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La virtud de administrar el tiempo en la familia
Educadores Católicos /Casos Prácticos y Respuestas breves

Por: Francisco | Fuente: www.micumbre.com

La virtud de administrar el tiempo en la familia

El tiempo es una de las pocas cosas que nos iguala a todos. Es limitado y no recuperable. Todos disponemos de 24 horas diarias, nadie puede tener ni más, ni menos tiempo, por mucho que quiera añadir o quitar. Ni los ricos tienen más horas, ni los pobres tienen menos. Pero cada persona lo administra de forma diferente. Si se organiza bien y no lo desperdicia, le podrá sacar más provecho y le cundirá más.

Los padres tienen que tener la disciplina, de poner un orden de preferencia o importancia a cada una de las cosas que tienen que hacer, para así dar ejemplo a los hijos. No hacer primero las cosas que menos les cuestan, sino las que se necesitan hacer primero, aunque sean las más costosas o menos agradables. Teniendo el sano egoísmo propio, para saber valorar lo importante y lo superfluo, lo que puede esperar y lo que no puede esperar.

Para aprovechar mejor el tiempo, hay que preparar unos objetivos bien claros, diseñar un proceso de aprovechamiento y control, establecer prioridades y saber delegar, pues esto es un acto que indica una buena utilización de la inteligencia, de la energía y del tiempo disponible, para realizar el trabajo pendiente o las acciones que haya que hacer. Los padres tienen que hacer las funciones de la casa, eligiendo entre ellos quien mejor las pueda hacer, así les ocuparán menos tiempo en hacerlas y podrán hacer mientras tanto, otras cosas necesarias.

El tiempo es oro, pero hay que saber administrarlo, para encontrar su verdadero valor, el cual casi siempre se puede expresar económicamente. Pero hay que ir a comprarlo a otra persona, que esté dispuesta a vender el suyo, para que haga lo que algunos no saben, no pueden o no quieren hacer.

Es muy difícil comprar el tiempo, que los padres deben dedicar a la educación de los hijos, por lo que tienen que ser muy exigentes en esa compra, precisamente cuando se trata de los maestros, tutores, educadores, etc., pues están apostando por el futuro de sus hijos, ya que muy pocas personas u organizaciones, pueden educar mejor que los padres, en las virtudes y valores humanos.

Los padres tienen que dedicar a la familia el máximo y mejor tiempo posible, pues además de que se lo merecen, es su obligación dárselo y es el mejor regalo que pueden recibir. No pueden esperar a que se lo den, cuando los padres quieren o si quiere. Dios perdona, las personas perdonan, pero el tiempo no perdona, ni se puede regresar. El mundo está muy necesitado de que los padres entreguen su tiempo a las familias. Si lo hicieran masivamente, se evitaría que la soledad y la falta de transmisión de conocimientos, fueran dos de las carencias mayores de hoy en día. Cómo se nota en el buen comportamiento de los hijos, en la familia, escuela, iglesia y sociedad, cuando a éstos les han dedicado sus padres, tiempo en cantidad y calidad. Si los padres no tienen tiempo para hacer las cosas que deben que hacer por sus hijos, otros llegarán y se las harán, pero es muy posible que caigan en las redes de las gangas, narcotraficantes, golfos y similares, también llamadas familias alternativas, que ofrecen sustituir malévolamente el cariño y la atención, que los padres han negado a sus hijos porque no tenían tiempo.

Es totalmente necesario practicar las virtudes y valores humanos siguientes, para que el tiempo cunda y poder aprovecharlo bien: Aprovechar. Autodisciplina. Diligencia. Disciplina. Constancia. Diligencia Esfuerzo. Habito. Fortaleza. Lucha, Laboriosidad. Orden. Pensar. Responsabilidad. Sacrificio. Voluntad, etc. Si estas virtudes y valores humanos, no se tienen bien arraigadas y diariamente practicadas, no se puede administra bien el tiempo, debido a que llega los vicios que impiden hacerlo, como: La comodidad, la desidia, la holgazanería, la indolencia, la ociosidad, la pereza, la vagancia, etc.

La práctica de estas virtudes y valores humanos, hasta que se conviertan en hábitos, enseñará a los padres y a los hijos a hacer las programaciones del tiempo, utilizando plazos cortos, para poder cumplirlos y analizar con más facilidad los errores o equivocaciones. Y sobre todo, para poder equilibrar el perfeccionismo, con la realidad del tiempo y de la calidad conveniente, y así no caer en el concepto de posponer todo para otra ocasión. A veces todo se pospone por costumbre, al dar la vuelta al refrán “No hagas hoy lo que puedas hacer mañana”. Postergar las obligaciones o los objetivos previstos, suele ser por: Hábitos adquiridos, eludir responsabilidades, aplazar la búsqueda de soluciones a los problemas, inseguridad o temor a lo desconocido, evitar situaciones desagradables, etc.

Por mucho que el día tuviera veinticinco o más horas, si no estuvieran muy bien organizadas, tampoco podrían cumplirse los objetivos deseados. Por lo tanto, eso tampoco sería la solución, para cumplir con todo lo que se quiere, se debe y se necesita hacer. El gran secreto a voces para distribuir bien el tiempo y cumplir las obligaciones y los objetivos, es que tienen que ser claros y realistas, bien programados, planificados y acompañados de las correspondientes estrategias y herramientas para conseguirlos, pues es la única manera de hacer que el tiempo esté bajo control, para que no sea él, quien nos produzca estrés, frustración, bloqueo de pensamientos, dificultades de sueño o sensación de que la falta de tiempo, domina la vida de las personas.

La clave para ganar tiempo, es descubrir qué es, lo que nos hace perderlo. Hay que apuntar las cosas que hacen que nos retrasemos en el tiempo, para proponernos eliminarlas. Es muy bueno encontrar “excusas positivas” (precisamente porque me cuesta, voy a hacerlo) para mejorar la forma de administrar mejor el tiempo. Hay que “hacer ayunos de tiempo” , es decir consumirlo muy poco en cosas baladíes y dejarlo para emplearlo en cosas importantes. El tiempo pasado, nos habla muy claramente de lo que no hicimos y pudimos y debimos haber hecho. Esto nos tiene que servir, para programar el futuro consumo del tiempo.

Los padres deben explicar muy claramente a sus hijos, que una de las primeras cosas que les van a preguntar en las selecciones de trabajo, entrada en la universidad, noviazgos, etc. es qué han empleado su tiempo libre. Si la respuesta es que su tiempo libre, lo han dedicado a estar delante de las pantallas electrónicas, como televisión, Internet, video juegos, chats, etc. tendrán muy pocas posibilidades de ser aceptados.

El tiempo se escapa de nuestras vidas, como la arena de entre los dedos. No sirve de nada lamentarse, si no se toman las soluciones adecuadas. Vivir siempre con la angustia y sensación de que podríamos aprovechar más y mejor el tiempo, nos hace sentir culpables de nuestra desorganización. Algunos padres tienen tanto desorden en la administración del tiempo, que les origina una percepción, de estar siempre demasiados ocupados y no tener la capacidad de organizar su propio tiempo, ni de ayudar a organizar el de sus hijos. En estas situaciones deben parar, reflexionar y actuar con buen criterio sobre las cosas que deben, quieren y tienen que hacer y así evitarán, todas las trampas que la sociedad moderna tiende a las personas que debido a su mala organización, siempre creen que andan escasas de tiempo.


Organizar el tiempo en función de nuestras prioridades y lógicamente, las de la familia. Primero hay que hacer lo primero que haya que hacer, aunque cueste empezar a hacerlo. Tenemos una cierta tendencia, a ir dejando las cosas para otra ocasión, lo que muchas veces es solamente miedo a enfrentarnos, a lo que no nos gusta hacer, por lo que preferimos engañarnos, dejándolo para otra ocasión. Para administrar bien el tiempo es indispensable, primero saber que es lo que se quiere, después preparar un detallado plan para conseguirlo y posteriormente, tener un control de lo realizado y de lo que queda por realizar, teniendo en cuenta las energías disponibles, los imprevistos y las situaciones extrañas incontrolables.

Las 17 mejores formas de emplear el tiempo:

1. Amando a toda la familia y a la sociedad, devolviéndoles con creces, todo lo que se merecen o recibimos de ella.

2. Ayudando a los demás, empezando con la familia, la escuela, la iglesia y la sociedad.

3. Dialogando con las personas que lo necesitan, principalmente los que no tienen con quien hacerlo, para escucharles y hacer o fomentar las amistades.

4. Buscándolo y extrayéndolo continuamente dónde, cómo y cuándo podamos, con un plan bien preparado, para cumplir los objetivos propuestos.

5. Contemplando la creación en todas sus facetas, de animales, flores, mares, montañas, etc.

6. Divirtiéndose sanamente como formula de descanso, relajamiento y aprendizaje.

7. Encontrando espacios para atender las obligaciones familiares, escolares, religiosas y sociales.

8. Esforzándose en hacer actos heroicos, si fueran necesarios, en beneficio de la familia y de la sociedad.

9. Evaluando lo que se está haciendo y tomando las decisiones que sean necesarias, para mejorar lo bueno que se debe potenciar y lo malo que se debe corregir, para evitar perder o matar el tiempo.

10. Leyendo y escribiendo para aprender de los demás, descansar y transmitir los propios conocimientos, a quienes los necesiten.

11. Meditando para poder llegar a las profundidades del alma, de la mente y del entendimiento.

12. Observando la vida y así poder actuar en consecuencia, imitando lo positivo y evitando los defectos.

13. Ordenando la vida en función de las obligaciones contraídas, las necesidades y los proyectos u objetivos futuros de la familia.

