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Introducción
Escritores Actuales /Cases Enrique

Por: P. Enrique Cases | Fuente: Catholic.net



La semana anterior a la Pasión la vive Jesús en Betania. Habla con Lázaro. Habla con los discípulos. Pero, sobre todo, habla con el Padre. Van a ser unos días de oración intensa. La clarividencia es total en Jesús. Sabe lo que va a suceder. Ya lo ha anunciado varias veces con gran detalle.

Además, para cualquier mente despierta era claro que se iba a producir una confrontación total con las cabezas del pueblo. Todo iba a quedar claro en aquellos días. Los discípulos lo ven, pero no lo ven todo, pues desconocen la profundidad del drama. Desconocen la fuerza del pecado y la violencia del diablo. Ellos no lo saben, pero Jesús sí lo sabe.

En esos días reafirma su voluntad humana y divina de entrar en la lucha de ese modo tan sorprendente que será ir humilde a la muerte sin defenderse. Va a convertir la confrontación en un sacrificio. Va a demostrar que el amor es más fuerte que la muerte. Va amar a todos a pesar de todas las dificultades. Y eso es el contenido de su oración dolorida y amorosa, valiente y silenciosa.

El sábado fue un día de especial oración. Jesús, como el soldado antes de la batalla, vela su espíritu para lo que va a suceder. Su mente ve, su voluntad quiere, su corazón ama. Siente el rechazo y la resistencia, es tentado más intensamente de lo que fue en el desierto, pero sigue firme la respuesta generosa de amor al Padre y a los hombres.

 



Acompañemos a Jesús en estos días:

El Domingo de Ramos.

El lunes santo.

El martes santo.

Martes santo: Jesús y los escribas y fariseos.

El miércoles santo.

La Última Cena.

La oración en el huerto de Getsemaní.

Camino a la Cruz.