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Padre Mauricio Cuesta Pardo
Fundador de la Comunidad Misioneros Predicadores de Jesús María


Por: Redacción | Fuente: Comunidad Misioneros Predicadores de Jesús María



Fundador de la Comunidad Misioneros Predicadores de Jesús María

Nació el 8 de octubre de 1967 en Santa María (Huila), Colombia.

Sus padres José Domingo Cuesta Moreno y Teresa Pardo De Cuesta quienes tuvieron 11 hijos, siendo el Padre Mauricio el menor de ellos.

Aunque sus padres nacieron en Cundinamarca se fueron a vivir por 30 años al departamento del Huila y por esa razón allí nació el Padre Mauricio; cuando el tenia año y medio se fueron a vivir a Santa Fe de Bogota en el barrio el Sosiego ubicado al sur oriente de esta ciudad.

Sus estudios primarios los realizó en el Instituto Yépez Jiménez. La secundaria en el Colegio Gustavo Restrepo graduándose de bachiller técnico en electrónica en el año de 1984.

A sus 17 años entró al primer año de filosofía con los Padre Redentoristas y al año siguiente en 1986 inicio su año de noviciado.

Finalizando este año tomo la decisión de incorporarse a los padres Eudistas del Minuto de Dios. Allí estudió sus dos últimos años de filosofía en el Seminario Mayor de Valmaria en Usaquen y sus estudios teológicos los realizó en la Pontificia Universidad Javeriana de los padres Jesuitas.

Tan pronto fue Ordenado como Diacono en el años de 1991 lo enviaron a la parroquia de Maria Reina en el barrio Santa fe en Bogotá y se ordeno como sacerdote el 5 de septiembre de 1992 en el minuto de Dios en la congregación de Jesús y María.

A los 8 días de ser ordenado como presbítero fue enviado al seminario Mayor Cristo Sacerdote en Ambato Ecuador, allí además de ser formador prestó los servicios como asesor de la Renovación Carismática y fundó la comunidad Laical "Cristo y María", el 3 de octubre de 1994 durante esos 3 años fue madurando la idea de fundar una sociedad de vida apostólica en sus dos ramas, Masculina y femenina.

Convencido de que era por inspiración de Dios, y confiando en que por la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo iba a ser posible, el Padre Carlos Mauricio Cuesta se lanza a la aventura de fundar una comunidad de vida apostólica.

El deseo de fundar la comunidad, surge en el P. Mauricio desde el inicio de su vida sacerdotal. Durante sus tres primeros años de ejercicio ministerial (1992- 1995) en la ciudad de Ambato, Ecuador, como formador del Seminario Mayor "Cristo Sacerdote"; éste sueño fue madurando en su corazón cada día más.

La nueva comunidad tendría un carisma específico que es la predicación itinerante mediante la realización de Congresos y conciertos católicos de alabanza, con la espiritualidad de la Renovación Católica Carismática.

Esta labor se llevaría a cabo llegando a diversas partes del mundo a comunicar la Buena Nueva del Señor.

Para confirmar si la inspiración procedía de Dios o no, el P. Mauricio Cuesta, se dirigió a la persona de Monseñor Vicente Cisneros, obispo de Ambato, quien dio una aprobación verbal al proyecto del P. Mauricio. Esto sirvió de confirmación..

Las pruebas y las dificultades constituían un signos de que Dios está aprobando y bendiciendo el proyecto.

Luego de un tiempo fue imposible la incardinación del P. Mauricio Cuesta en la Diócesis de Ambato, obviamente era imposible fundar la comunidad. Esto le sirvió para aprender a caminar en fe y sobre las aguas. Es así que luego de buscar el apoyo de varios obispos en Ecuador, el 5 de septiembre de 1995 llegó a la diócesis de Villavicencio, Colombia, en donde Monseñor Alfonso Cabezas, guiado por el Espíritu Santo, recibió, como un padre, al P. Mauricio y aprobó la fundación de la Comunidad.

La fecha de la aprobación otorgada por Monseñor Cabezas coincide con la de ordenación sacerdotal de nuestro padre fundador. Días más tarde el P. Mauricio Cuesta se establece junto con cinco seminaristas, más el actual Diácono Permanente Guillermo Gonzáles en el cerro de Cristo Rey.

Dios es quien mueve toda esta obra que procede de su mismo querer por lo que no se hizo esperar el crecimiento de vocaciones que se sentían atraídos por Dios en este estilo de apostolado; además el Buen Dios proveía todo lo que materialmente se necesitaba; prueba de ello es que luego de un tiempo Dios permitió que se adquiriera una finca en la que se construiría la casa para las Hermanas Religiosas y el Seminario para los futuros Sacerdotes Predicadores.

Luego de vivir seis años en Villavicencio, la experiencia de lo que es una Sociedad de Vida Apostólica el padre Mauricio Cuesta sintió una nueva opción de vida por lo que tomó la determinación de establecer la comunidad como Congregación Religiosa en la que se emitirían de forma pública los votos de: Castidad, Pobreza y Obediencia más el voto de perseverancia en los Misioneros Predicadores de Jesús y Maria hasta la muerte. La nueva propuesta fue acogida por unos, reflexionada y rechazada por otros.

Siguiendo los preceptos estipulados por la Santa Madre Iglesia Católica, expuestos en el Código de Derecho canónico, el P. Mauricio Cuesta, junto con aquellos de sus hijos espirituales, que habían aceptado el nuevo estado de vida, procedió a solicitar el permiso correspondiente al obispo de Villavicencio para buscar una Diócesis en donde le permitieran iniciar la nueva experiencia de vida religiosa.

Luego de bregar por distintos lugares de Colombia y Estados Unidos, llega a la Diócesis de León, en Nicaragua, donde Monseñor César Bosco Vivas aprobó con alegría el carisma y el género de vida de los Misioneros Predicadores de Jesús y María y Monseñor Benito Penztke, Vicario General de la diócesis de León acepto ser co-fundador junto con el padre Darío Betancourt , Padre Jorge Córdova y el Diacono Guillermo González

La fecha de aprobación de la Comunidad en esta Diócesis de León fue el 25 de noviembre del año 2002, día en que murió el Padre Rafael García Herreros, inspirador y patrono de esta congregación religiosa.

Establecieron su sede en el Reparto Rubén Darío y están a cargo de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en la Comarca de Chacraseca y Lechecuagos.

Entre seminaristas, religiosas, postulantes, aspirantes y laicos consagrados más nuestro fundador y el diácono permanente Guillermo González superamos los 35 miembros de nuestra comunidad. Resaltamos de una manera especial a los músicos que quieren servirle al señor a tiempo completo, quienes han conformado la orquesta de alabanza "Más Que Vencedores".







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