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Testimonios
1. PÁNICO

Hemos dicho que el alma de la mujer se inclina a atormentarse por el temor de males posibles o inminentes. El Tentador le prometió, en efecto, a Eva, no solamente el conocimiento del bien, sino el conocimiento del bien y del mal. Pero en los hechos, Eva no resultó capaz de hacer el bien que quiere ni de evitar o conjurar los males que teme y conoce igualmente bien. La posibilidad del mal o de los males, se le convierte a veces en certeza. Un demonio amenazador parece divertirse atemorizándola y atormentándola con males que ella es capaz de imaginar, de prever como posibles, de temer como inminentes... pero incapaz de conjurar. Esos temores pueden alcanzar la intensidad del pánico y convertirse en una dolencia del alma que es necesario medicar, como le sucedió a Raquel, de quien ese el siguiente testimonio.

Padre,
Estoy muy atormentada y creo que no puedo más. Tengo miedo de perder la razón, de dejar a mi familia sin mí, de enfermarme seriamente por luchar tanto en mi mente. De día me asaltan pensamientos de honda preocupación por mi angustia permanente, pero de noche ya es casi una locura. Comienzo a sudar, taquicardia, mareos, desesperación ante pensamientos que me asaltan para hacerme creer que voy a enloquecer o morir en medio de esta batalla. Yo trato de orar, rezar, leer y cuando nada da resultado me levanto, como ahora, y prendo la computadora para conectarme con hermanos para pedirles ayuda. Me despierto con tanta inquietud que a veces saldría corriendo pues no encuentro nada que me calme. Ahora he tomado un cuarto de un medicamento que me había recetado el Psiquiatra pues creo que tengo que cuidar mi salud. Me resisto a tomar medicación. Pero me parece que si no lo hago, corro peligro pues mi salud no va a aguantar el mal descanso y la mala alimentación de este tiempo. No sé qué es lo que agravó mi estado pues yo me estaba sintiendo un poco mejor, pero siento que cada vez voy más abajo. A pesar de todo sé que mi Dios me va a ayudar, aunque me parezca que no está mirando lo que me pasa. Ruego a Él que se apiade y me dé la fuerza para seguir y ganar esta batalla. Ore por mí por favor y envíeme su consejo ante esto. Muchas gracias.
Raquel

2. CELOS
Una forma de miedo a perder el amor del otro
que puede llegar a ser pánico

Hola Padre.
¿Cómo estas? Espero que muy bien. Yo acá, un poco mareada con mis sentimientos y pensamientos, tratando de escribir algo que me aclare, y que te sirva a ti, para recolectar opiniones y sentimientos de hombres y mujeres en pareja, como me habías hablado.
Si no sale nada bueno de esto, descartalo. Vos podes modificarle y recortarle lo que te parezca, y considera que va escrito como sale y con todos los defectos que tengo y los pesimismos del momento. Que Dios te ayude.

Me sale afirmar que las mujeres precisamos una especie de atención especial, por parte del marido, como si siempre quisiéramos que nos adorara. Cuando mi marido mira a otra mujer con interés o varias veces, se me ponen los pelos de punta, y es como si yo ya empezara a pensar que quiere algo con ella. No me planteo que si yo veo un hombre lindo lo miro, y me gusta, pero sin pensar en tener nada con él. No, pongo intencionalidad en la mirada de mi marido. Y además, si justo hace unos días que estamos mal, o no me presta mucha atención, etc., no puedo ser ni un poquito misericordiosa, soy odiosa. Y te estoy diciendo tal y cual lo siento.
Después que hubo una infidelidad o un intento de la misma, en un matrimonio, se abre un mundo nuevo y desgastante. Esto no es solo experiencia mía, sino también el caso de otras amigas y familiares. Es como si entonces, yo abriera un radar gigante que capta las miradas y comentarios de mi marido, solo y con amigos. Además chequeo si los tipos de mujeres que mira son como esa mujer que le interesó antes, para saber si se acuerda de ella, o si resulta que ahora le gustan las mujeres de ese tipo, etc. Todas bases diabólicas para armar un montón de conjeturas en mi mente que me dan amargura. Pero si se lo reprocho a él, en algún momento, con mis conclusiones y todo, resulta que el no entiende nada. Dice que si, que miro a esa mujer, pero no tantas veces como yo digo y que podía ser linda pero el no quiere nada con ella. Además me agrega que yo mezclo las cosas y que arrastro cosas de otros idas generando así una pelea mucho más grande. Lo primero, se me ocurre pensar que es un cretino y un mentiroso, otras veces, se me ocurre pensar que capaz que tiene razón, que estoy agrandando las cosas y siendo por ende injusta con él.

Me parece Padre, que como dice San Francisco de Asís, el diablo cuando puede asirte de un hilo, cambia ese hilo en tronco. Porque todo lo agranda.
Estas cosas nos hacen mal cuando las pensamos y también cuando las decimos. Pero en algunas de estas peleas Dios permite que se nos ilumine el entendimiento y entonces vemos que estamos generalizando y buscando patrones de comportamiento en nuestros esposos (en realidad son ellos los que nos hacen ver esto, porque mientras nosotras seguimos atando cabos, como si fuéramos investigadoras, ellos bajan la pelota al piso, y te hablan de cada hecho en particular).

Me parece que, como una vez tuve razón en algo referente a una infidelidad, ahora me creo siempre con razón en ese tema, y me comporto como jueza y señora. Me lanzo a juzgar sentimientos y creo que puedo "leer pensamientos" y hasta manejar comportamientos, es aberrante. Me parece que todo lo tuerce el diablo y como 1 vez Dios nos dio luz en este aspecto, ahora el diablo te tienta a llevar cosas chicas, sin importancia, por el mismo camino que cuando estuviste en lo cierto, entonces no hay quien te saque de tus cinco. Así hartas a tu marido, además sos soberbia con él, y todo se torna imbancable.

Santa Teresa de Avila, me hizo ver esta tentación bien clarita, y (me doy cuenta ahora) que cuando se presenta de nuevo, solo tengo que tratar de ver si ese pensamiento viene de Dios.
Mira Padre, todo esto te debe parecer una pesadez, sucede que es difícil salir de la rosca. Anoche me imaginaba que toda esa bola de pensamientos salía como disparada de mi corazón y reventaba en el aire, desaparecía, le pido eso a Jesús, porque mientras esto exista, no hay nada de esa libertad preciosa que a veces vislumbro.

Me parece que el tema de la infidelidad pasó a ser obsesivo para mí, después que la confianza se rompió, y se abre entonces una brecha en la pareja: cada vez se agranda mas la distancia: -las mujeres convencidas de que no se nos da bolilla, buscamos en la belleza, el arreglo de la casa y la adquisición de pequeños lujos, la satisfacción nuestra, y - los hombres, buscarán ver deportes y cosas light en la tele, o conseguirán otras mujeres que no los molesten con control y reclamos.

Esta parte la estoy suponiendo porque sinceramente no entiendo qué piensan los hombres. Precisamente la brecha que se abre es esa, la incomprensión mutua, el mito de "quien entiende a las mujeres?" y de "los hombres son todos iguales".

Padre puedo estar exagerando, pero esto es lo que se me ocurre que puede pasar después de muchos años de un problema que se arrastra y reprocha.
Releyéndolo, sacaría cosas, (porque hago ver a las mujeres muy manipuladoras, pero es que no siempre somos conscientes de estas cretinadas que hacemos) así que mejor saca tú lo que te parezca.

Creo que soy un poco egoísta y no resisto la idea de que mi esposo se fije menos en mi por mirar a otras mujeres, o porque a mí ya me conoce. Yo quiero que se dé cuenta si me arreglo, o que me diga que me quiere aunque no pase nada y no hayamos estado peleando. Si no parece que obligan a las mujeres a estar llamando la atención con histerismos, porque sino no nos dan bola. Que andes muy bien, que Dios te bendiga.
Virginia

3. ELLA CONTROLABA TANTAS COSAS
Ejercicio ilegal de la Divinidad
y usurpación de la divina Providencia


Padre,
A Mamá la internaron el jueves. Para que el vientre desinflame tiene que estar solo a suero y calmantes, nada por boca. El proceso le dijeron que llevada 10 días, empezando desde ayer. Sufrió muchísimo. Ayer y hoy está menos dolorida, pero quiere irse, ya, del sanatorio. Parece que hoy le hacen una endoscopía de nuevo, porque esta bastante desinflamada ya, por suerte.
Dios quiera que todo salga bien, y que esto signifique un cambio de vida para todos nosotros, porque Mama es una mujer que se exige mucho y a la que le exigimos mucho, sin querer, pero ahora nos damos cuenta.

Un día de estos, yo estaba muy asustada, le preguntaba a Dios por qué le hacía esto, y sentía una sensación fuerte de desamparo. Entonces, se me ocurrió, que capaz que estos días en el sanatorio eran una forma de cuidarla a ella de nosotros y de ella misma. Un parate, porque no te miento que su vida es una vorágine, y ella no quiere parar. No sabía que Mama tenia ese desasosiego. Pensé muchas cosas estos días, yo no me había dado cuenta que ella controlaba y mantenía andando tantas cosas, pero a su vez esta atada a esas cosas con una fuerza y una terquedad que la hacen sublevarse a estar en el sanatorio. Antes yo quería ser como ella, ahora no, la veo atada. A mí me asusta que pueda ser algo malo. Dice mi esposo que deje todo en las manos de Dios, y que tenga fe, que no sirve creer solo en las buenas, tiene mucha razón, tanta como el desasosiego que me ataca a mí de a ratos. Reza por nosotros, yo rezo por tus intenciones. Gracias y saludos.
Verónica

Querida Verónica:
Lo que me escribiste acerca de tu mamá y todo lo que ella se echa sobre sí, es de antología. Es un retrato perfecto de la bienintencionada usurpación de la divina providencia y del ingenuo ejercicio ilegal de la divinidad. La tentación a la que sucumbe la mujer buena es la de querer ser la divina providencia para los que ama.

Encomendemos a tu mamá. Lo que te dice tu esposo, no te lo dice él, te lo manda decir el Padre por boca suya. Porque no sé si es lo que él lograría hacer en una situación equivalente, porque su fe es debilucha. Dicho con todo respeto por tu esposo. Pero por ser tu esposo y por la gracia de estado que tiene, parece que hace de profeta para ti y te dice cosas que son realmente de Dios y exceden su capacidad como creyente. Pero eso a su vez, puede ayudarlo a crecer en fe, si se da cuenta cómo el Señor opera en él y a través de él en ti, para tu bien espiritual.
Lo que te dice es cierto. La oración que conviene es llamar al Angel de la Guarda en tu ayuda, y ponerte delante del Padre, o pedirle Upa Papa, estoy asustada, pero confío en ti y sobre todo acepto todo lo que me mandes, dame la gracia de comprender y aceptar que lo que tú haces es lo mejor. "Ni un cabello cae sin su permiso".

