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Los libros de los Macabeos, la defensa de la propia identidad
Por: Pbro. José Manuel Suazo Reyes | Fuente: Semanario Alégrate
La invasión y presencia griega en Palestina por obra de Alejandro Magno y sus sucesores significó no sólo dominación militar y política sino también confrontación cultural y religiosa. La presión griega y el proceso de helenización alcanzó su máxima expresión con la llegada al poder de Antíoco IV que desencadenó un ataque frontal contra la Torá y sus instituciones llegando a entronizar en el mismo templo de Jerusalén el culto a Zeus con la correspondiente liturgia pagana y fiestas en honor del rey y de divinidades extranjeras.
Sintiéndose amenazados en sus sentimientos, convicciones religiosas y culturales, los judíos se alzaron en armas contra Antíoco IV y sus sucesores. La lucha estuvo protagonizada por los Macabeos. Los acontecimientos de esa época vienen narrados en los libros de los Macabeos. Son 2 libros que versan sobre el mismo argumento cuentan la historia de la resistencia judía contra la dominación griega.
Los libros de los Macabeos forman parte de los libros apócrifos para los protestantes y de los deuterocanónicos para los católicos. No aparecen en el canon hebreo porque se transmitieron en griego en la versión griega de los LXX. Los judíos y protestantes no los consideran inspirados. El mundo católico tuvo que esperar al concilio de Trento para definir este asunto.
1 Macabeos recoge los acontecimientos que van desde la subida de Antíoco IV al trono (175 a.C), hasta la muerte de Simón, el último de los macabeos (134 a.C). Este libro fue escrito en hebreo hacia el año 100 a.C., el original semita se perdió y ha llegado hasta nosotros la traducción griega.
Luego de una introducción que abarca los 2 primeros capítulos, el cuerpo del libro describe por orden cronológico la historia de los tres hermanos macabeos: Judas (3, 1-9,22), Jonatán (9, 23-12,54) y Simón (13-16). En el libro se contraponen la impiedad de los griegos y la resistencia judía. Se describe la progresiva política antijudía del helenismo que culmina con la entronización de Zeus en el templo de Jerusalén. Frente a la impiedad creciente de los paganos se levanta la resistencia del yahvismo encarnado en Matatías y sus hijos. El testamento que Matatías confía a sus hijos (Judas, Jonatán y Simón) en el momento de morir es una exhortación calurosa a luchar hasta la muerte por el pueblo y por la Torá (2, 49-70). Cada uno a su modo, los hijos cumplen a cabalidad la recomendación de su padre.
2 Macabeos es un versión distinta de lo que se expone en 1 Macabeos. Se trata de la reconquista de la autonomía nacional y la recuperación de la libertad religiosa, llevadas a cabo por Judas Macabeo y sus hermanos. La parte central de 2 Mac se enmarca dentro de un prólogo y un epílogo compuestos por el propio autor del libro. Todo ello está precedido por 2 cartas añadidas a 2 Mac con el fin de reforzar uno de sus ejes principales: la purificación y consagración del templo.
La teología de 2 Mac se aproxima en ciertos aspectos a la del Nuevo Testamento. En 2 Mac 7, 28, en el discurso de la madre a su último hijo, se alude por primera vez a la creación de la nada. Se habla además de la resurrección de los justos después de la muerte (2 Mac 7, 9.11.14.23.29) y de la eficacia de la oración y de los sacrificios por los difuntos, que así pueden expiar sus culpas pasadas (2 Mac 12, 41-45). En este libro se encuentra también una descripción muy positiva del martirio (2 Mac 7).
Como algunos otros textos bíblicos, los libros de los Macabeos, son un testimonio de la resistencia por la asimilación de culturas extranjeras, sobre todo en lo que respecta a la religión. De esta manera el pueblo judío consiguió no desaparecer del escenario mundial y transmite un valor fundamental que es el siguiente: la identidad de un pueblo se encuentra en su propia tradición y no en una adaptación indiscriminada a las culturas de las potencias dominantes.