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A la gente de esta generación no se le dará otra señal que la del profeta Jonás
Meditación al Evangelio 21 de febrero de 2024 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



Hoy, al escuchar las lecturas, se me viene a la mente aquella sentencia que decían nuestros abuelos: “árbol que crece torcido, nunca se endereza”. ¿Será verdad? El pasaje del evangelio de hoy parece confirmarlo. La gente quiere signos novedosos pero no quiere convertirse.

Otros pueblos y en otras circunstancias ha sido más fácil la conversión y el cambio, y los oyentes de Jesús no son capaces de asimilar su mensaje y cambiar el corazón. Es verdad que cuando nos hemos acostumbrado a una forma de vivir es muy difícil cambiarla. Cuando nos hemos acostumbrado a vivir en el pecado, a cometer la injusticia, a dejarnos dominar por una pasión, nos cuesta mucho trabajo cambiar. La repetición de las acciones hace una costumbre muy dura hasta llegar a convertirse en un vicio y después es muy difícil romper las cadenas de esa actitud.

La primera lectura nos presenta a los habitantes de Nínive que reciben el mensaje del profeta Jonás. Un profeta que anuncia la necesidad de un cambio de corazón sin creer que será posible, como obligado por Dios, y para su sorpresa, desde el rey hasta los pequeños, todos se ponen en ayuno y oración. Dios perdona al pueblo “cuando vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida”.

Jonás no lo creyó. Cristo trae a la memoria la situación de Nínive frente a la incredulidad del pueblo judío y anuncia que ya no se le darán más señales que la de Jonás profeta. Alude por una parte a la conversión del pueblo cuando recibió la predicación de Jonás y aquí hay alguien más que Jonás; pero también a su propia Resurrección prefigurada en la estancia de Jonás por tres días en el seno del pez.

La conversión brota del seguimiento de Jesús y se fortalece en su resurrección. Es un esfuerzo personal pero también es un regalo de Dios. Quizás tengamos la tentación de decir que ya no podemos cambiar, pero Jesús nos invita y nos da la fortaleza para que podamos hacerlo. No esperemos más señales, hoy iniciemos nuestra conversión.









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