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22 de octubre de 2020

¡Que te conozcan Señor!
Santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53. Jueves de San Juan Pablo II


Por: Francisco J. Posada, LC | Fuente: www.somosrc.mx



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Que hoy pueda convencerme un poco más del amor que Tú me tienes, Señor, enciende en mí el fuego de tu amor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús es el enviado de Dios Padre y como tal nos vino a revelar lo que significa el amor que Dios tiene por nosotros. En este sentido el fuego de Cristo es su deseo de que los hombres se den cuenta de cómo es el amor de Dios. La tarea de anunciar a Cristo se resume fácilmente en esto: hacer que la gente conozca a Dios que desde un principio los amó hasta el extremo. Esta es la misión de todo cristiano porque, como sus seguidores, estamos llamados a compartir la buena nueva que nos vino a revelar, y hacer nuestro mayor esfuerzo para acercar a la gente a Dios.

Dios nos muestra su amor ayudándonos a comprender que no todo en la vida es fácil y que, si confiamos en Él, aprenderemos a sobrellevar el sufrimiento.

«Para participar en la edificación de una sociedad abierta, plural y solidaria, es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como el camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio. Este es el camino que estamos llamados a recorrer sin cansarnos nunca, para ayudarnos a superar juntos las tensiones y las incomprensiones, las máscaras y los estereotipos que conducen siempre al miedo y a las contraposiciones; y así abrir el camino a un espíritu de colaboración fructífera y respetuosa. En efecto, es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro actuar los valores que nos son comunes».
(Discurso de S.S. Francisco, 30 de marzo de 2019).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hablarle de Dios a una persona, no teóricamente, sino mi experiencia de amor.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.




Reflexión de Mons. Enrique Díaz en audio:





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