Menu


Todos unidos para educar a nuestros hijos, para que el mundo no los haga perder el rumbo
Es necesario que sea una educación integral, es decir, que abarque todos los aspectos que conforman al ser humano, no solo el intelecto.


Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net



La educación es un tema primordial que debemos tener muy en cuenta en nuestro plan familiar de vida, ya que de ella depende el presente y el futuro de nuestros hijos. No cabe duda de que la primera escuela de nuestros hijos debe ser la familia, pero también debemos tener en cuenta que contamos con grandes aliados en esta noble y necesaria tarea. Si queremos tener éxito, debemos hacer equipo con ellos para que la educación sea coherente e integral. Los maestros, quienes dedican la vida a cultivar el intelecto de nuestros hijos y a apoyar los valores que nosotros, en la familia, les damos, son nuestros principales aliados. Por ello, debemos estar en sintonía con ellos. Aquí te dejo mis 5 tips para lograrlo.

Primero, conócelos. Es importante que, cada vez que nuestros hijos tengan un maestro nuevo, nos demos a la tarea de ir a presentarnos, sacar una cita si es necesario y darnos la oportunidad de conocerlo, para entender su forma de ser, su metodología, su forma de trabajo y de guiar a nuestros hijos. Cuando tengamos dudas, siempre es mejor preguntar, ya que así los vamos conociendo mejor. También es bueno que sepan que estamos ahí para cuando ellos necesiten algo y que siempre estamos dispuestos a ayudarles, en la medida de nuestras posibilidades. Debemos recordar que las apariencias engañan y que siempre es mejor tener la certeza de lo que se conoce que la incertidumbre de lo que uno supone. Esto sanea las relaciones y nos permite trabajar por lo que más nos interesa: la educación integral de nuestros hijos.

Segundo, entabla una buena relación. Siempre es mejor llevarnos bien con todos, pero mucho más con los maestros de nuestros hijos, aunque no estemos de acuerdo al 100% con ellos. Como personas que somos, podemos tener formas distintas de pensar, estilos distintos de vida, pero tenemos un común denominador: nuestros hijos. Por esto, debemos tener una relación cordial y respetuosa con los maestros, buscando siempre que nuestros hijos los tengan también en alta estima. Una buena relación no quiere decir que deban ser nuestros mejores amigos, sino nuestros mejores aliados, para que nuestros hijos reciban la mejor educación posible y para colaborar en que esta sea integral.

Tercero, dialoga constantemente. Para que todo funcione, debemos entablar un canal de comunicación abierto y eficaz, que nos permita dialogar en cualquier momento y así lograr que nuestros hijos estén lo mejor posible. Es bueno pedirles a los maestros de nuestros hijos que, si notan algún cambio de actitud, alguna baja en el rendimiento escolar, violencia o hiperactividad, nos lo hagan saber para trabajar en conjunto y solucionar a la brevedad estos problemas que afectan el desempeño y aprovechamiento de nuestros hijos. Mientras más pequeños son nuestros hijos, más nos necesitan. Por eso, debemos estar en constante diálogo con sus maestros. Conforme van creciendo, podemos dejar que ellos solucionen sus asuntos, siempre y cuando veamos que lo están haciendo bien. Podemos seguir en contacto y en diálogo, pero con mayor discreción y distancia, para fomentar el sano desarrollo y madurez de nuestros hijos.

Cuarto, comparte con ellos tu plan familiar de vida. Es importante que estemos en sintonía; de otra forma, puede pasar que los maestros quieran caminar hacia un rumbo distinto al que lleva la familia, y esto le causará un grave problema a nuestros hijos, ya que se sentirán entre la espada y la pared y, seguramente, no sabrán a quién hacerle caso. Sobre todo en cuanto a los valores que les estamos inculcando. Es bueno que los maestros conozcan cuáles son los valores más importantes para nuestra familia, si tenemos alguna preferencia en cuanto al estilo de educación para nuestros hijos, si están en algún complemento académico, o si tienen clases de algún deporte o arte. Así, ellos también comprenden lo referente a nuestra familia y nuestro estilo de vida.



Quinto, que exista apoyo mutuo. Si logramos tener este nivel de conocimiento mutuo, también podremos contar con un apoyo recíproco en beneficio de la educación integral de nuestros hijos. Es muy importante que nosotros, como papás, apoyemos a los maestros frente a nuestros hijos, y que no hablemos mal de ellos, ya que así evitamos que pierdan autoridad. Nuestros hijos siempre están atentos a lo que decimos y hacemos. Por otro lado, también es necesario que los maestros no contradigan lo que en casa se enseña, sino que lo complementen, de tal forma que nuestros hijos no entren en conflicto. Cuando tengamos algún tema en particular que tratar con los maestros, no dudemos en hacer una cita y dialogar. Ellos lo agradecerán, y nosotros estaremos seguros de que trabajamos en equipo, buscando lo mejor para nuestros hijos.

Muchas gracias a todos los maestros que dedican su vida a ayudar a formar y educar a nuestros niños y jóvenes, para que sean hombres y mujeres de bien, íntegros y sanos; personas pensantes y felices, porque son coherentes y tienen una sólida base de valores, ya que, tanto en casa como en la escuela, siempre han recibido lo mejor: una educación integral.







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |