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La crisis de la relación interpersonal
Las modas juveniles (pearcing, tatuajes, branding, deportes extremos, carrerasde velocidad), revelan una necesidad de los jóvenes de hoy: de sentir,experimentar sensaciones nuevas


Por: Prof. Tonino Cantelmi | Fuente: Fiamc



Del narcisismo al triunfo de la ambigüedad. La familia como respuesta

El mass media es el reflejo de la cultura dominante, captando una laguna, una
necesidad del ser humano y extienden la tendencia general de la respuesta a
esa necesidad.
Desde un análisis más atento de la sociedad actual, a través del mass media, emergen tres puntos centrales en la cual gira la crisis de la relación interpersonal en la cual el hombre moderno es víctima y promotor.

• Necesidad de sensaciones

Las modas juveniles (pearcing, tatuajes, branding, deportes extremos, carreras
de velocidad), revelan una necesidad de los jóvenes de hoy: de sentir, experimentar sensaciones nuevas. Es el pueblo de las “sensation seekers”. No es una novedad, un amor, un trabajo o sólo un interés duradero en el espacio de un momento: una pasión ardiente seguida luego del aburrimiento. Lo que cuenta es sentir, vivir el riesgo, experimentar sensaciones y emociones nuevas.

Esto revela inevitablemente la incapacidad de mantener una relación que dure
largamente, porque el criterio último del “estar juntos” es lo que el otro me
hace sentir, me hace experimentar, sentir a través de los sentidos y las emociones.

• Narcisismo

Cuando la imagen vale más que mil palabras...

En los últimos decenios en Occidente, el consumismo desenfrenado, la
constante exhibición de modelos de comportamiento, totalmente exhibicionistas/egocéntricos son propuestas de la publicidad y el mass media,
el desequilibrio de los lazos familiares, el culto por la fama o el exceso en la
realización individual a cualquier costo, favorecen el crecimiento del narcisismo: es decir, muestra una situación de alarma en el mundo individual y social, siempre mas difícil de hacerlo confrontar.

El joven de hoy sigue una imagen de sí mismo grandiosa, perfecta y ganadora,
tiene necesidad continuamente de los otros para que le confirmen su imagen y
en cada relación vive en función de esta posible confirmación. Esto revela y
esconde un Yo débil, que vive en función de confirmar y de modelos externos.

Los jóvenes de hoy tienden a identificarse con modelos externos propuestos una y otra vez del sistema de comunicación y es claro que la posibilidad de entrar en profundidad en las relaciones, se transforma en un imposible, porque todo gira en torno a la posibilidad de mantener esta ilusión de perfección de sí mismo, y el meterse en juego realmente puede ocasionar la ruptura de esta ilusión. Por esto se teme fuertemente el conflicto, que se manifiesta en la realidad.

• Ambigüedad de roles

La ambigüedad sexual, el mito del andrógeno, la imagen excéntrica y confusa
del sexo ha iniciado a circular sin escándalo cuando ha formado parte del rock.
Un ejemplo reciente es Marilyn Manson, considerado un “maestro negativo”
para la masa de jóvenes, es un artista de gran paradoja de la trasgresión, se
recoge en un personaje y muestra una ambigüedad sexual, pornografía, droga,
profanación de los símbolos sacros. La referencia de su nombre es a la Monroe,
de esta forma él consiente la posibilidad de moverse entre el juego de las
continuas mutaciones y trasvestimientos, es decir, entre los extremos de hombre y mujer, también entre el bien y el mal, el bueno y el malvado.

En realidad también la publicidad y la moda revelan una tendencia siempre más fuerte a tolerar la ambigüedad sexual, a crear la posibilidad de ser hombre o mujer, de confundir el confín entre el hombre y la mujer, borrando las diferencias.

La Familia constituye una respuesta a la crisis de la relación interpersonal del
joven de hoy, porque propone un modelo diferente de relación de aquello
descrito anteriormente. Tiene el coraje de proponer la posibilidad de fijar la
existencia a la realización de valores más grandes.

Es necesario superar el criterio de las sensaciones, la capacidad humana, de
coger la naturaleza de las cosas, sustrayéndola de los datos sensoriales,
permite al hombre conocer cosas abstractas, los valores como el amor, la fidelidad y advertir la atracción por los valores que ya conoce. La satisfacción ahora ya no es legada al inmediato de las sensaciones, sino de la realización de los valores de los cuales el hombre es atraído y puede ser aplazada.

Contra la cultura del narcisismo, la familia representa la posibilidad de entrar
en el flujo vital de las relaciones y encontrarse realmente con el otro. La
construcción de una relación mete necesariamente a las personas de frente a
lo que son realmente, lo obliga a reconocerse por lo que realmente es, de esta
forma hace caer las falsas ilusiones narcisistas de perfección, detrás de las
cuales se habrían escondido.

Esto hace entrar gradualmente en la lógica del don, por el cual la relación
interpersonal es cargada de significados, de esta forma la relación es el medio
para favorecer el crecimiento del otro.
La familia presupone una clara definición tanto de la identidad sexual, como de
los roles entre hombre y mujer, que permiten la posibilidad de entrar en
relación de manera auténtica, obligando a uno a aceptar y dialogar con el otro
en el mantenimiento de la relación, y salir de una relación ambigua e indefinida, intentando salir realmente del propio narcisismo y egoísmo.

También la copia de los progenitores presumen una clara distinción de los roles
en las relaciones con los hijos.
La familia debe orientarse hacia una tarea que supere al individuo y hacia una
vocación que la ponga al servicio del otro y de aquella misión específica que
cada persona tiene que cumplir en la vida “ser un don para el crecimiento del
otro.”

 

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