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¿Dónde están las riquezas del Vaticano?

¿Dónde están las riquezas del Vaticano?
¿Cómo se sostiene económicamente el Vaticano?


Por: n/a | Fuente: Corazones.org



La crítica contra los templos

Frecuentemente se acusa a la Iglesia de ser rica por tener numerosos templos.

Los templos son sagrados porque están dedicados a Dios para culto. Los cristianos desean reflejar en la construcción el amor y respeto debido a Dios. Nada puede ser mas importante que el culto divino.

Jesucristo frecuentaba la sinagoga y, cuando estaba en Jerusalén, asistía al templo y en el enseñaba. Jesús pone como ejemplo a una viuda que ofrece al templo lo que necesita para comer (Cf. Mc 12:44). Tanto fue su celo por el Templo que en una ocasión echó fuera los que no lo respetaban como Casa de Oración (Mt 21,12-13).

Los templos no son propiedad del clero. Pertenecen a todos. Son el único lugar hermoso donde los pobres saben que están en su propia casa. Los templos se construyen con el esfuerzo de todos los creyentes, ricos y pobres y todos por igual tienen acceso a ellos pues no se cobra la entrada.

Dar culto a Dios no es escapar las realidades del mundo. Al contrario. Solo el que se encuentra con Dios sabrá en vivir las exigencias del amor sobrenatural que Dios nos pide para con los pobres.

Aun mirado desde es punto de vista puramente material, el costo de construir los templos no empobrece sino que enriquece. La construcción genera empleo pues requiere mucha mano de obra y las Iglesias son una de las pocas obras que los mismos pobres que las construyen gozan como cosa propia, pues ellos mismos asisten a la Iglesia con toda su familia. Los pobres son los que mas van a la Iglesia, afirmando allí su dignidad y la unión con Dios que es Padre de todos. Los templos pueden durar por siglos, siendo así que enriquecen a numerosas generaciones. ¿Que serían nuestras ciudades hoy sin las bellas iglesias que nuestros antepasados construyeron?.

Los templos son lugar de oración, centro religioso de la comunidad, patrimonio cultural de la humanidad. Sus frutos no se pueden calcular solo en términos económicos. La esperanza de la humanidad está en su encuentro con Dios, en su conversión y en su culto a Dios. Es de la experiencia de fe que surge el hombre nuevo capaz de trabajar para un mundo mas justo que venza los males, entre ellos la pobreza.

Si calculamos la longevidad de los templos y los cientos de miles, en algunos casos millones, que en transcurso de esos años dan en ellos culto a Dios, podemos descubrir que los gastos de la construcción de un templo son recursos muy bien aprovechados.

Habría que preguntarse cual es la verdadera razón detrás de la crítica contra los templos. ¿No será en muchos casos la misma queja de Judas ante el derroche de perfume de aquella mujer? Jesús respondió:

«¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "obra buena" ha hecho conmigo. Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. -Mateo 26:10-11.

Jesús miraba con otros ojos y ciertamente no le faltaba amor por los pobres.

No son los templos los que causan o mantienen la pobreza sino la corrupción, los vicios, el egoísmo, la falta de adecuada producción, los salarios injustos y otros factores todos ellos fruto del pecado. Es solo cuando ponemos a Dios por encima de todo que podemos liberarnos de esos y otros males. Los templos sirven como lugar de encuentro para esa liberación.


Las riquezas del Papa

El Papa ni es rico ni vive como tal. Es un hombre de Dios totalmente dedicado a su ministerio en servicio a toda la humanidad. La vida del Papa es austera. Los que han visto su apartamento y su despacho saben la verdad. Comienza su día en la capilla a las 5 AM...

Todo lo hace en función a la gloria de Dios y el bien de las almas.

¿Que vive en un palacio? Vive en un antiguo "palacio" en el Vaticano pues su misión no le permite vivir en un apartamento de la ciudad. ¿Acaso se pueden imaginar el Papa tomando un autobús para ir al Vaticano cada mañana?. Los que dicen estas cosas parece que no comprenden cuanto ama la gente al Papa. Cuando el Papa sale en público hace falta todo un sistema para que las masas no se le tiren encima.

¿Que viaja mucho? -Si, porque ha querido llegar personalmente con el Evangelio a todos sus hijos. Son viajes agotadores. Ciertamente no un paseo turístico de millonario. Cada visita cuesta millones, pero no es por placer personal. Es por el bien de millones. Quien ha podido estar presente en una misa o audiencia papal sabe muy bien la gracia espiritual que esto representa.

¿Que tiene mucho dinero y riquezas? -No es cierto. El Papa es administrador. No son riquezas personales. ¿Acaso a alguien se le ocurre decir que un piloto comercial es rico porque tiene una nave aérea bajo sus controles?. Como pastor de la Iglesia universal, el Papa es responsable por la administración del Vaticano y esto implica recursos económicos. Esos recursos son en realidad una cantidad muy moderada ante las necesidades reales de la Iglesia en el servicio de la grey.

Los museos del Vaticano no son propiedad del Papa sino de la Iglesia, es decir de todos los bautizados. Son patrimonio de la humanidad. Millones lo visitan cada año, sin consideración de religión o carencia de ella.


El dinero del Vaticano

¿Cómo se sostiene económicamente el Vaticano?

Habla monseñor Sebastiani, prefecto para Asuntos Económicos de la Santa Sede. CIUDAD DEL VATICANO, 23 julio 98. Tomado de Zenit.

"Para la Iglesia las libres donaciones se han revelado más rentables que las tasas. Quizá la razón es psicológica. Pero si la Santa Sede ha saneado, poco a poco, sus propias cuentas ha sido gracias a una verdadera competencia de solidaridad entre los fieles, conferencias episcopales y órdenes religiosas, que comenzó en 1992 con la reforma del código canónico. Aquí en el Vaticano hemos aplicado el axioma común a cualquier empresa bien gestionada: contener el gasto y aumentar las entradas. Es todo. Incluso aunque, este año, hemos aumentado las ayudas familiares a nuestros empleados en un 40%, embarcándonos en un notable gravamen. Pero quien fantasea con inmensas riquezas, tesoros escondidos, se equivoca de plano. Vamos tirando, y con parsimonia. Cuidamos mucho la manutención de nuestros inmuebles, porque es mejor gastar antes que cuando el inmueble ya se cae de viejo. Vamos tirando, invirtiendo con gran prudencia, buscando salvaguardar la herencia patrimonial recibida del Estado italiano con la firma de los Pactos Lateranenses".

El arzobispo italiano Sergio Sebastiani, de 67 años, 38 de los cuales vividos en las nunciaturas apostólicas de medio mundo, sonríe persuasivo como sólo los diplomáticos de largo recorrido lo saben hacer. Sebastiani es, desde hace pocos meses, presidente de la Prefectura para Asuntos Económicos. En declaraciones concedidas al "Corriere della Sera", el diario italiano de mayor tirada, ha explicado en qué consiste la labor del organismo vaticano que dirige. "Equivale al Ministerio de Economía y Hacienda y, al mismo tiempo, al Tribunal de Cuentas del Estado --explica-- pero haciendo ciertas comparaciones no se puede uno olvidar que la Iglesia tiene una misión espiritual, no material. Aquí los recursos económicos son solamente el medio, no el fin".

En su sobrio despacho, anejo a la columnata de San Pedro, monseñor Sebastiani cuenta como, en los años 67-68, como joven secretario del cardenal Giovanni Benelli, colaboró justamente en el nacimiento de la Prefectura que hoy preside. Después, tras el trabajo en la Curia, para Sebastiani se abrió el camino de la diplomacia vaticana. "Aquí estamos todos marcados por la experiencia diplomática vivida en el extranjero. Es nuestro indumento mental . Pero ¿quién hubiera dicho que un día volvería aquí? He reencontrado este organismo postconciliar, bien estructurado, reforzado, respetado".

--Monseñor Sebastiani, ¿como se han saneado las finanzas de la Santa Sede?

--Hasta el 92, teníamos un fuerte déficit. Ese año marcamos un superavit récord de 19.000 millones de liras: una situación quizá irrepetible, debida al cambio favorable de divisas. Es decir, al refuerzo del dólar --la divisa en la que recibimos muchas ofrendas-- respecto a la lira, la divisa que usamos en nuestras cuentas.

--¿La diferencia se debe a las donaciones?

--Hoy recibimos en total más de 100.000 millones de liras al año en donaciones libres, de las que 34.000 millones vienen de los obispos. Estos últimos, según el canon 1.271 del Código de Derecho Canónico, tienen la obligación moral de contribuir a las necesidades materiales de la Iglesia.

En el fondo, si se piensa, la Santa Sede está al servicio de las comunidades eclesiales locales, así como el Estado está al servicio de los ciudadanos. Las diócesis individuales, por lo tanto, tienen sus propios asuntos económicos pero aportan una contribución voluntaria a Roma porque, en cambio, reciben un servicio. Piense sólo en nuestra actividad diplomática o en las misiones. Siguiendo el mismo principio, a su vez las diócesis reciben contribuciones de los fieles".

--¿Cuáles son las conferencias episcopales más generosas con Roma?

--En el primer puesto está, desde hace algunos años la Conferencia Episcopal Alemana, seguida de la americana e italiana. Después están las aportaciones privadas: en Estados Unidos, han creado asociaciones que recogen fondos para la Santa Sede, como los Caballeros de Colón o la Fundación Papal. ¿Y sabe quién da más? Los pobres, no los ricos. La Iglesia se sostiene todavía gracias el óbolo de la viuda. Además de los fieles individuales y de los obispos, llega incluso la pequeña contribución de las congregaciones religiosas, poco más de 2.500 millones al año"

--¿Y el óbolo de San Pedro?

--No entra en nuestro capital consolidado, sino que se aparta directamente para que el Santo Padre haga con ese dinero lo que crea más conveniente. No sabemos el destino exacto de esta suma, que de todas maneras viene usada para obras de caridad, las misiones y la asistencia a las Iglesias pobres".

--Por qué la Iglesia no tiene una estructura financiera centralizada, como sucede a nivel doctrinal?

--Al contrario de lo que sucede en el campo doctrinal, donde el Papa tiene el mandato de conservar a través de los siglos el depósito de la fe, en la gestión de los propios recursos, la Iglesia es una realidad descentralizada. Es decir, deja autonomía a cada administración vaticana, aunque bajo el control y la vigilancia de la Prefectura para Asuntos Económicos.

ZN980723-7 Zenit



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