Menu


Evaluaciones desde el amor
Solo desde el horizonte del amor, las evaluaciones adquieren su horizonte completo.


Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net



Continuamente hacemos evaluaciones. Evaluamos si el trabajo nos dejó satisfechos. Evaluamos si el paseo sirvió para bajar el estrés. Evaluamos si las noticias serían objetivas o manipuladas.

Muchas evaluaciones se fijan en lo que experimentamos tras haber realizado una actividad concreta. ¿Me siento satisfecho? ¿Estoy orgulloso o desanimado del resultado?

Otras evaluaciones nos ponen ante lo que piensen los demás. ¿Aprobarán o rechazarán lo que hice? ¿Estarán a favor o en contra de mi opinión? ¿Tendrán una idea positiva o negativa sobre mis cualidades?

Hay evaluaciones que resultan más difíciles, sea porque el asunto es complejo, sea porque ninguno es buen juez de su propia causa, sea porque nos disponemos a evaluar lo que hizo alguien que amamos o alguien hacia el que tenemos pocas simpatías.

En temas complejos, y también en temas más sencillos, las evaluaciones pueden ser erróneas. Había evaluado como sana esa dieta; al cabo de varias semanas la salud había empeorado, y los kilos no bajaron (o no subieron: hay dietas para engordar).



Aprender a evaluarse a sí mismo o a los otros resulta, por lo tanto, una destreza importante, que se logra poco a poco, sea al corregir evaluaciones equivocadas, sea al confrontarnos con lo que digan y aprecien personas que consideramos de buen juicio.

En esa tarea continua de hacer evaluaciones, tenemos que integrar un aspecto clave para la vida de todo ser humano: el amor.

Porque si hemos nacido gracias al amor de Dios, si hemos crecido gracias al amor de padres y maestros, si seguimos vivos porque muchos nos aman, entonces el horizonte clave para cualquier evaluación surge desde la pregunta sobre el amor.

Esa pregunta se puede formular de un modo sencillo al hacer una evaluación: esto que voy a hacer, o que acabo de terminar, ¿es de ayuda para acoger el amor de otros y para ofrecer amor a los demás?

Solo desde el horizonte del amor, las evaluaciones adquieren su horizonte completo y pueden ayudarnos en dos direcciones esenciales: apartarnos de aquellas acciones que lleven al egoísmo, y promover aquellas acciones que nos permitan amar más a Dios y a nuestro prójimo.









Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |