Callejón del recuerdo, esquina con "lo que no dijiste"
Por: Rafael Moya | Fuente: Catholic.net

Hay cosas que solo aprendemos… cuando las perdemos.
La luz, cuando se apaga.
El calor, cuando ya no abraza.
La voz, cuando el silencio duele más que el ruido.
Y también pasa con Dios.
No notaste que estaba cuando caminabas tranquilo,
cuando el amor te llenaba,
cuando la vida tenía sentido sin necesidad de explicaciones.
Pero un día te alejaste.
Sin grandes rupturas. Sin culpas marcadas.
Simplemente… dejaste de mirar.
Y ahora, tal vez, lo extrañas.
Sin saber cómo volver.
Buenas noticias:
Él no se ha ido.
Dios no se marcha cuando tú te vas.
Se queda… en el último lugar donde lo dejaste.
En esa banca. En esa calle. En ese suspiro.
Esperando que regreses… no para juzgarte,
sino para abrazarte como si nunca te hubieras ido.
Versículo sugerido:
“Volveré a mi casa y la encontraré vacía, barrida, y en orden…”
(Mateo 12,44)