Para tu enseñanza. Ejercitate en ponerte delante de Dios como creatura. Declarar que no sabés lo que es bueno o malo, y que él lo sabe mejor que tú. Y dejar que el Padre conduzca las cosas. Obedecer y aceptar. Eso salva el alma de los engaños del Malo bajo apariencia de bien.
Bendiciones

4. FRACASO MATRIMONIAL
Por violencia femenina
Agustín me cuenta:
Pues han pasado muchas cosas desde mi matrimonio. Las cosas no funcionaron. El caso es que estoy separado, y estoy empezando los trámites del divorcio. Pues todos los días era criticarme, echarme en cara todo lo que hacía, decidía, y hasta por lo que no hacía. Me humillaba muy feo delante de su familia, y hasta en lo más íntimo de la casa... Ni en la luna de miel, prefería irse a caminar sola que conmigo. y si la acompañaba, aumentaba su paso... Cuando trataba de abrazarla, siempre se enojaba y decía que era tenía muchas cosas que hacer, como hacer sus ejercicios o irse a correr.

La ultima semana que estuve con ella, no quiso acompañarme conmigo de paseo, según ella se sentía enferma, tan enferma que dos días después salió de paseo con sus amigos de trabajo, desde ese día me empecé a sentir muy mal, de la angustia, me empezó a dolor el pecho. Ella ni comentario me hizo de como me había ido, pero sí de cómo a ella le gustó su viaje. Y yo me sentía muy mal, que ni la escuché, pasaron los días y me sentía igual con una presión en el
pecho, sin ganas de comer y hablar. Pasado tres días, llego a casa y me pone una cara enojada y me empieza a reclamar que porqué no he pasado a visitar a su mamá y hermana, me preguntaba qué habían hecho ellas para que yo no fuera, yo le decía que nada, todo está bien... (es que vivíamos en el mismo terreno donde la mamá de ella vive) y me reclamó más cosas, hasta que estallé, y le dije que allí me sentía solo, que nadie me quiere y más cosas que no recuerdo... pues se enojó aún más que estuve una semana que ni me dirigía la palabra... yo me sentí aun peor... Hasta que decidí irme. Mis papás y me apoyaron. al igual que mi familia.
Sabe, tampoco me dejaba tener un lugarcito para poner la imagen de la Inmaculada Concepción de María en la casa, siempre me reclamaba que su casa no era iglesia.
Mis tías me han dicho que también vea lo de la anulación del matrimonio en la parroquia.
A ver qué recomendaciones me puede dar. He estado yendo a terapias con psicólogos, para superar mis traumas. Pues ahora estoy en casa de mis padres nuevamente
Agustín

5. UN MARIDO QUE NO PERDONA

Querido Padre:
¿Cómo anda? Acá todo va, a veces bien otras no. Mi marido cada vez me dice más convencido de que no me ama, es una situación dolorosa y no sé como actuar, me dijo muy claro y que no era nada nuevo de que él sólo está conmigo por las mellizas, anoche también me dijo que no me amaba y hoy con mucha calma, mirándome a los ojos, dijo que si yo tenia dos dedos de frente sabía qué determinación tomar que él no logra unir el hecho de que él haya actuado antes mal, con que yo me haya acostado con otro hombre, no puede perdonarme y no quiere hacerlo. Padre yo le digo que los malos tratos se han terminado, me refiero a la violencia y que usted sabe, ya no me pega más y yo tampoco actúo desenfrenadamente pero se acabó para él completamente el amor, hace tiempo y mucho que yo no recibo caricias ni palabras de amor sólo silencios que dicen todo, esto me frustra porque yo deseo tener hijos ser mamá tener una familia feliz y no se da. Él cada día está más y más distante y yo cada día más triste y por mis mellizas trato de estar bien y hago todo por que ellas no lo noten pero lo más lamentable es que se da cuenta, él dice que nada justifica lo que yo hice y lo sé y lo lamento pero ante el error ya cometido, se acabó la violencia y se acabó el amor, yo no quiero cometer más estupideces y quiero vivir en gracia de Dios pero ¿Qué hago? ¿Qué hago si él no es feliz y no me ama? Él está sólo por las mellizas a mi lado y está siempre amargado y a mí ni siquiera me mira; todo esto me está dañando ya hasta físicamente, ayer después de que me dijo todo eso le pedía a Jesús que no se apartara de mí y estaba como desvanecida y sin fuerzas, terminé vomitando y llorando. No hay más violencia ni gritos pero sucede todo esto. Es muy feo. Padre le pido oración, tener fuerzas y paz para asumir y afrontar esto de la mejor manera posible y que la Virgen me acompañe que no nos abandone quiero separarme de él, tengo miedo, no quiero que mi hija sufra, los amo a los dos que hago? Le pido su consejo, no cometería jamas la necedad de irme a buscar consuelo a los brazos de otro hombre, pasaban estas cosas y mucho peor antes. También en ese entonces decía no amarme y una sola vez por una sola vez que pensé en mí, caí en los brazos equivocados y pasé todo ese infierno. Por eso ahora recurro a Dios a través suyo para que me ayude y no me equivoque; lo quiere mucho.
Bertha


Querida hija, en la anterior te adjunté el testimonio de Emi, para que tengas esperanza. Ahora quiero comentarte algo acerca de lo que sucede con tu esposo según intuyo. Está con un volcán de ira adentro, aunque parezca que está sereno por fuera. No puede perdonar por su ira. Está enojado contigo y por eso la ira le impide saber si te ama o no. Tendría que decirte que está enojado contigo. Y eso te lo dice diciendo que no puede ni quiere perdonarte. Es su orgullo de hombre herido. Eso es lo que le mata la capacidad de amar. No desea tu bien. Desea el suyo. ¡Pobre! Reza por él para que el Padre no lo humille cayendo en algún pecado terrible, o en una situación en que necesite de ti, como puede ser una enfermedad.

