Bendita tú entre las mujeres
Por: Miguel Aranguren | Fuente: Catholic.net / www.miguelaranguren.com

Escuché a un sacerdote decir que “todas las madres son santas por el mero hecho de haber transmitido la vida”. No sé si es teológicamente correcta semejante aseveración, pero adivino en ella un reflejo de esta exclamación del Avemaría: “Bendita tú eres entre todas las mujeres”, que tiene ecos de declaración angélica por más que brotara de los labios de Isabel. Por tanto, tiene ecos de auténtica Verdad.
La mujer detenta muchos atributos divinos. Principalmente el de la generación y transmisión de la vida, y el del celo por el bien de sus hijos, eso que llamamos instinto maternal, que más que una impronta biológica es pálido reflejo del amor infinito con el que Dios nos desea, nos busca, nos espera, nos recibe, nos abraza y nos corona como herederos de toda su Majestad. Es el desvelo de santa Mónica y de tantas madres que anhelan reunir a sus hijos en la felicidad sin fin del Paraíso.
De tantas veces como repetimos el Avemaría, apenas nos damos cuenta de que proclamar “Bendita tú”, convierte a María en el arquetipo de todas las madres, en el modelo de mujer al que ellas deberían aspirar. La salvación viene a través de la belleza y no hay nada más bello que una mujer que se esfuerza por cumplir con todos los grados de su amor materno.
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