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15 de octubre de 2019

La actitud personal hacia las cosas de Dios
Santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41. Martes XXVIII del Tiempo Ordinario


Por: H. Francisco J. Posada, LC | Fuente: www.somosrc.mx



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, dame la gracia de preocuparme más por mis actitudes interiores para que así pueda amarte con lo más profundo de mi corazón.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41

En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.

Pero el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hay cosas que nos son fáciles sea por nuestra forma de ser, carácter o hábitos; Dios nos bendice cuando somos capaces de hacer ciertas cosas que a Él le agradan, especialmente en el aspecto espiritual, las cuales son muestra de que hemos avanzado en nuestro camino de santificación personal. Pero Dios no quiere que nos quedemos ahí. Él quiere que sigamos avanzando en nuestro peregrinar terreno para alcanzar la felicidad y paz interior que tanto necesitamos, siempre pidiéndonos algo más.

Dios nos invita a examinar nuestra vida para saber si hemos dejado que nuestro egoísmo entre en nosotros, y nos hace esconder cosas para que los demás no se enteren de qué es lo que hago o que digan: Pensábamos que era intachable pero ahora nos damos cuenta de quién es en verdad. Hay que alabar a Dios haciendo lo que a Él le agrada, poniendo nuestro corazón en las cosas que hacemos por Él; que todo nuestro ser pueda alabar y glorificar al Señor, que, en lo público y exterior, como en lo privado e interior, pueda seguir a Cristo dándole lo que tengo para que experimente y sienta internamente el costo de la entrega.

Señor, que pueda dejarte entrar en mi vida, aunque sea difícil aceptar lo que tú me pedirás; ayúdame a reconocer cómo puedo amarte más y que me sirva de motivación para hacerlo.

«Hagamos un examen de conciencia para ver cómo acogemos la Palabra de Dios. El domingo la escuchamos en la misa. Si la escuchamos de forma distraída o superficial, esta no nos servirá de mucho. Debemos, sin embargo, acoger la Palabra con mente y corazón abiertos, como un terreno bueno, de forma que sea asimilada y lleve fruto en la vida concreta. Así la Palabra misma nos purifica el corazón y las acciones y nuestra relación con Dios y con los otros es liberada de la hipocresía. El ejemplo y la intercesión de la Virgen María nos ayuden a honrar siempre al Señor con el corazón, testimoniando nuestro amor por Él en las elecciones concretas por el bien de los hermanos».
(Ángelus de S.S. Francisco, 2 de septiembre de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hacer una visita a la Eucaristía pidiendo por toda la gente de Iglesia que no actúa con autenticidad.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.







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