"A la caza del voto católico", en España
Por: Luis Javier Moxó Soto | Fuente: Catholic.net
José Francisco Serrano Oceja, doctor en Ciencias de la Información, profesor titular acreditado de la Universidad San Pablo CEU San Pablo. Ha sido decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación del CEU San Pablo durante nueve cursos. Estudió también Filosofía, Teología y Derecho Canónico. Periodista. Colabora en varios medios, ABC, ABC Cultural, Cadena COPE, Radio Internacional y Religión Confidencial. Escribió también para el semanario católico de información Alfa y Omega, Libertad Digital, colaborador de COPE…
Es autor, con Pablo Martín de Santa Olalla, de la única historia que existe de la Conferencia Episcopal Española. También ha escrito “La Iglesia frente al terrorismo de ETA”, junto con más de medio centenar de artículos científicos sobre periodismo, retórica de la comunicación y periodismo especializado (consultar, por ejemplo: Dialnet y Google Académico).
Ahora con Freshbook ha lanzado casi en vísperas de elecciones en España, su trabajo "A la caza del voto católico. 8 millones de votos en el aire".
A la vista tenemos elecciones generales el 28 de abril y los comicios europeos, municipales y autonómicos -en gran parte de España- el 26 de mayo. Es importante estar en el momento justo y en el lugar adecuado, como hace este autor.
Se han realizado varias Jornadas y Encuentros de católicos en la vida pública, la Academia de líderes católicos, el partido polaco Europa Christi para recristianizar Europa, orientaciones diversas como las del secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Javier Argüello, manifiestos de movimientos eclesiales como el de la Fraternidad de Comunión y Liberación,…
Pero queremos ahora abordar con José Francisco, desde catholic.net, cómo están situados los católicos en la política, hasta dónde llega su responsabilidad por solucionar los problemas de España y Europa, y cómo aplicar las convicciones y creencias católicas en sus propios partidos en este cambio de época.
José Francisco, si hiciéramos una tabla de cuestiones irrenunciables de la identidad católica frente a opciones o programas políticos, ¿se salvaría realmente algún partido político? ¿Hay algún partido político actual que sea un “mal menor” para el voto católico?
El tablero del juego político en España tiene nuevos actores. El bipartidismo clásico ha quebrado, aunque se nota un bipartidismo implícito si los criterios son otros. Por ejemplo, si nos planteamos ver el tablero desde el punto de vista del "populismo o del relativismo. Pero lo que no se puede negar es que hay fuerzas políticas, nuevas y renovadas, que hacen propuestas que debieran ser tenidas en cuenta por los ciudadanos que quieran utilizar los criterios que propone la Iglesia a la hora de votar.
¿Está promoviendo la Iglesia una formación política de líderes cristianos? ¿cómo? A este respecto, ¿qué le parece la iniciativa del grupo "Polis" en Toledo en la reflexión sobre "Ser católico en política hoy"?
No, la Iglesia no hace política partidista, ni quiere hacer política, ni entra en el juego directo de la política. Lo suyo es el ámbito de la pre-política, de la formación moral de las conciencias y de las propuestas de sentido para el bien general de la sociedad. Iniciativas como la del grupo "Polis", que ojalá se expandieran por el resto de las diócesis españolas, pero que es reflejo de la vitalidad de los laicos toledanos, son muy loables en la medida en que articulan intereses y convergencias.
Del espectro total del voto católico en España, ¿se sabe cuál es el porcentaje de cada opción política? ¿de los votos blanco y nulo? ¿y de abstención? ¿Cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles?
Es cierto que no tenemos muchos datos. Contamos con los de CIS. En mi libro ofrezco lagunas informaciones básicas, pero sería bueno profundizar en el estudio sociológico del voto de los católicos.
Lo que sabemos es que los votantes del PP (92,4%) y del PNV (86,4%) se definen como católicos, lo que contrasta con el 36,4% de votantes de Unidos Podemos que se definen como tales. Y aunque en principio pueda parecer sorprendente, el porcentaje de votantes socialistas que se dicen católicos es apreciablemente mayor que el de quienes votan por Ciudadanos: 81,1% frente a 75%. Un porcentaje ya significativamente menor de votantes de CiU (62,15%) se declaran católicos, mientras que apenas llega al 35,6% los que así se consideran y votan a Esquerra Republicana de Catalunya.
¿Qué opina de cuestiones como las siguientes en su condición de votante católico: sistema o ley D'Hont, necesidad de reforma constitucional y objeción de conciencia electoral?
Creo, sin duda, que tarde o temprano habrá que hacer una reflexión sobre la Ley D´Hont dado que era un sistema que se adoptó por la funcionalidad en el contexto de la Transición y de la España de entonces. Pero la España de hoy ha cambiado. Respecto a la Constitución, pienso que sigue siendo un texto válido para construir un proyecto adecuado de nación y de sociedad. No considero como adecuada la objeción de conciencia electoral dada la responsabilidad moral de votar.
¿Qué tipo de iniciativas legislativas populares debiéramos promover los católicos con más urgencia o necesidad?
Toda aquellas que afectan a cuestiones a las que tengan que ver con los principios a los que no podemos renunciar y que están en beneficio de toda la sociedad: el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural; la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer; la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas.
Muchas gracias, José Francisco. Por último, queremos preguntarle acerca del arco parlamentario español: ¿Cuál es el tanto por ciento de políticos católicos? ¿cómo se puede conjugar decirse católico y a la vez votar o llevar a cabo legislaciones, programas y discursos que están en contra de la Iglesia católica?
No tengo datos exactos, pero sí creo que el tanto por ciento es menor del que debiera. Y que también es menor la implicación de estos políticos en propuestas adecuadas a la conciencia cristiana. En este sentido hay que hacer una llamada a la responsabilidad, y en particular a las generaciones jóvenes, para descubran la vocación a la política, al servicio público.