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Charles de Foucauld. Encontrar a Dios en el desierto
Entrevista a D. José Luis Vázquez Borau


Por: Luis Javier Moxó Soto | Fuente: Catholic.net



“Al comienzo de octubre de 1886, después de seis meses de vida de familia, yo admiraba y quería la virtud, pero no os conocía. ¿Por qué invenciones, Dios de bondad, os hicisteis conocer de mí? ¿De qué rodeos os servisteis? ¿De qué suaves y fuertes medios exteriores? ¿Por qué serie de circunstancias maravillosas, en que todo se juntó para empujarme hacia vos: soledad inesperada, emociones, enfermedades de seres queridos, sentimientos ardientes del corazón, retorno a París a consecuencia de un acontecimiento sorprendente? ¿Y qué gracias interiores? Esta necesidad de soledad, de recogimiento, de piadosas lecturas, esta necesidad de ir a vuestras iglesias, yo que no creía en Vos, esta turbación del alma, esta angustia, esta búsqueda de la verdad, esta oración: “¡Dios mío, si existes, manifiéstate!”…

¿Qué tiene en común la experiencia de Charles de Foucauld (1898-1916), con las nuestras? ¿Qué puede decir al hombre de hoy el testimonio de su vida y de su búsqueda?

Digital Reasons ha publicado “Charles de Foucauld: Encontrar a Dios en el desierto”, de José Luis Vázquez Borau (Barcelona, 1946).

El autor es profesor y escritor especializado en Ciencias Religiosas y Espiritualidad. Doctor en Filosofía y en Teología. Autor de distintas obras de filosofía, teología, religiones, espiritualidad y semblanzas de personajes. Es presidente de RIES (Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas); presidente de honor del Instituto Emmanuel Mounier de Cataluña y animador de la Comunidad Ecuménica Horeb-Carlos de Foucauld.

José Luis, ¿hemos perdido o debilitado la capacidad de sentido de la vida, de búsqueda de Dios, de la Verdad, de silencio y fraternidad al estilo de Foucauld?

Para encontrar el sentido de la vida hay que ser pobre, desposeerse, descalzarse como hizo Moisés ante la zarza ardiendo del Sinaí. Hay que entrar en el silencio del corazón. Hay que ir al desierto, no necesariamente físico, como hicieron los Padres del desierto o Carlos de Foucauld.

¿Qué diría hoy Charles de Foucauld a tantos creyentes débiles, sobre todo cristianos convertidos a medias, es decir que son capaces de encender una vela a Dios y otra al diablo, de no querer amar de verdad e imitar a Jesús? ¿Y a los que pasan de la trascendencia, de Dios o los que están en búsqueda, quizá no sabiéndolo bien del todo?

A los creyentes débiles, a los convertidos a medias Foucauld les diría que encendiendo una vela a Dios y otra al diablo no van a ser felices nunca. Hay que ser radicales en la conversión. No se puede entender el buen vivir sin la radicalidad. Recordemos aquellas palabras de la Apocalipsis: “Conozco tu conducta: no eres ni frio ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!. Pero como eres tibio, es decir, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. Tú dices: ‘Soy rico; me he enriquecido; nada me falta’. Pero no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo” (Ap 3, 1-18). A los que pasan de la trascendencia o a los que están en búsqueda Foucauld les diría que vayan hasta el fondo en el desarrollo de la dimensión última de su existencia. Que desarrollen su inteligencia espiritual que se alimenta del silencio (desierto), que les dará el sentido pleno de la vida.

¿Qué tipo de desiertos son aquellos que hoy son campos de acción para los seguidores de Charles de Foucauld? ¿Han cambiado mucho en el último siglo y han aparecido otros nuevos, más urgentes, oportunos y necesarios de atender?