14. Organizándose para poder sacar el mejor provecho al tiempo disponible y podérselo dedicar a la familia.

15. Reflexionando sobre el tiempo perdido, sin haber hecho nada o cosas de muy poco provecho, para encontrar soluciones que lleven a no volver a hacerlo en el futuro.

16. Rezando para ponerse en contacto con Dios, agradecerle todo lo que nos da, ofrecerle lo que tenemos y pedirle ayuda para nosotros y para nuestra familia, amigos o conocidos.

17. Trabajando bien para mantener las obligaciones adquiridas, dar buen ejemplo y poder ayudar a los demás.

Los 10 errores más comunes que nos impiden administrar bien el tiempo:

1. Creer que no se tiene tiempo para hacer las cosas necesarias, pensando que se está muy ocupado. Las cosas más importantes de la sociedad, las hacen personas que aparentemente no tienen tiempo, pero si, una gran voluntad de hacerlas y mucha organización.

2. Dejar para mañana lo que se debe y puede hacer hoy. Al día siguiente tendrá el doble de obligaciones, más los imprevistos sumados, ya que ellos son lo más previsible que existe.

3. Echarse la culpa de no educar bien a los hijos por tener falta de tiempo, al tener la sensación de incapacidad, para organizar bien las cosas familiares.

4. El desorden y la no planificación, impiden optimizar el rendimiento y es imposible cumplir los objetivos propuestos.

5. Hacer cosas innecesarias, para aparentar que está ocupado y evitar que la sociedad piense que no trabaja.

6. La falta de reflexión sobre lo que hay que hacer, lo que no hay que hacer y las posibilidades de hacerlo o no hacerlo, es lo que lleva a asumir compromisos imposibles de cumplir, en plazo y calidad.

7. La prisa. La rapidez, que puede ser una virtud, cuando se convierte en prisa, crea más problemas que soluciones. Vísteme despacio, que tengo mucha prisa.

8. No dejar tiempo para uno mismo, para las cosas personales, para estar feliz, para la vida interior, para el descanso, para las diversiones, para la formación profesional, para estar junto a las personas queridas, etc.

9. No ser realista y querer, hacer todo lo que le proponen o le parece conveniente, sin tener en cuentas su capacidad, medios disponibles, obligaciones adquiridas en los objetivos propuestos y situaciones externas.

10. No tener en cuenta las limitaciones del tiempo físico, que el reloj va marcando inexorablemente.

30 Sentencias relacionadas con aprovechar bien el tiempo:

1.Administrar el tiempo, es ahorrar tiempo.

2.Afortunado el hombre que tiene tiempo para esperar.

3.Conoce el verdadero valor del tiempo, disfrutándolo cada momento.

4.Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: El tiempo pasado, una bala disparada, una palabra dicha y una ocasión desaprovechada.

5.Dios, cuando hizo el tiempo, lo hizo de sobra para todos.

6.El día es excesivamente largo, para quien no lo sabe apreciar y emplear.

7.El mejor legado de un padre a sus hijos, es darle cada día un poco de su tiempo.

8.El que tiene talento aprovecha el tiempo, los ignorantes sólo piensa en pasarlo.

9.El tiempo es como un circo; siempre está llegando y marchándose.

10.El tiempo es el gran maestro, que arregla muchas cosas.

11.El tiempo es más valioso que el dinero, porque es insustituible.

12.Es absurdo gastar más tiempo en hablar de los problemas, que en afrontarlos.

13.Hay que dar tiempo, al tiempo.

14.La bondad es una tarea de tiempo completo.

15.La única función del tiempo, es consumirse.

16.Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo, incluso los que no tienen otra cosa.

17.Los que emplean mal su tiempo, son los primeros en quejarse de su brevedad.

18.Malgastar el tiempo, es perder parte de la vida.

19.No debemos lamentar nunca, el tiempo que hemos empleado en proceder bien.

20.No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy.

21.No hay recuerdo que el tiempo no borre, ni pena que la muerte no acabe.

22.No malgastes el tiempo, pues no tiene repuesto.

23.No tengas miedo de hacer algo bueno, que cueste mucho tiempo. El tiempo pasará pero lo bueno quedará.

24.Nunca encontrarás tiempo para hacer las cosas, hay que crearlo.

25.Por mucho madrugar, no amanece más temprano.

26.Quien desperdicia el tiempo, es un ladrón que lo roba a su vida.

27.Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos.

28.Si malgastas tu tiempo, el tiempo te pasará la cuenta.

29.Sólo le falta el tiempo, a quien no sabe aprovecharlo.

30.Suceda lo que suceda, bueno o malo, el tiempo pasa.

Si quieres comunicarte con el autor de este artículo, escribe un mensaje a jgsentandreu@legionaries.org




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