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Sueño grandioso: el fervor primario
El fervor primario y la recreación en el carisma son claves para la vida religiosa


Por: Germán Sánchez | Fuente: Catholic.net



Tocamos el punto medular: identidad en la vida consagrada. Adaptación a los tiempos actuales y baja en las vocaciones no deben hacernos pensar que el carisma se debe re-crear. No hay necesidad de tal re-creación, sino que es necesario volver al fervor primario, a vivir de la misma manera que vivió el Fundador o la Fundadora y los primeros seguidores del Instituto.

¿Un sueño demasiado fácil y con pretensiones de grandiosidad? Veamos.

Una vocación a cualquier Instituto religioso es un regalo de Dios. Sabemos muy bien que la vocación es un don de Dios. Pero, normalmente, las vocaciones nacen cuando se da la vivencia de una vida cristiana, si bien Dios puede hacer crecer "lirios en el fango". Ordinariamente cuando se dan ambientes en donde las chicas viven su vida de gracia, frecuentan los sacramentos de la confesión y la comunión, se dan a los demás y a Dios a través del apostolado continuo, son seguidas de cerca de través de la dirección espiritual frecuente y asidua, viven con intensidad y pasión una vida de oración, "de ordinario" Dios bendice esos grupos con abundantes y buenas vocaciones. ¿No eran así los tiempos de dónde surgían por sí solas las vocaciones? Ahora, muchas me podrán decir, ahora ya no es así: la familia es un desastre, los padres de familia son los primeros que desconocen su deber como padres cristianos, las chicas no quieren oír hablar de religión, viven de los placeres. Es cierto y muchas de ustedes podrían hacerme un exhaustivo análisis sociológico sobre el tema. Pero, ¿con cuánta pasión la consagrada se dedica a evangelizar? ¿Con cuánto celo la consagrada se dedica a hacer lo que tiene que hacer de acuerdo al carisma que le ha dejado su Fundador o su Fundadora?

Si hoy día asistimos al triste espectáculo de las personas que se alejan en masa de la Iglesia, ¿podemos echar la culpa tan sólo a los padres de familia, a la televisión y los medios de comunicación social, al estado y al fin de cuentas, al mundo laico? ¿No podemos preguntarnos qué han hecho las religiosas en las décadas pasadas con su labor de evangelización?

Quizás la última pregunta es dramática y cruel. Son muchas religiosas las que han dado su vida desde los diversos puestos de trabajo que la obediencia les ha marcado: la parroquia, el hospital, la casa de ancianos, la escuela, la Universidad. Pero, en ese trabajo, ¿han sido verdaderas evangelizadoras? Y la evangelización se realiza principalmente cuando se vive el carisma de la propia Congregación: cuando la humanidad se deja plasmar y modelar por el propio carisma1.

Para que el carisma atraiga, la persona consagrada debe recrearse en el carisma, es decir, debe gustarlo, no tan sólo conocerlo. Para gustarlo es necesario vivirlo, experimentarlo, lanzarse a la aventura de desaparecer para que el carisma obre en nosotros, no como un talismán mágico, sino que puesto en nuestras manos y con nuestra libertad vaya obrando en todas las áreas de nuestro ser.

En el aspecto espiritual irá de alguna manera informando y conformando nuestras relaciones con Dios.

En el aspecto apostólico al cumplir con el mismo espíritu que el Fundador o la Fundadora vivieron la donación de su persona a las obras de apostolado, nos dará una personalidad apostólica, una visión del mundo, un actuar y hacer actuar frente a las necesidades más actuales de la Iglesia.2

En el aspecto humano, la vivencia de las virtudes más queridas y ejemplificadas por el Fundador(a) dejarán una huella, una impronta en nuestra personalidad.

Y todo este conjunto de virtudes humanas, sociales, intelectuales, apostólicas y espirituales hará de nosotros la persona consagrada querida por nuestro Fundador, y por lo tanto la persona que atrae a otros jóvenes porque vivimos con radicalidad y creemos en los valores que Dios ha elegido para nosotros. Y también haremos algo por evangelizar el mundo secularizado...

Todo, sin necesidad de re-crear el carisma, tan sólo recreándonos en el carisma.

NOTAS
1 Amedeo Cencini op. cit. pp 57 -66 "... il carisma e così vivo che viene annunciato, e provoca e attrae perché altri decidano di vivere allo stesso modo...
2 Baste pensar como muchas Fundadoras se adelantaron a las necesidades de su tiempo y fueron mujeres "modernas" desde siempre. Pongo el siguiente ejemplo entre los muchos que conocemos: Giampaolo Redigolo. Oggi vengo a casa tua. Beata Anna Michelott,i Ancora Editrice, Milano, 2000 p.45: Aveva messo a punto una strategia di marketing del suo servizio: chiedeva informazioni su possibili nuovi "clienti" ai parroci, alle famiglie impegnate, agli stessi ammalati che conoscono sempre qualcuno che sta come loro o peggio di loro. Puntava sull´effetto passa-parola e il lavoro non le mancava. Molto mederna, in questo modo di intendere la pratica sociale. La sua tecnica di monitoraggio del territorio per individuare la domanda di servizi, condotta mediante l´osservazione diretta e partecipata, le scienze sociali l´hanno scoperta più tradi. Progettare e realizzare -come ha fatto lei- un servizio sociale libero da pastoie burocratiche e da protocolli penalizzanti è obiettivo individuato da poco e non ancora preso in considerazione dal nostro sistema assistenziale.

 

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