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En qué momento se origina la infidelidad
La infidelidad se origina donde el hombre y la mujer se convierten en objetos de uso desechable.


Por: Francisco Mario Morales | Fuente: Catholic.net



Este fenómeno destructivo personal y familiar no se origina en un encuentro, es algo que se comienza a fraguar desde el primer encuentro ocasional, y de forma premeditada se continua esa relación “amistosa” con acercamiento, en busca de un “consejo”, compañía y convivencia cada vez más frecuente en citas clandestinas, donde al esposo o esposa de ambos se les comienzan a descubrir todos los defectos, viene la comparación y a la pareja en turno se le atribuyen todas las cualidades. El enamoramiento toca la puerta. El enamoramiento es la primera etapa, la idealización del otro, creerlo perfecto, es la atracción física y sexual en ambos; y al menos uno, se convierten en victima tratando de provocar la “compasión”, busca de un “consejo” y el otro la “voluntad” de apoyar y ofrecer lo que le hace falta a la otra persona sacando para sí la mejor parte.

Existen personas para quienes la insatisfacción no está siempre presente, sino que aparece poco tiempo después de haber conseguido su objetivo. Este hecho, que podría parecer contradictorio, suele ocurrir en personas que tienen un pronunciado rasgo de búsqueda de sensaciones y que, por lo tanto, rápidamente se 'cansan' de sus logros, y pierden interés por ellos. También ocurre en aquellos casos en los que las metas han sido demasiado fáciles de conseguir por lo que, una vez alcanzadas, pierden interés (Dra. Vanesa Fernández López, Psicóloga, especialista en emociones).

La infidelidad se origina al no importar los sentimientos y la dignidad del ser humano; sino donde el hombre y la mujer se convierten en objetos de uso desechable (“úsese y deséchese”), donde el amor se interpreta como una simple energía que hay que desahogar  y hay que unirla al placer y a la diversión, a la depravación, a donde lo que más importa es el intercambio sexual instintivo y simulado de un sentimiento muy lejos de sentir y de conocer. Donde el concepto de moral se desconoce y por la misma ignorancia se asegura que es algo fuera de moda y que sólo impide la verdadera "felicidad"...

Juan Pablo II, desde que era profesor de filosofía en la Universidad de Lublich no dejo de insistir en que gran parte de los problemas del mundo se deben precisamente a esta concepción utilitarista de la vida en donde se ve a las personas tanto en cuanto sean cosas útiles para la satisfacción de las necesidades de otra persona.

La moda, la permisividad, el libertinaje, el relativismo son pautas vertebrales básicas, sigue los vaivenes de lo último a lo que se apunta todo el mundo sin ningún espíritu crítico. La raíz de la moral es el amor.



El medio ambiente que nos rodea, la poca o nula formación en los valores y los medios masivos de comunicación: Internet, televisión, revistas, periódicos, la moda, el “amor” libre, etc., en muchas ocasiones, nos hacen creer como bueno lo que no lo es. Además podemos considerar otros puntos importantes.

- Matrimonios forzados
- Deshonestidad
- Interés económico
- Irresponsabilidad
- Libertinaje
- Frustración
- Insatisfacción emocional, afectiva y sexual
- Monotonía, humillación, impotencia emocional, relaciones toxicas
- Rencor
- Amistades nocivas
- Falta de comunión

Nuestra sociedad es excesivamente afectiva y sentimentalista, existe una confusión muy grande entre lo que es el amor y lo que es el enamoramiento. Amar a alguien es querer el bien para él, hacer todo lo posible para que sea feliz, olvidarse de uno mismo… Darse incondicionalmente. El enamoramiento tiene más que ver con estados de ánimo, sentimientos, etc… y es por tanto variable. ¿Es malo el enamoramiento? No, pero como base del matrimonio es muy endeble. Por: Aníbal Cuevas | Fuente: La Familia | Catholic.net

Otro factor de fracaso es el error de concepto entre ser libre y ser independiente. Cuando me caso lo hago libremente, puedo renunciar a cosas libremente, es decir puedo, y debo, ser libre en el matrimonio pero sin perder de vista que este no es la suma de 1+1 sino algo nuevo. La independencia supone desvinculación, falta de comunión, cada uno a lo suyo, estar a la defensiva para que no me anulen. Por: Aníbal Cuevas | Fuente: La Familia | Catholic.net

De manera telegráfica: ser fiel al proyecto común, poner toda la carne en el asador, “quemar las naves”. Mostrar aprecio y respeto a la pareja en pequeños detalles cada día. Ser comprensivos uno con el otro, saber perdonar y pedir perdón, ser agradecidos. No permitir pensamientos tóxicos sobre la pareja sino positivos, fomentar durante el día las ganas de volver a casa; desterrar el victimismo y por último una vida sexual feliz, humana, integrada que busca algo más profundo que el mero goce físico y relacionada con lo más grande del amor: dar vida. Por: Aníbal Cuevas | Fuente: LaFamilia | Catholic.net



Todo esto se puede convertir en una bomba de tiempo.

Muchos piensan que la infidelidad se mete como zorra para destruir un hogar.

Se disfraza de hada madrina para ayudar al infiel a realizar sus fantasías pero la realidad es que el infiel al final sufrirá las consecuencias de haber dado rienda suelta a sus instintos animales.

No se deje llevar por el refrán de que “la mejor manera de librarse de la tentación es dejarse
llevar por ella”.

Eso es falso. Ciérrele la puerta a la infidelidad.

El amor verdadero no es el que da placer por unas cuantas horas.

El amor verdadero todo lo soporta, lo sacrifica y todo lo perdona.

Ese es el verdadero y genuino amor entre las parejas (SONIA B.F. ARIAS CRJU/PSYCH-CSUB 31 COMMENTS).

La infidelidad es la falta de respeto a sí mismo. Respetarse a uno mismo significa ser firme en el camino hacia la propia felicidad y al desarrollo del propio potencial.

La infidelidad empieza al no ser fiel y leal con uno mismo, ni con nuestra propia palabra, ni con la conciencia, ni con los propios principios y creencias (Publicado 16 16UTC abril 16UTC 2013 Familia).







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