Semana de la unidad de los cristianos

Como cada año, en el mes de enero se celebra el octavario de oración por la unidad de los cristianos, en los días que van del miércoles 18 hasta el miércoles 25 de enero, día en el que se celebra la fiesta litúrgica de la conversión de san Pablo. Esta es una semana de preces por la unidad de todos los que creemos en Cristo. Que se conmemora a diario por medio de jornadas, actividades y sacramentos, en los que se le pide a Dios, que es la Unidad misma, nos conceda la gracia de la unidad en los diferentes niveles de ésta.

Buscar la justicia haciendo el bien

En este año, el lema que guía esta jornada de oración está tomado del profeta Isaías, concretamente la primera parte de su obra, que es, estrictamente la que corresponde al profeta. La expresión “haz el bien, busca la justicia” (Is 1,17), tiene como contexto la denuncia de Dios hacia quienes llegan a su presencia, invocando su nombre, presentando ofrendas y humo de inciensos, pero con las manos cargadas de sangre por los delitos en contra de los pobres e indefensos. Dios llama a la purificación por medio de la justicia, haciendo el bien, tomando decisiones honestas, restableciendo al oprimido, haciendo justicia al huérfano y defendiendo la causa de la viuda (cfr. Is 1, 12-18).

La unidad comienza en uno

Escuchando la Palabra de Dios entendemos que la unidad, en este nivel, sólo es posible si ella comienza en uno mismo. Quien está dividido en su interior, roto, escindido, no puede ser mensajero de la unidad a no ser que primero resuelva sus propias fragmentaciones. Todo lo que vemos que cada vez toma mayor terreno en el mundo más lejano a nosotros, pero también en el más cercano a cada uno, es consecuencia de la fragmentación. La fragmentación nos asalta cuando dejamos de cuidar la propia unidad en todas las dimensiones que cada uno de nosotros tiene. Cuando miramos de manera parcial, y dejamos que una parte tome el terreno y mutile las demás. La fragmentación en la vida social es consecuencia de buscar únicamente el placer, el bien, la comodidad, la intelectualidad, la tranquilidad. Olvidando que la unidad se alcanza en la tensión entre lo más noble de cada uno con las inclinaciones más hostiles que le son propias a la naturaleza humana.

Una llamada a la orto-praxis

Evidentemente que a todo cristiano se le exige estar bien enterado y documentado de las verdades más profundas de su fe. Pero eso no lo es todo, tampoco es lo más importante, pensar de ese modo sería favorecer la fragmentación personal. No sólo es importante estar bien documentados. También es igual de importante, hacer el bien buscando, siempre y en todo, la justicia. Esta semana de oración por la unidad de los cristianos revela la necesidad de orar por la propia unidad personal y familiar y por la unidad a gran escala en todos los que creemos en Cristo, ya que lejos de Él nadie puede dar frutos.