Espíritu Santo, Fuerza de Dios
Por: Margarita Gonzalez | Fuente: Catholic.Net

El Espíritu Santo es una fuerza que multiplica las acciones del hombre, tendientes a desarrollarse en libertad y en paz.
Es esa fuerza generadora de vida y voluntad que despierta en el hombre deseos de superar adversidades y llevar a cabo proezas que, viniendo del amor de Dios de darles sosiego y reposo a los hombres, envía su fuerza creadora y regeneradora en auxilio de la humanidad.
Este hecho sobrenatural es conocido como “querer de Dios” que dispone, en su bondad, los acontecimientos propios para dar a los hombres seguridad y responsabilidad en sus acciones y quereres, anticipando el deseo de libertad que es la obra mayor de la Creación.
Esa libertad inédita en el hombre que sucumbe ante acciones hostiles y les lleva a caminar distinto a los quereres de Dios, y es allí, donde el auxilio y la Providencia de Dios, esos Bienes Superiores, auxilian al hombre para advertirles del riesgo que ponen en sus acciones y pueden lastimar su seguridad y su integridad.
Dios envía Dones Espirituales que poseen fuerza y valor y aunados a la voluntad humana, hacen cambiar a mejor la situación de peligro y de muerte (mortandad), que son contrarios al querer de Dios.
El Espíritu Santo es una fuerza Creadora y regeneradora que auxilia a la humanidad, encauzándola por caminos de virtud y de bienestar, de sosiego y de paz.
Dios actúa siempre en favor de los hombres. Actúen ustedes como Dios y todo mejorará.
En el deseo de salir adelante en sus combates y luchas está siempre presente la fuerza y el poder de Dios en el Espíritu Santo que ya se os anticipó, formando seres espirituales superiores y ayudando a desarrollar vuestro amor en el querer y deseo de Dios de daros su bienestar.
Ayúdense mutuamente y el Espíritu Santo multiplicará vuestras acciones tendientes al Bien Común,
Amén
Vuestro Padre que mucho os ama, y desea conservar vuestro Amor.
(Desarrollaros en el Amor, Único Valor Universal y Eterno).
Vuestro Padre, Dios.