A ti te hacen sufrir también tus deseos frustrados: puedes hacer una lista, que tu marido te perdone, tener más hijos, tener una familia, ser feliz... Tienes que ofrecerle esos deseos al Padre, y decirle: Si tú quieres Padre, pero no se haga mi voluntad sino la tuya... ¿Dices que quiere separarte? Dices: tengo miedo ¿Por qué tienes miedo de estar con él? Para tus mellizas, es mejor que estén juntos aunque se den cuenta de la ira del papá, que no separados los padres. Preferible la casa aunque sea un purgatorio.

Son caminos de purificación y si los sabemos aceptar y llevar en fe, nos llevan a la santidad, a la caridad heroica, al martirio. El hogar es el lugar del martirio y de las virtudes heroicas.
He releído tu carta. Creo que ya le has dicho que lo que hiciste es porque ya antes te había dicho que no te quería y no te daba signos de amor. Entonces no vale la pena repetírselo. Ya lo sabe, pero no le gusta que te excuses y te disculpes, ni que le señales la culpa que tiene él, ahí está todo. Por lo tanto no te excuses ni te disculpes para no inculparlo. No hables más del asunto. Tampoco te detengas en discutir porque él no te ama. O de si te ama o no. Para ti debe ser tu esposo, al que juraste acompañar hasta la muerte y aunque no se lo merezca ¿quién se lo merece? es una palabra empeñada a Dios, que si la cumples por Dios, te hará santa. Porque no se puede cumplir si no es por amor a Dios. Emi encontró la fuerza en Jesús, el sagrario, la confesión frecuente, la comunión. Jesús te dará fuerza. Porque a pesar de la tormenta padecida el te quiere y tú lo quieres, y su mutuo amor se purificará en el crisol de la tribulación soportada juntos. No dejes de cuidar tu casa, de prepararle la comida. Pero no lo hagas esperando reconocimiento de él, ni le reclames reconocimiento.

Quizás el Padre te inspire en algún momento palabras adecuadas.
Él debería ver en ti la decisión de amarlo y seguirlo amando, haga él lo que haga. Eso es mejor no decirlo con palabras sino con actitudes. Es decir, hay que tener la decisión inquebrantable dentro. Y eso se manifiesta sin palabras.
Que el Espíritu Santo te dé esa fortaleza8




6. ASUSTADOS POR LA GINECÓLOGA

Padre Bojorge:
Recibí el correo electrónico que usted le envió a Virginia solicitando el testimonio acerca de nuestra experiencia. Lo conversamos con mi esposo y decidimos compartirla con usted esperando que ella pueda servir de ayuda a alguna pareja que pase por lo mismo que nosotros.

En mayo del año pasado quedé embarazada, este era el segundo embarazo ya que el primero lo perdí en el año 2002 con ocho semanas de gestación.
En el mes de julio (2003) tuve una pequeña pérdida por lo que consulté a mi doctora con mucho temor de que me sucediera lo mismo que en el anterior embarazo ya que coincidentemente estaba en la octava semana de gestación. Al hacerme una ecografía, me dice que la pérdida se debe a la ruptura de una vaso sanguíneo fuera de la placenta, que aparentemente el embrión estaba bien pero ella notaba un “engrosamiento anormal” (más de lo común) en la piel que recubre la cabeza y la columna vertebral. En ese momento nos indica que lo más conveniente es ver a un genetista para analizar el caso. Nos pide que por la noche pasemos a buscar las órdenes por su consultorio para realizar el estudio.

Esa noche le habla a mi esposo acerca de las posibilidades de dicha anormalidad: posible Síndrome de Down, cardiopatía, etc. y le menciona solapadamente la posibilidad de suspender el embarazo ante cualquier anomalía.

Fueron momentos difíciles y abrumadores para nosotros. Fue acá cuando apareció Victoria trayendo un apoyo importantísimo desde la fe. Nos trajo luz y esperanza. No teníamos hasta ese momento demasiada confianza con ella, sin embargo a partir de ese momento nuestra relación cambió, nos acercamos muchísimo pudiendo compartir rezos, misas y charla muy profundas. Creo que a ella la puso Dios en nuestras vidas para acercarnos su palabra.

Retomando nuestra historia, a la semana siguiente fuimos a visitar al genetista. En un primer momento el doctor nos preguntó muy sorprendido ¿qué hacíamos allí? ¿Por qué habíamos ido? Ya que era demasiado pronto para diagnosticar ese tipo de problemas. Nos explicó acerca de las probabilidades que tenía nuestro bebé de padecer alguna complicación y en realidad eran muy pocas (manejando las variables médico – científicas: edad de los padres, enfermedades o anomalías en nuestras familias, etc.)

Realmente se mostraba sorprendido, tanto es así que en un momento se retiró del consultorio para consultarle a su socia si ella sabía acerca de nuestro caso. Al entrar nuevamente su cara era otra, se mostraba mucho más serio, nos dijo que su socia había hablado con nuestra doctora y nos debíamos presentar allí al día siguiente para hacer una ecografía y confirmar el diagnóstico. El día siguiente confirmaron el diagnóstico de la doctora y recomendaron realizar una punción en la placenta (con todos los riesgos que implica para el bebé) pero no se podía realizar aún por un tema de ubicación, se encontraba atrás y no podían acceder allí con la aguja.

