El gran regalo
Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net
En la Custodia el Corazón de Jesús, los brazos del Resucitado están abiertos. Su cuerpo, su sangre, te hablan de la magnitud de su amor. Pocos seres humanos son capaces de mirar este gran regalo.
Cada persona existe desde siempre en el corazón de Dios, El sostiene sus vidas. Y siendo Creador y Dueño del universo. declara que no tiene donde reclinar su cabeza, Él desea encontrar descanso en tu corazón.
“Has la prueba y veras que bueno es el Señor”. ten la osadía de meterte dentro de su corazón, visítalo, míralo guarda silencio para escucharlo.
Atrévete a experimentar el amor perfecto, incondicional, de quien te ha dado todo, de quien se da a ti sin medida.
Los verdaderos adoradores, son testigos de grandes milagros, han visto como ese Sol que nace de lo alto calienta y transforma los corazones. Son testigos del manantial de gracias que llegan como luz, misericordia, salud, santidad, paz a las personas, familias, al mundo entero.
Responde a su amor, declara y confirma con tu vida que Jesús es el Rey de tu vida. Vive en su corazón y permite que él viva realmente en el tuyo.
El hombre tiene sed de Dios y nada ni nadie podrá llenar ese vacío. Solo la presencia amorosa de Jesús Eucaristía. Póstrate ante la Custodia y adora a tu Dios. El permanece en el pan cautivo por amor a ti, esperando tu amor.
“Vengan a mí los que estaís cansados y agobiados” Dios fundirá como sol toda lágrima, Dios purificará e incendiará tu corazón de amor . Si Jesús es adorado en la Eucaristía, la paz reinará en el mundo.