Ciudad del Vaticano – Con profundo pesar, la Iglesia Católica y el mundo entero lamentan el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, quien partió a la casa del Padre a los 88 años tras una vida dedicada al servicio de Dios, la justicia social y la reforma eclesiástica. Su liderazgo marcó una era de apertura, diálogo y compromiso con los más necesitados.

Un pontificado histórico

Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina. Proveniente de una familia de inmigrantes italianos, ingresó a la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote en 1969. Su vocación se centró en la cercanía con el pueblo, la austeridad y la defensa de los más vulnerables. En 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, fue elegido el 266.º sucesor de San Pedro, convirtiéndose en el primer pontífice jesuita y el primero proveniente de América Latina.

Desde el inicio de su pontificado, Francisco asumió la misión de vivir una Iglesia en salida, más incluyente y cercana a las personas. Su énfasis en la misericordia y la compasión se reflejó en gestos simbólicos, como su constante llamado a la Iglesia a ser un "hospital de campaña" para los marginados.

Reformas y legado

El Papa Francisco será recordado por su compromiso con una reforma interna de la Iglesia, en particular en la lucha contra los abusos sexuales y la corrupción. Impulsó cambios significativos en la estructura de la Curia Romana, promovió la transparencia financiera y reforzó las medidas para proteger a las víctimas de abusos clericales.

Otro de los pilares de su pontificado fue su defensa del medio ambiente. En 2015, publicó la encíclica Laudato Si’, en la que llamó a la humanidad a cuidar la "casa común" y enfrentar la crisis climática desde una perspectiva ética y social. Asimismo, su encíclica Fratelli Tutti (2020) subrayó la importancia de la fraternidad y el diálogo en un mundo marcado por la polarización y los conflictos.

Su cercanía con los pobres y los migrantes se manifestó en reiterados llamados a la justicia social. Viajó a zonas de conflicto, visitó cárceles y campos de refugiados, y denunció las desigualdades económicas con firmeza. Además, jugó un papel clave en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, y fue un mediador en diversos conflictos internacionales.

Un Papa del pueblo

Francisco destacó por su estilo sencillo y directo, su carisma y su capacidad de conectar con personas de todas las creencias y culturas. Su énfasis en la misericordia, la esperanza y el amor al prójimo dejó una huella indeleble en millones de fieles en todo el mundo. En sus más de [11] años como Pontífice, defendió con valentía la dignidad humana y promovió un mensaje de paz y reconciliación.

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Con su partida, la Iglesia pierde a un líder del Evangelio, pero su legado perdurará en la historia de la fe y la humanidad. El mundo lo recordará como el Papa que llevó la Iglesia a las periferias, que desafió estructuras rígidas en favor de la compasión y que, con su ejemplo, inspiró a millones a vivir con humildad y amor.

El Colegio Cardenalicio iniciará el proceso para la elección de su sucesor en los próximos días, mientras las personas de distintas partes del mundo se congregan para rendir homenaje a quien fuera el guía espiritual de la Iglesia en tiempos de grandes desafíos.

¡Dale, Señor, el descanso eterno y luzca para él la luz perpetua. Descanse en paz, Papa Francisco!