Nos citaron una semana después. Mientras tanto nosotros rezábamos muchísimo, estábamos muy confundidos y asustados. La semana siguiente concurrimos y se repitió la misma situación, no podían llegar al lugar en donde debían realizar la punción. Otra vez nos citaron para la próxima semana. En ese momento empezamos a dudar acerca de realizar ese estudio, entonces empezamos a investigar en Internet y descubrimos que un engrosamiento en la nuca del bebé no necesariamente significa una patología y además esa medición se debe realizar entre la semana 13 y la 16.

Fuimos una vez más a realizarnos la ecografía para ver si había cambiado la situación. Como todo seguía igual nos empezamos a preguntar qué estaba pasando, por qué no se podía realizar el estudio, creímos que eso era una señal y en ese momento decidimos que no correríamos el riesgo del estudio porque fuera cual fuera el resultado íbamos a tener a nuestro bebé.

Esperamos a la semana 13 y fuimos a un consultorio ecográfico para realizarnos el estudio de la traslucencia nucal y el resultado fue normal.

Nos sentimos muy aliviados, felices, tranquilos y sobretodo con mucha paz por haber tomado la determinación de tener al bebé sin importarnos el resultado de ningún estudio ya que consideramos que este hijo tan deseado era enviado por Dios y fuera como fuera era nuestro, y era el fruto de nuestro amor y ninguno de nosotros tenía el derecho de suspender esa vida.
Hoy tenemos un bebé hermoso y al recordar por todo lo que pasamos y lo difícil que fue lo queremos aún más. Gracias por su interés, saludos,
Úrsula, José y Carlitos


7. MENSAJE A LAS MADRES DESESPERADAS

El siguiente testimonio me lo envió un miembro de grupos pro vida por correo electrónico:
Hola: me llamo Mery y soy de Lima, Perú tengo 31 años y tengo 3 hijos Fiorella de siete años Sergio de tres y la última María Mercedes de dos años.
Mi experiencia es la siguiente: Después de tener a mi segundo hijo debido a que mi situación económica es bastante ajustada decidí no tener más hijos. Yo estaba cuidándome para quedarme con mi única hija (la primera) y salí embarazada del segundo. Mi consuelo fue que de repente sería varón, con eso me consolé, porque yo no quería tener mas hijos pero lo tuve y me sentía feliz de tener una mujercita y un varón.

El problema fue después cuando al año y medio salí embarazada también cuidándome, sentía que me quería morir. Entré en una depresión terrible, a pesar que tengo a mi esposo a mi lado nuestra situación económica sentía no daba para un hijo más. Entonces entré en una crisis terrible, la que no podía superar tan fácilmente y en algún momento cruzó por mi cabeza la idea del aborto. Es así como una noche soñé que tenía puesto un polo blanco y yo ya estaba en el sueño con una barriga de siete meses a más. Y vi estampada en el polo la imagen de nuestra Señora de Guadalupe, y la verdad no entendí qué significaba este sueño hasta el día sábado 30 de octubre del 2004 en que vi un especial de la Virgen de Guadalupe y supe que es la protectora de los niños no nacidos. La verdad estoy muy sorprendida de haber tenido dicha
Manifestación. En la actualidad soy muy feliz con mis tres hijos y aunque la situación es difícil al igual que en el resto del mundo, puedo dar gracias a Dios y a la Virgen Santísima por que al menos el pan de cada día siempre llega para mis hijos. Es más, después de esa experiencia con nuestra Señora de Guadalupe soñaba también con la virgen de las Mercedes, es por eso que mi hija lleva ese nombre.
Gracias Mery

Nota: a todas las madres desesperadas por que viene un hijo refúgiense en el amor de Dios y de nuestra Madre y todo lo demás será solucionado

8. HERIDAS QUE SE HEREDAN

Padre, desde hace 1 tiempo estoy entendiendo algunas cosas de la vida de mi madre, y hace 2 semanas que, yendo con los nenes a ver a mi abuela, ella me da consejos = a los de mama, y yo me desespero, sin decírselo. Me desespero porque reavivan una especie de herida en mí, una especie de amargura de la infancia, una tristeza.

Lo que te puedo contar es que mi madre siempre transmitió la idea de que hay que desconfiar y defenderse siempre de los hombres. Mas allá de conceptos que pueden tener su parte de acierto (que solo quieren tu cuerpo, bla bla) transmitieron una imagen del hombre como ser perverso y degenerado que puede hacer mucho daño a 1 mujer.

Leyendo en un libro de Louise A. Hay, sobre la causa de la última enfermedad de Mamá, vinieron a mi mente algunos momentos de nuestras vidas, algunos comentarios, y me puse a buscar algunas pistas, tratando de contar con la ayuda de Dios para que no me hiciera mal. Mi abuela te habla a cada rato de lo mismo, pero con mucho más vehemencia y crueldad que Mamá. Lo que es común es que las dos se deshacen en consejos y maneras de prevenirte de algo que no quieren contarte, pero que creo que es el abuso sexual. Sucede que no sé si todo esto viene de Dios o del diablo, cuando vengo de lo de mi abuela, vengo apabullada, a la mañana siguiente ya me siento bien.

