Consultas en línea
![]() El Año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica |
![]() La dimensión religiosa caracteriza al ser humano. Purificadas de la superstición, las expresiones de la religiosidad humana manifiestan que existe un Dios creador |
![]() Dios se ha revelado como Ser personal, a través de una historia de salvación, creando y educando a un pueblo para que fuese custodio de su Palabra y para preparar en él la Encarnación de Jesucristo. |
![]() La virtud de la fe es una virtud sobrenatural que capacita al hombre a asentir firmemente a todo lo que Dios ha revelado. |
![]() Ante la Palabra de Dios que se revela sólo cabe la adoración y el agradecimiento; el hombre cae de rodillas ante un Dios que siendo trascendente es interior intimo meo. |
![]() Es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. |
![]() La doctrina de la Creación constituye la primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro fin. |
![]() Al crear al hombre, Dios lo constituyó en un estado de santidad y justicia; pero nuestros primeros padres se rebelaron contra el Creador y perdieron gran parte de los dones recibidos, transmitiendo a las generaciones posteriores una naturaleza caída y ale |
![]() Jesucristo asumió la naturaleza humana sin dejar de ser Dios: es verdadero Dios y verdadero hombre. |
![]() Es la demostración por excelencia del Amor de Dios hacia los hombres, pues la Segunda Persona de la Santísima Trinidad Dios se hace partícipe de la naturaleza humana en unidad de persona. |
![]() Jesús murió por nuestros pecados (cfr. Rm 4,25) para librarnos de ellos y rescatarnos para la vida divina. |
![]() La Resurrección de Cristo es verdad fundamental de nuestra fe como dice San Pablo (cfr. 1 Co 15, 13-14). Con este hecho, Dios inauguró la vida del mundo futuro y la puso a disposición de los hombres. |
![]() El Espíritu Santo une íntimamente a los fieles con Cristo de modo que forman un solo cuerpo, la Iglesia, donde existe una diversidad de miembros y funciones. |
![]() La Iglesia es communio sanctorum: comunidad de todos los que han recibido la gracia regeneradora del Espíritu por la que son hijos de Dios y hermanos de Jesucristo. |
![]() La Iglesia continúa y desarrolla en la Historia la misión de Cristo, impulsada por el Espíritu Santo. En la historia de la Iglesia se da un entrelazamiento entre lo divino y lo humano. |
![]() La salvación realizada por Cristo, y consiguientemente la misión de la Iglesia, se dirige al hombre en su integridad, y por tanto como persona que vive en sociedad. |
![]() Esta verdad afirma la plenitud de inmortalidad a la que está destinado el hombre; constituye por tanto un recuerdo de la dignidad de la persona, especialmente de su cuerpo. |
![]() La liturgia cristiana es esencialmente actio Dei que nos une a Jesús a través del Espíritu (cfr. Ex. Ap. Sacramentum caritatis, n. 37). |
![]() El bautismo otorga al cristiano la justificación. Con la confirmación se completa el patrimonio bautismal con los dones sobrenaturales de la madurez cristiana. |
![]() La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo, la actualización de su único sacrificio, en la liturgia de la Iglesia. |
![]() La Santa Misa es sacrificio en un sentido propio y singular porque re-presenta (= hace presente), en el hoy de la celebración litúrgica de la Iglesia, el único sacrificio de nuestra redención, porque es su memorial y aplica su fruto. |
![]() La fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía ha llevado a la Iglesia a tributar culto de latría al Santísimo Sacramento, tanto durante la liturgia de la Misa, como fuera de su celebración. |
![]() Cristo instituyó el sacramento de la Penitencia ofreciéndonos una nueva posibilidad de convertirnos y de recuperar, después del Bautismo, la gracia de la justificación. |
![]() Cristo confió el ministerio de la reconciliación a sus Apóstoles que lo transmitieron a sus colaboradores. Los sacerdotes pueden perdonar los pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. |
![]() Para un cristiano la enfermedad y la muerte pueden y deben ser medios para santificarse y redimir con Cristo; a esto ayuda la Unción de los enfermos. |
![]() Mediante el sacramento del orden se confiere una participación al sacerdocio de Cristo-Cabeza. El sacerdocio ministerial se distingue esencialmente del sacerdocio común de los fieles. |
![]() La íntima comunidad de vida y amor conyugal entre hombre y mujer es sagrada, y está estructurada según leyes establecidas por el Creador, que no dependen del arbitrio humano. |
![]() El obrar es moralmente bueno cuando las elecciones libres están conformes con el verdadero bien del hombre. |
![]() La gracia es la fuente de la obra de santificación; sana y eleva la naturaleza haciéndonos capaces de obrar como hijos de Dios. |
![]() Para la persona humana la vida social no es algo accesorio, sino que deriva de la sociabilidad: la persona crece y realiza su vocación sólo en unión con los demás. |
![]() El pecado es una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna. Es una ofensa a Dios, que lesiona la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. |
![]() El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres. Pero, se refiere también a otras relaciones de parentesco, educativas, laborales, etc. |
![]() Jesucristo ha enseñado que para salvarse es necesario cumplir los mandamientos, que expresan la sustancia de la ley moral natural. El primer mandamiento es doble: el amor a Dios y el amor al prójimo por amor a Dios. |
![]() El segundo mandamiento de la Ley de Dios prescribe respetar el nombre del Señor, mientras que el tercero manda santificar las fiestas. |
![]() La vida humana es sagrada, porque es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador. |
![]() Dios es amor, y su amor es fecundo. De esta fecundidad ha querido que participe la persona humana, asociando la generación a un específico acto de amor entre un hombre y una mujer. |
![]() El séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener lo que es del prójimo injustamente y perjudicar al prójimo en sus bienes. |
![]() Estos dos mandamientos ayudan a vivir la santa pureza (el noveno) y el desprendimiento de los bienes materiales (el décimo) en los pensamientos y deseos. |
![]() La oración es necesaria para la vida espiritual: es la respiración que permite que la vida del espíritu se desarrolle, y actualiza la fe en la presencia de Dios y de su amor. |
![]() Con el Padre Nuestro, Jesucristo nos enseña a dirigirnos a Dios como Padre. Es la oración filial por excelencia. |
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