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Ponte de acuerdo con Dios
A Dios le gusta tener acuerdos con nosotros


Por: Maleni Grider | Fuente: www.somosrc.mx



“¿Emprenden, acaso, dos hombres juntos el camino sin haberse puesto antes de acuerdo?”
Amós 3:3-4

 

En nuestra relación con Dios, confiar en Él es lo más importante. Creerle a Él, esperar en Él, tener fe en Él es una muestra de nuestra confianza y abandono hacia Él. Cuando dejamos de confiar sólo en nosotros y empezamos a confiar más en Él, los caminos se abren y las veredas se enderezan, parece que hallamos el sendero más fácilmente.

En nuestro caminar con Dios, es Él quien ofrece proveer de todas las cosas. Y es de hecho Él quien provee todo para nosotros. Cuando el pueblo de Israel caminó de su mano en el desierto, ellos sólo obedecieron al líder, al siervo de Dios, Moisés, quien fue escogido para sacar a Israel de su esclavitud en Egipto, luego de cuatrocientos años. Pero también muchísimas veces hicieron lo incorrecto y no obedecieron, sino que fueron en busca de sus propios ídolos.

Sin embargo, fue Dios quien puso la nube de día y la columna de fuego en la noche. Fue él quien les dio el maná cada día para que comieran durante cuarenta años. Y fue Él quien sacó agua de la roca cuando desfallecían. Dios fue quien curó sus enfermedades, abrió caminos en el desierto, guio sus pasos en la oscuridad, destruyó a sus enemigos e hizo nuevos ríos en la soledad.



Lo único que Dios les pedía era que se volvieran de sus malos caminos y confiaran en Él. Dios siempre ha hecho pactos con la humanidad, porque Él es un Dios de pactos. A diferencia de nosotros, Él nunca falla ni rompe sus pactos. A Dios le gusta tener acuerdos con nosotros, en otras palabras, que estemos de acuerdo con Él.

Cuando contradecimos sus mandamientos, cuestionamos sus enseñanzas, desafiamos sus estatutos y ordenanzas, o si violamos los deseos de nuestro Dios, lo que estamos diciéndole con nuestra conducta es: “Dios, no estoy de acuerdo contigo… yo quiero hacer las cosas de manera diferente y quiero tomar mis propias decisiones, basadas en mis propias opiniones. Yo tengo una mejor idea que tú”. Entonces Él no puede bendecirnos a plenitud.

Pero si nos ponemos de acuerdo con Él y seguimos sus mandatos, si nos sujetamos a lo que Él ha ordenado, si le entregamos nuestro corazón y buscamos fervientemente sus propósitos en nuestra vida, si aceptamos con pasión su voluntad, si le entregamos nuestros propios deseos y ponemos primero sus deseos, entonces Él nos lo dará todo. Él es el dador de vida, perdón, salud, paz, provisión, crecimiento, etcétera.

Cuando Dios no tiene el corazón de una persona, pronto no tendrá nada de ésta. Pero cuando le entregamos nuestro corazón, luego podremos entregarle el resto. Ponernos de acuerdo con Dios es entrar en total armonía con Él y dejar que su poder sobrenatural venga a nuestra vida para hacer un cambio real y efectivo que nos lleve a una mejor perspectiva de las cosas, así como a un mejor futuro.

¡Caminemos con Dios, busquemos de su presencia y pongámonos de acuerdo con Él!



 







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