Padre se me ocurrió que tal vez esto puede dar algunas luces sobre a dónde pueden conducir las malas experiencias sexuales en la vida de una familia, y cómo pueden ser transmitidas y grabar algo más que el pensamiento (pueden determinar elecciones en nuestra vida). Saludos,
Virginia

Querida Virginia:
Tu testimonio, como siempre, es precioso. Analicemos las cosas tomando el agua de un poco arriba. Recordarás que hemos hablado de los temores del alma de la mujer y de cómo ella, a veces, quiere conjurar los fantasmas que la asustan poniéndose a hacer de divina Providencia o de aprendiz de bruja.
Si tuvieras una hija, supongamos, y empezaras a asustarte de las cosas que le pueden pasar en el futuro, viendo las que le pasan a chicas alrededor de ti, de repente se te ocurre empezar a aconsejarla para dejarla amartillada como un arma y que se sepa defender y no sea tonta. Porque, de pronto, en la familia hubo, hacia atrás, una a la que dañaron por tonta, por inocente.
En esas situaciones, la mamá en vez de rezar y decírselo al Padre celestial, puede empezar a decirse a sí misma: no quiero que le pase esto y esto a mi hija... etc. etc. Ese no quiero es mortal. Es el no quiero de la diosa que sale enseguida a imponerle su voluntad al destino y a hacer ejercicio ilegal de la Divinidad y usurpación de la divina Providencia. Porque ese no quiero, no lo dice de cara al Padre y ante Dios, sino por sí y ante sí. Es un no quiero que la solitariza y la encierra en su soledad en la vida (Por eso, lo que digo no niega que hay hijas de Dios que en esas situaciones se vuelven a Dios y oran, ojo).

Entonces se introdujo en las mujeres de la familia, o en algunas más que en otras, el argumento de que a las suyas hay que ponerlas en guardia. Y se trasmiten los cuentos de terror.
Están también las mujeres desengañadas, las que pescaron uno al que apetecían todas, y luego se dieron cuenta de que era un don Juan, que las abandonó y no las hizo felices. Experiencias de desengaño de ellas con ellos hay tantas como mujeres y hombres.

¡Es el pecado original y sus consecuencias! ¡Qué novedad! Y todo eso es y lo experimentas, no sin razón, como enfermante y como para quedar revuelto
¿Por qué nos vino a salvar el Señor? ¿De qué vino a salvarnos? ¡Era necesario! ¡Vino por estas cosas que nos amargan la existencia!

A tu alma herida y penante por el pecado original, por ser hija de Eva, la perspectiva de los males la aterroriza. Más vale que no le hablen de ellos, porque son como cuentos de muertos y aparecidos contados en el fogón del campo antes de irse a dormir solo en el galpón. Claro que te aterran y te dejan mal. Porque te tocan la llaga de tu propia capacidad de terror. Te insuflan pánicos en un alma presta al pavor.

¿Cuál es el remedio? Upa Papá. Me pongo en tus manos. Me fío de tu amor providente. Aunque vengan pruebas, no vendrán sin tu amoroso permiso y vendrán con la fuerza para soportarla. No te pido que no me pruebes sino que me des la fuerza para no apartarme de tu amor por nada que permitas o me envíes positivamente. No permitas que dude de tu amor, jamás, por más duras que sean las pruebas de la vida. Sáname el alma temerosa y medrosa y dame un alma fuerte en el dolor como la de tu Hija María, mi Madre. Amén.
Y sana hacia atrás a todas las mujeres de mi familia que puedan haber sido víctimas de abusos sexuales, violaciones, mal trato de sus maridos, infidelidades de sus esposos, adulterio de ellas,
Sana también a los antepasados de mi esposo. Corta toda cadena de transmisión hereditaria de malos comportamientos sexuales a causa del pecado original y las pasiones desordenadas. Sánanos a nosotros y a nuestra descendencia de las consecuencias del pecado original por la sangre preciosísima de tu Hijo, derramada para nuestra redención. Que ella nos haga libres de todas las esclavitudes de las pasiones malas y destructoras. Y llénanos del gozo de ser hijos tuyos y vivir recibiendo tu amor. Amen.

9. MARILUZ
Amor recíproco o destrucción
Víctima y victimario en la violencia matrimonial

Un ejemplo de oblatividad matrimonial indiscreta durante años es el que Mariluz relata en su libro de memorias matrimoniales Rompecabezas. Una historia de sometimiento, violencia conyugal y recuperación, del que reproduciremos más abajo algunos pasajes.

La dolorosa experiencia de Mariluz junto a un hombre egoísta, iracundo y violento,
confirma que el amor de amistad debe ser recíproco. Cada uno de los amigos debe buscar sinceramente el bien del otro hasta el sacrificio de sí mismo. De ahí que se necesite la virtud de la generosidad en ambos. Si uno es generoso y el otro es egoísta, o si ambos son egoístas, no hay amistad, hay amor interesado. Y cuando es uno solo el que se sacrifica por amor, sin recibir reciprocidad, entonces hay una inmolación unilateral indiscreta. De ahí la delicada tarea llena de responsabilidad de la consejería matrimonial. No basta animar a la perseverancia en el sacrificio. Es necesario sacrificarse con discreción. El amor indiscreto, a toda costa, es ruinoso. Siempre la parte egoísta destruye a la generosa, si ésta no abre los ojos a tiempo.

Cuando son dos egoístas la unión no dura, porque los egoístas siempre tienen los ojos abiertos. El problema es el de la parte buena pero indiscreta. Ya decía Aristóteles que para que la amistad sea duradera, los amigos deben ser virtuosos. Sin virtud no hay amistad y sin amistad no hay felicidad.

“El trabajo del hombre sometedor9 , al que también denomino tiránico (que ejerce una influencia fuerte, irresistible, que abusa de la autoridad), sobre una mujer es lento, paulatino, sutil, pero constante y tenaz. Por supuesto que debe partir de una base dada; no cualquier mujer permitirá que se ejerza sobe ella ese tipo e poder desmedido y enfermo que caracteriza al hombre tiránico. Por eso toda relación tiránica debe ser vista desde ambas caras de la moneda: implica dominación y sometimiento. No habría dominador de un lado, si no existiera alguien que cumple el rol de sometido. El hombre tiránico deberá contar con la materia apropiada, dúctil y maleable, para poder moldearla. Una vez que encuentra la mujer ideal, sumisa, insegura, con una bajísima o nula autoestima, sin ningún amor propio o muy escaso, su labor da comienzo tan finamente que lo más probable es que ni ella y, quizás, ni siquiera él, s dé cuenta de la peligrosa trama en la que va quedando atrapada.

“La fina y fatal telaraña se va tejiendo sobre la base del enamoramiento incondicional de ella, por medio de la destrucción de su personalidad, de la anulación de su carácter, de la subestimación permanente y la desvalorización constante. En lugar de ayudarla a crecer, a creer en sí misma, a quererse y respetarse, la rebajará y menospreciará hasta límites indecibles. Esto no es casual. Responde a una sencilla regla de tres simple inversa: cuanto menos vale ella, más vale él; cuanto más se achica ella más se agranda él. Los cuestionamientos hacia su persona o lo que ella hace serán constantes, asumirán distintas formas, desde el sarcasmo más sutil hasta la crítica desembozada. Siempre habrá un motivo de queja, algo que ella no sepa hacer y que él deba ‘enseñarle’. Pero es muy probable que, una vez que ella ‘aprenda’ a hacerlo del modo que él le ha indicado, él reinicie sus críticas porque ahora sostiene que debe ser hecho de otro modo. Y vuelta a empezar.

“Todo este mecanismo de dominación – sometimiento lleva implícitas, por un lado, la eterna insatisfacción del hombre tiránico y, por el otro, la permanente necesidad de la mujer sometida de satisfacer siempre más y mejor los requerimientos de él.
“Obviamente, en cualquier relación de pareja medianamente sana, el amor tiene entre sus componentes el tratar de brindar al otro aquello que lo satisfaga, que lo haga feliz. El problema se plantea cuando la balanza entre lo que se da y se recibe se desequilibra, y el que ofrece es siempre uno y el que recibe siempre es el otro. Éste es un concepto equivocado o enfermo de lo que debe ser amar a alguien. Creo que está de más decir lo importante y necesario que es amar, pero se puede amar bien y se puede amar mal. Se ama mal cuando se tolera el desequilibrio en o que cada integrante de la pareja pone en función de ella, cuando se acepta como natural que el esfuerzo sea des-parejo, cuando se cree que se ama más porque se pone todo de uno para satisfacer al otro sin esperar nada a cambio, cuando se empieza a vivir sólo por y para el otro; esto es, cuando se permite que se instaure en la pareja una relación de tipo tiránica.

“No llamará la atención que las frases más usadas por este tipo de hombres que, por otra parte los pinta de cuerpo entero, sean, por ejemplo: ´Callate que vos no sabés nada’; ‘Andá a hacer tal cosa porque es para lo único que servís’; ‘¿Ni siquiera esto sabés hacer?’; ‘Yo te tengo que enseñar todo’. Lo más probable es que ellos se ofusquen y ejerzan diferentes modos de reprimendas o castigos: desde los patéticos silencios y las múltiples muestras de indiferencia, hasta agresiones verbales o violencia física. Pero a esta altura la sumisión alcanzada es tal, que la mujer sentirá, como en los años de infancia, que el reto estuvo bien merecido, el castigo bien impuesto y el golpe, si lo hubo, bien dado. La mayoría de las mujeres maltratadas, lógicamente, antes de iniciar su proceso de recuperación, se sienten culpables, o al menos responsables, de haber generado la situación que pone violento a un hombre golpeador”.

Sobre formas más sutiles de la descalificación de uno de los cónyuges por el otro, aún cuando no se llegue a la violencia física se ha hablado de ‘abuso verbal’.

10. EL PODER DE ‘LA DIOSA MUJER’

Lo que sigue quiere ejemplificar lo que hemos dicho acerca del desorden del pecado original en el alma de la hija de Eva. Hemos dicho que ella se inclina más al desorden de los deseos del alma y de los afectos y que se inclina a hacer ejercicio ilegal de la divinidad o usurpación de la divina Providencia. Si el hijo de Eva debe someter más bien sus instintos a la razón (por supuesto que también sus deseos y temores), ella, la hija de Eva debe someter más bien sus deseos y temores a la razón (aunque también sus instintos).

“Tenemos en cuanto mujeres – dice la psiquiatra Iraci Galias10 - un poder considerable, que usamos no obstante oscuramente, y sin tomar conciencia de él. Por esa falta de conciencia, tendemos a ponerlo en práctica y a usarlo sin crítica y sin preocupación ética. Es el poder de la manipulación, de la seducción o del berrinche. Es el ejercicio sin crítica del mando en todo lo que se refiere a la Diosa Madre. Por ejemplo la sociabilidad en la familia, de los hijos, del marido, etc. Funcionamos sombríamente como ‘dueñas de casa’ y de la libertad interactiva de la familia. Nuestra dimensión ética para con nuestro propio desarrollo y para con el desarrollo del otro ha de ser repensada en función de esa sombra del poder matriarcal.

