motivo, sería importante que en los cursos prematrimoniales, escuelas de padres, centros de orientación familiar, etc, se insistiera en aspectos fundamentales como la comunicación en la pareja y con los hijos, la intimidad, las actitudes y valores, saber escuchar, respetar, aprender a tolerar y a comprender al otro y, sobre todo, aprender a perdonar.

 

Si los miembros de la pareja que ven muy difícil o imposible continuar su convivencia se comunicaran mejor entre ambos y, sobre todo, con sus hijos, ¿se evitarían muchas rupturas? Quiero decir si se escucharan verdaderamente todos los implicados en esa familia (sobre todo a los hijos, en los que quizá menos se piensa) y, dado el caso, con ayuda de especialistas en orientación familiar.

Sí, como he mencionado anteriormente, la falta de comunicación es lo que subyace en muchas rupturas de pareja. Esta ausencia de comunicación se puede traducir en frustración no manifestada, omisiones silenciadas, resentimiento, rutina....lo que poco a poco va modificando cómo cada uno de los cónyuges (o miembros de la familia) percibe al otro. Sin embargo, el conflicto y las crisis son procesos que, de ser bien encaminados, pueden contribuir a un fortalecimiento de la relación y a un crecimiento personal de ambos miembros de la pareja. Por todo lo anterior, la orientación familiar, así como la terapia familiar, son herramientas extraordinarias que pueden ser de ayuda para muchas familias que necesiten asesoramiento de un tercero que les ayude a entender qué hay debajo de esa falta de comunicación y a estrechar los vínculos familiares en lugar de fragmentarlos.

 

El método propuesto en su guía práctica: reconsideración de la ruptura, pautas de elaboración del duelo, gestión de divorcio y redes de apoyo, es un proyecto de trabajo o cuenta con un centro (o centros) de orientación familiar donde en la práctica ya se está aplicando?

Este libro es una guía en la que colaboran distintos profesionales sensibilizados con los retos a los que se ven enfrentadas las familias actuales, las cuáles en muchas ocasiones requieren de apoyo o ayuda en distintos momentos de su ciclo vital. Varios de estos profesionales somos profesores de la Universidad CEU San Pablo y terapeutas familiares en el Instituto de Estudios de la Familia de esta misma universidad ofreciendo orientación familiar, terapia familiar y de pareja, dependiendo de las necesidades de cada familia.