![]() La psicoterapeuta Sheila Morataya propone un auxilio espiritual cuando la soledad pesa demasiado. |

Aunque clínicamente no se considera un trastorno, la depresión navideña es una desestabilización emocional frecuente.

El discernimiento espiritual debiera ser como respirar, es decir, como un hábito incorporado en la vida cotidiana.

Sanar no requiere solo de un curso o de un retiro, sino de un trabajo diario en que reconoces tus fallas y te dejas sanar por el Señor.

Los efectos psicológicos dentro de la persona y entre las personas, pueden ser muchísimos a causa de factores ambientales.

En nuestra sociedad actual, son muchos los que viven encerrados en la amargura, resentimiento, soledad, tristeza...

Los resultados obtenidos fueron alentadores, se mejoraron los aspectos cognitivos.

No hay recetas para estos momentos, solo dejar que el amor busque su propio camino.

Una propuesta que surge del abordaje terapéutico del Centro Areté.