“Es frecuente que ese comportamiento sombrío afecte varios de nuestros roles, ya sea el de madre, ya el de esposa, ya el de nuera o de suegra o de abuela. Fácilmente, a través de la manipulación sombría de ese poder, boicoteamos al otro, nos vengamos del otro, abusamos de nuestro poder, de la posesión de nuestros hijos. Los niños pequeños, por ejemplo, tienden a ser de la madre. Y como realmente no lo son – ellos tienen padre, abuelos, etc. – suelen ser usados con frecuencia en una lucha de poder. Si, por ejemplo, entre la madre y la abuela de una creatura (sea abuela materna o paterna), en un momento dado, existe una discordia o un conflicto, es frecuente que la madre de la crianza boycottee la relación de la creatura con su abuela a través de racionalizaciones diversas (hoy la creatura no puede salir, ahora va a dormir, etc.) o simplemente afirme su poder (hoy no va porque yo no quiero, etc.). Como calle de doble mano, también las abuelas boycottean a las madres (sea a su hija o a su nuera), seduciendo a sus nietos, no tomando en cuenta las decisiones de la madre, valiéndose sombríamente de su mayor experiencia (que a veces no pasa de ser pura ignorancia). Muchas veces, la disputa por los nietos se entabla entre la abuela materna y la paterna y se convierte en una verdadera guerra.

Entre padre y madre, esa lucha es a veces encarnizada, y como por lo regular la madre está más tiempo con sus hijos, se hace especialista en predisponerlos contra el padre. Y si el matrimonio se separa, entonces, es la catástrofe. La manipulación femenina se desboca contra todo lo que sucede entre la creatura y el padre, contra la familia del padre y, principalmente, contra la nueva mujer del padre, a la que suele ponerle sobrenombres extravagantes. El mismo hecho de que, con frecuencia, en el caso del matrimonio separado, la mujer reciba una pensión de su ex marido, me parece un índice de que en nuestros usos y costumbres hay muchos rastros de esa sombra. Evidentemente que el hombre también tiene su lado sombrío, no es ningún santo ni una pura víctima de su mujer. Pero aquí estamos hablando del lado sombrío de la mujer, del que conviene que ella se haga consciente y use responsable y éticamente”.

11. EL PLACER BUSCADO POR SÍ MISMO HUYE

Un error común y muy difundido por la cultura dominante y por la cátedra de la pornografía a la que muchos varones casados acuden en búsqueda de consejo es encarar la relación matrimonial como búsqueda del placer, en vez de encararla como un lugar de la entrega, e incluso del sacrificio de la instintividad en aras de una más profunda comunicación.
El psiquiatra vienés Víctor E. Frankl ha dicho: “el placer no puede intentarse como fin último y en sí mismo, sino que sólo llega a producirse, propiamente hablando, en el sentido de un efecto, de forma espontánea, es decir, justo cuando no es directamente buscado. Al contrario, cuanto más se busca el placer en sí, más se pierde. Del mismo modo que dijimos antes que el miedo realiza ya de por sí lo que teme, también ahora puede decirse que el deseo demasiado intenso hace ya de por sí imposible lo que tanto desea... En la medida en que se presta atención al acto sexual en sí mismo se incapacita uno para entregarse plenamente a él ”11 .

También puede prestarse atención al acto sexual mismo cuando se lo usa como instrumento para seducir al otro. Es el caso de Tilly, narrado por Robin Norwood en su obra Mujeres que aman demasiado: “Un obstáculo que la mayoría de las mujeres que aman demasiado deben superar cuando se recuperan es que habiendo usado su sexualidad para manipular a un hombre difícil e imposible y lograr que las amara, una vez eliminado ese desafío ya no saben ser sexuales en forma espontánea con una pareja que las quiere”12 .
Suele suceder cada vez más, que el varón, por incapacidad para amar realmente a su mujer en vez de usarla como objeto de placer, recurra a prácticas aberrantes, como por ejemplo el sexo oral, que solamente enmascaran su impotencia amorosa con alardes de potencia erótica. Ante la repugnancia de la esposa ante prácticas que hieren su dignidad, puede reprocharle ‘falta de amor’. A tales confusiones se está llegando.

Veamos como ejemplo lo que relata Mariluz: “Le fascinaba introducir experiencias novedosas, algunas bastante próximas al sadismo por cierto, pero sin importarle jamás que para mí no representaban placer alguno, sino pura y exclusivamente nuevas formas de sometimiento. Hasta donde me era posible, trataba de cumplir con lo que él señalaba que eran mis deberes conyugales y sólo me limitaba a presentar oposición ante algunos requerimientos suyos que me hacían daño, lo cual, por otra parte, no siempre era aceptado fácilmente por él. Mucho tiempo después pude tomar conciencia de que una mujer también puede ser abusada y violada por su propia pareja”13 .

A la proliferación de estos fenómenos relacionados con una verdadera impotencia viril, es decir, no tanto impotencia orgánica cuanto espiritual (pero a menudo también orgánica), del varón, contribuye, según Frankl, la industria de la pornografía disfrazada de arte o de información. Frankl observa que “la presión al consumo sexual a que tienden estas industrias llega a las gentes a través de los hidden persuaders14 (los secretos seductores) mientras que los medios de comunicación de masas hacen el resto. Lo único paradójico es que tantos jóvenes de hoy se prestan a seguir los dictados de esta industria y se dejan mecer por esta ola sexual, sin advertir quién los manipula. Quien sea enemigo de la hipocresía, debería también actuar allí donde el negocio de la pornografía, para poder actuar a sus anchas, intenta pasar, según los casos, por arte o por información”. Es a consecuencia de esto, nota Frankl, que “en los últimos tiempos se están multiplicando en la literatura voces (Ginsberg, Frosch, Shapiro y Stewart) que llaman la atención sobre el aumento de las perturbaciones de potencia entre los jóvenes y que aluden en este contexto – en total coincidencia con el antes mencionado ‘carácter de exigencia’15 – al hecho de que, primero la píldora anticonceptiva y luego también la ‘liberación de la mujer’, han puesto en manos de las mujeres la iniciativa sexual”16 .

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