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San Sebastián
San Sebastián fue uno de los hombres de confianza del emperador Diocleciano.


Por: P. Brian Jackson | Fuente: Catholic.net



A todos nos suena la imagen de un joven atado al tronco de un árbol y con el cuerpo atravesado por varias flechas, pero poco sabemos de él, aparte de que se llamaba san Sebastián y fue martirizado en tiempos de los romanos. Sin embargo, su ejemplo sigue siendo para nuestros tiempos una llamada acuciante a la fidelidad a Cristo en contra de las fatuas promesas del mundo.

El 20 de enero del 2024 se estrena gratuitamente en YouTube “San Sebastián mártir”, un nuevo vídeo inspirado en la figura de este gran santo. El proyecto forma parte de una iniciativa poco común en España: un campamento de verano organizado por la comunidad Siervos del Hogar de la Madre para enseñar a los jóvenes las técnicas más modernas de cinematografía y así colaborar en lo que Benedicto XVI llamaba la evangelización del “sexto continente”, internet. Aunque la mayoría de los participantes son noveles, el equipo que dirige la grabación lleva varios años trabajando en la evangelización a través de los medios de comunicación, particularmente con el programa de humor Catholic Stuff.

En 2016, Martin Scorsese estrenó la controvertida película “Silencio”, cuya trama nos presenta a unos jesuitas que llegan al Japón del siglo XVII a buscar un compañero que ha apostatado y a acompañar a los cristianos perseguidos y torturados, pero acaban renegando de la fe. El nuevo vídeo del Hogar de la Madre pretende mostrar cómo, si bien la fidelidad hasta el martirio es un don que supera las solas fuerzas del hombre, es necesario el heroísmo para abrazar con valor la cruz de cada día y dar testimonio de Cristo en una sociedad descreída y aun amenazadora.

San Sebastián fue uno de los hombres de confianza del emperador Diocleciano, quien le nombró tribuno y jefe de cohorte sin saber que era cristiano. A pesar de que muchos creyentes abjuraron de la fe sometiéndose al decreto imperial por el cual todos los ciudadanos romanos debían ofrecer sacrificios idolátricos, Sebastián se mantuvo fiel al Señor y ayudó a muchos cristianos que estaban en la cárcel. Aquello le costaría la vida. Las representaciones habituales del santo nos han convencido de que murió asaeteado por orden del emperador Valeriano, pero no fue así del todo: sobrevivió a la lluvia de flechas y, con la ayuda de santa Irene y santa Lucina, consiguió recuperarse. Sus amigos le aconsejaron que huyera de Roma, pues la persecución de Diocleciano contra los cristianos arreciaba. Sin embargo, Sebastián hizo algo extraordinario: no sólo se negó a huir, sino que se presentó nuevamente ante el emperador, quien le daba por muerto, y le echó en cara todas las atrocidades que estaba cometiendo. Diocleciano no quiso saber más de él, y ordenó que le flagelaran hasta la muerte. Después, los soldados arrojaron el cadáver a un lodazal, de donde fue recogido por los cristianos y enterrado solemnemente.

Les recomendamos que estén atentos al estreno del vídeo y lo den a conocer. Esta iniciativa ha sido realizada sin ánimo de lucro, por puro amor al Señor y a la Iglesia, tan necesitada de testigos audaces que busquen agradar a Dios antes que a los hombres.









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