Arzobispo de Tunja
Retornemos a la Semana Santa, evento de vida y salvación
Por: Mons. Gabriel Ángel Villa Vahos | Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia
En alguna ocasión, un intérprete fundamentalista de la Biblia me preguntó ¿y ustedes los católicos por qué celebran la Semana Santa, si en la Biblia no aparece la palabra Semana Santa, ni manda celebrarla? Así sucede cuando tomamos la Biblia como un código de leyes frías y no como una experiencia salvífica de un pueblo, en la que Dios viene al encuentro de la humanidad y lo lleva a plenitud con el envío de su Hijo Jesucristo.
La primitiva Iglesia, deslumbrada por la realidad histórica de la muerte de Cristo, advirtió la necesidad de celebrar litúrgicamente este hecho salvífico, por medio de un rito memorial, donde, en obediencia al mandato expreso del Señor, se renovara sacramentalmente su sacrificio: Hagan esto en memoria mía (1Cor 11,25).
Todo el acontecimiento redentor que celebramos en la Semana Santa está ampliamente atestiguado en la Biblia, y corresponde a los últimos momentos de la vida de Cristo. De este modo, en la también conocida como Semana mayor, conmemoramos, en el domingo de Ramos, la entrada en Jerusalén aclamado por los niños, los pobres, la gente sencilla; el jueves la celebración de la Cena pascual que da inicio a la Eucaristía; el viernes, el juicio y sentencia de muerte en cruz, en la Pasión del Señor; el sábado, la Iglesia medita el descanso de Jesús en el sepulcro y por último, en la Vigilia Pascual, revivimos la alegría de su gloriosa resurrección, evento fundamental de la fe cristiana.
Este es el acontecimiento que celebramos los cristianos católicos y que en tiempos sucesivos se fue ampliando con las procesiones penitenciales. Pero en el corazón de la Semana Santa está la celebración litúrgica del Triduo Pascual, valga decir: pasión, muerte y resurrección del Señor, los días jueves, viernes y sábado-domingo con la Vigilia Pascual.
Pues bien, lo acaecido históricamente hace más de dos mil años, la Iglesia nunca ha dejado de celebrarlo y en Tunja tiene una larga tradición, con las espléndidas celebraciones litúrgicas y las muy reconocidas procesiones, que datan desde la época de la colonia española.
Después de dos años marcados por la pandemia del Covid-19, en los que nuestra Semana Santa estuvo limitada en su participación, que no en su celebración central, y ya mejoradas las condiciones de salubridad, retornamos a la celebración de la Semana Santa con las actividades acostumbradas.
La Semana Santa no es propiamente una semana de vacaciones o de descanso, sino ante todo un acontecimiento religioso de fe y que, con algunas actividades de cultura religiosa, invita a la contemplación de los acontecimientos de los últimos días de la vida de nuestro Salvador Jesucristo aquí en la tierra, que con sentido de gratitud, seguimos actualizando cada domingo y de manera solemne en la Pascua de cada año.
Reavivemos pues, el entusiasmo que ha caracterizado a Tunja en la celebración de la Semana Santa y vivámosla con espíritu de fe y aprendiendo del Divino Maestro el amor, el perdón, la solidaridad, el servicio, el respeto, valores hoy tan necesarios como urgentes en nuestra atribulada nación colombiana.