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México 1965

La Sangre de la Nueva Alianza. Segunda parte.
Este aspecto voluntario de la entrega sacrificial es un elemento fundamental de la vida de Cristo.


Por: Alfonso Gortaire Iturralde | Fuente: Catholic.net



(La primera parte de este ensayo la puedes encontrar aquí).

2.3 Consagración

Es otro tema importante relacionado con la SANGRE del Cordero en la primera Pascua en Egipto. La Sangre preservó a los judíos del castigo del ángel exterminador. La Sangre del Cordero Pascual es el distintivo que separa a Israel de los demás pueblos (P. Bustos 65. 14) reservándolo exclusivamente a Dios (Ex. 12. 26). Así el pueblo se convierte en el pueblo de Dios, pertenencia de Dios (Ex. 29. 20 /Lev. 8. 23).

2.4 Expiación

También la Sangre tiene su función expiatoria /Lev. 17. 11/  : “porque si la SANGRE de los machos cabríos y de los toros y la ceniza de la becerra santifican con su aspersión a los contaminados en orden a la purificación de la carne…cuánto más la Sangre de Cristo… /Heb. 9. 12/.



La efusión de la Sangre en el rito rabínico es el elemento principal reservado al Sacerdote en la fiesta del YOM KIPURIM (Bustos 60. 23). Así alcanzan su pleno sentido las palabras de la epístola a los Hebreos: “según la ley todo se purifica con SANGRE y sin efusión de Sangre no se obtiene remisión…” /Heb. 9. 22/.

Si a todo esto se añade el sentido de la profecía del Siervo de YAHWEH de Isaías se comprenderá mejor, en su conjunto el sentido sacrificial de expiación por la muerte del Redentor de todos los hombres.

3. LA NUEVA ALIANZA

La formulación de los textos eucarísticos es tan precisa que demuestra claramente una tradición litúrgica definida, ya que el encargo del Señor “haced esto en memoria mía” /Lc. 22. 19/ tuvo su inmediata aplicación desde el principio de la Iglesia /1 Cor. 11. 24/. Esta importancia, al parecer sólo histórica, tiene su ponderación pues se basa en la importancia trascendental del sacramento de la iglesia: la Eucaristía, que es la representación viva del Sacrificio redentor del Señor.

Para comentar el hecho de la Nueva Alianza y entenderlo en su profundidad, podemos distinguir en el sacrificio sangriento de Cristo algunos puntos de especificación teológico-bíblicos (Meinertz 63. 698).



3.1 El sacrificio de Cristo es un Sacrificio Sangriento que está conforme con el Canon Sacrificial judío por el cual se realiza el derramamiento de la Sangre /Heb. 9. 22/: “Sin efusión de sangre no se obtiene remisión”.

3.2 Pero este sacrificio consiste en la propia persona que se da en don permanente, y Cristo es el Sacrificador y ofrenda entregada al Padre como Sacerdote eterno.

3.3 Y este don se realizó una vez EFAPAX – una sola vez – y definitivamente /Heb. 9. 12; 26. 28; 10. 10 – 14/ Rom. 6. 10/ - “Y no mediante sangre de muchos cabríos y de becerros, sino mediante su PROPIA SANGRE entró DE UNA VEZ para siempre en el Santuario, consiguiendo así una redención eterna” /Heb. 9. 12/.

3.4 Otra idea fundamental que sobresale en el Sacrificio de la Nueva Alianza es que se trata de un Sacrificio ofrecido por los pecados /Heb. 1. 3; Heb. 2. 17; 9. 26; 28; 10. 12/ Heb. 12. 3; 13. 12/ “Más ahora de una sola vez en la consumación de los siglos se ha manifestado para la abolición del pecado mediante su propia inmolación” /Heb. 9. 26/.

3.5 Y la ofrenda de este sacrificio es la propia Sangre de Cristo /Heb. 9. 12; 14; 10. 19; 12. 24; 13. 12. 20/. Pero su sangre no se debe considerar como sagrada al igual que las víctimas ordinarias del sacrificio. “Sacrificio de animales que no tenían voluntad propia”, sino la misma SANGRE DE CRISTO.

3.6 Pero este don de la Sangre es un don voluntario: el sacrificador ofrece voluntariamente la Sangre suya acorde con las palabras del Salmo:

“Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me abriste oídos; holocausto ni ofrenda expiatoria reclamaste. Dije entonces: aquí vengo, en el rollo del libro está escrito de mí: Hacer tu voluntad, Dios mío, me deleita, y está tu ley en lo hondo de mis entrañas” /Sal. 40. 4-7/ /Cfr. Heb. 10. 5. 7/.

Este aspecto voluntario de la entrega sacrificial es un elemento fundamental de la vida de Cristo, cuyo alimento es cumplir la voluntad del Padre, y la oblación del cuerpo de Jesucristo, se realiza así, una vez para siempre /Heb. 10. 10/.

Según esto lo decisivo, no es, por tanto, la ofrenda material de la sangre, sino el hecho de que la SANGRE ha sido derramada voluntariamente por la persona sobrenatural de Jesucristo, que tiene su mirada constantemente fija en la Redención.

“Cuanto más la sangre de Cristo que por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo inmaculado a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir sacerdotalmente al Dios vivo” /Heb. 9. 14/ (EIS TO LATREUENI: servir sacerdotalmente) (Zerwick 60).

3.7 Fluye de aquí otro matiz de esta entrega: el Espíritu Eterno de Cristo en contraposición de la materia. “Cristo portador del Espíritu de Dios obra por el Poder de este eterno Espíritu” (Meinerstz 63. 699).

3.8 La sangre de Cristo tiene pues efectos dinámicos “divinizadores” pneumáticos, pues, Él, con su SANGRE, es el SACRIFICADOR por los hombres.

3.9 Y su Sacrificio, intrínsecamente dinámico y santificador “purifica la conciencia de obras muertas” (Pecado que produce muerte: Heb. 66. 1).

3.10 Y nos da la capacidad de consagrar Sacerdotalmente al Dios Vivo toda nuestra vida /Heb. 9. 14/ (Meinerstz 63. 699).

 







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