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25 de junio de 2024

Entremos por la puerta estrecha
Santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14. Martes XII del Tiempo Ordinario


Por: Redacción | Fuente: Catholic.net



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, es contemplando tu vida donde aprendo a orar. Ayúdame a orar como Tú, en los momentos difíciles y en los más sencillos, para que así trate a todos con el mismo amor con el que Tú me tratas.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 6.12-14

No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran.

Palabra de Dios


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Ninguno desearía para sí cosas malas sino todo lo contrario. Pues lo que más deseamos los hombres es encontrar la felicidad y regodearnos en ella, no satisfacer un caprichoso placer porque eso esconde siempre como un aborto del amor. Nadie que busque egoístamente su placer está en el fondo feliz. Por ello, siente que las entrañas se le destrozan aunque pasajeramente perciba cierto bienestar.

Muy en el fondo sabe que si obra así está echando algo hermoso y dignísimo como el deseo de la felicidad a los perros del placer y a los cerdos de las pasiones. Ellos, que no saben de lo bello sino, al contrario, buscan llenar sus quijadas y sus estómagos de lo inmediatamente deleitable, pisotean, destrozan la belleza de un corazón hecho para lo eterno y no para lo pasajero y banal.

El hombre, en cambio, quiere ser feliz y Cristo declara el camino. No es lo fácil sino lo que cuesta, lo que apalea a las fieras que llevamos dentro que no nos permiten volar a lo alto. No se trata de un castigarse sin razones, se trata de ser feliz y de optar por el camino del amor que es la donación y, por tanto, el olvido de uno mismo.

Como cuando una madre se desvive por su hijo amado y se sacrifica por él con gusto, tanto lo ama que colma todo su corazón dándose a él. Su tristeza sería no amarlo. Eso es amor. Desear ser amado es lo más buscado por los hombres. Y si esto es el resumen de la ley y los profetas, busquémoslo dando amor y daremos las perlas a las águilas.

«Así como para entrar en la ciudad, había que “medirse” con la única puerta estrecha que permanecía abierta, del mismo modo, la vida del cristiano es una vida “a medida de Cristo”, fundada y moldeada en Él. Esto significa que la vara de medir es Jesús y su Evangelio: no lo que pensamos nosotros, sino lo que nos dice Él. Así que se trata de una puerta estrecha no por ser destinada a pocas personas, sino porque pertenecer a Jesús significa seguirle, comprometer la vida en el amor, en el servicio y en la entrega de uno mismo como hizo Él, que pasó por la puerta estrecha de la cruz. Entrar en el proyecto de vida que Dios nos propone implica limitar el espacio del egoísmo, reducir la arrogancia de la autosuficiencia, bajar las alturas de la soberbia y del orgullo, vencer la pereza para correr el riesgo del amor, incluso cuando supone la cruz».
(Ángelus de S.S. Francisco, 21 de agosto de 2022).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Pasar por la puerta estrecha haciéndome pequeño, humilde, en todas mis relaciones personales.

Despedida

Siguiendo el ejemplo de Jesús como maestro, puedes dedicar tiempo a compartir y reflexionar sobre las enseñanzas de la fe con tu familia, fomentando un ambiente donde todos puedan crecer espiritualmente juntos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.







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