Carlos de Foucauld, después de su conversión radical a Dios, quiso vivir como Jesús de Nazaret, en una aldea humilde entre los más pobres. Se trata de encarnarse entre los últimos y desde la pobreza crecer como hermanos.
Cuando Foucauld recibió la misión apostólica quiso ir siempre hacia los más abandonados, donde no hay presencia de Iglesia y allí practicar el apostolado de la bondad, semilla del Reino de Dios.



¿Cuáles son los principales problemas actuales del diálogo y fraternidad entre cristianos y musulmanes? Por parte católica, ¿cómo podemos contribuir a su solución o a tender puentes más que a levantar muros?

Se podría afirmar que tanto para Carlos de Foucauld como para todos sus discípulos, especialmente Louis Massignon, Padre Pyriguere, René Voillaume, la Hermanita Magdaleine, Carlo Carretto, inmersos en el mundo musulmán, en la fraternal convivencia de vecindad y de amistad no ha habido especiales problemas. Los problemas surgen con la absolutización de ciertas doctrinas o creencias, lo que llamamos fanatismo. El camino será largo, pero se llama amistad.



Para los no iniciados en la vida y pensamiento del beato, ¿por qué razones recomienda su libro? ¿algún otro?

Recomiendo la lectura de Charles de Foucauld: Encontrar a Dios en el desierto, precisamente porque en el mismo se ve de una manera patente la importancia de la conversión y las implicaciones que tuvo en Foucauld. Una manera sencilla y agradable de ir entrando en el carisma de Carlos de Foucauld sería leyendo los libros de Carlos Carretto, especialmente Cartas del desierto de la Editorial San Pablo. Pero el libro de cabecera sería: Carlos de Foucauld. Itinerario espiritual de Jean François Six, de la editorial Herder.

¿Podemos decir que se ha entendido y aplicado bien el camino, el carisma, de Foucauld? ¿Qué ejemplos de asociaciones y grupos cristianos nos puede destacar? ¿Qué le parece la de "Amigos del desierto" de Pablo d'Ors y especialmente sus libros "El olvido de sí" y "Biografía del silencio"?

El día de la beatificación del hermano Carlos en Roma pude constatar la multiplicidad de grupos que siguen este carisma, pero a mi modo de entender, quienes lo viven con mayor radicalidad son las hermanitas de Jesús, las hermanitas del Evangelio, las hermanitas del Sagrado Corazón, las hermanitas de Nazaret, los hermanos de Jesús y los hermanitos del Evangelio, pues hacen una entrega total de su vida entre los más pobres. Pero esto sería lo mismo que decir que en la Iglesia quienes viven mejor el evangelio son los monjes. Pero todos sabemos que el Espíritu del Señor Resucitado se explaya a través los distintos estados de vida. Por tanto, el carisma Foucauld se puede vivir de muchas maneras. Los “Amigos del desierto” es una, con el fin de despertar la interioridad contemplativa de la persona y descubrir su vocación. Los libros “El olvido de sí” y “Biografía del silencio” de Pablo d’Ors son dos libros que pueden ayudar en este empeño.

Muchas gracias, José Luis, por sus respuestas tan clarificadoras y testimoniales. ¿Qué es la Comunidad Ecuménica Horeb Charles de Foucauld, dónde está presente y cuál es su misión, su testimonio? ¿cómo invitaría usted a conocerla?

La Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld es un “monasterio invisible” en la comunión de los santos. Reúne a personas dispersas de catorce países que quieren seguir el carisma Foucauld, con un compromiso de intercesión ecuménica, que para llevarlo a cabo se ayudan con la oración de los unos por los otros. Dentro de la peculiaridad del carisma Foucauld se acentúa el desierto. Gracias a Internet hay una comunicación fluida mediante boletines y una revista Horeb Ekumene.

Para contactar con el autor:
http://foucauldblog.wordpress.com
http://horebfoucauld.wordpress.com
https://www.religiondigital.org/cafedialogo/
amazon.com/author/jlvazquez.borau







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