Si estás completo, ¿cuál es tu pretexto?
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Por: Mónica Muñoz | Fuente: Catholic.net
Con tristeza vemos a diario en las noticias que nuestro país está cada día peor en muchos aspectos, y sin duda nos hemos preguntado por qué ha cambiado tanto de unos años para acá y de manera tan drástica, por ejemplo, ahora todos estamos con el temor de que nos roben, sin importar la hora del día o si estamos solos o acompañados, ya es igual, incluso si se trata de un lugar público, pues es casi seguro que nadie hará nada por ayudarnos. A
demás, si perdemos algo de valor, de manera automática entendemos que se ha extraviado definitivamente, pues aunque quien se lo encuentre sepa que el objeto tiene dueño, actúa con descaro diciendo que “lo que hay en México, es de los mexicanos”, apropiándose del bien ajeno.
Por eso no está de más recordar que somos víctimas de la pérdida del civismo o a civilidad, que, según el diccionario, se refiere al “comportamiento de la persona que cumple con sus deberes de ciudadano, respeta las leyes y contribuye así al funcionamiento correcto de la sociedad y al bienestar de los demás miembros de la comunidad”, por ello, “El civismo es un sistema relacionado con aquello que nos convierte en personas civilizadas”.
Es, por tanto, una virtud que reúne valores morales, que, para tranquilidad de los no creyentes, nada tienen que ver con la religión, sino con valores básicos de la democracia como la libertad de expresión, la participación, la solidaridad, el respeto y el diálogo. Como puede observarse, son desconocidos por un enorme número de personas en nuestra patria.
Por eso, resulta urgente mover las conciencias de los ciudadanos, para que desarrollen un pensamiento crítico y analicen lo que ocurre en la sociedad. Porque falta mucho para llegar a tener una democracia auténtica, basta recurrir a las cifras de los electores del pasado 1 de julio para constatarlo, pues según el INE, de 82 millones de empadronados, solamente 53 millones se acercaron a votar, y de esos, poco más de 22 millones lo hicieron por el candidato vencedor que será el próximo presidente de la República Mexicana, una cifra mínima para un país de 127 millones de habitantes.
¿Qué nos toca hacer para que la situación de México cambie?, como ya mencioné antes, hay que trabajar para que nuestros compatriotas desarrollen la habilidad de analizar los acontecimientos, que dejen de lado la desidia y busquen superarse, aprovechando sus talentos y dones. Venciendo la mentalidad del “ya merito”, que convierte a una persona virtualmente exitosa en conformista. Todos podemos ser personas de éxito, no importando nuestra condición socioeconómica. Porque el éxito no se trata nada más de tener dinero, sino de ser personas destacadas en nuestros ambientes, de ser útiles y dejar huella por el bien que hagamos a nuestros semejantes.
Para muestra, mencionaré sólo un caso. En la inmensidad de material que ofrece el internet, encontré una entrevista realizada a Mercedes, una mujer originaria de El Salvador, muy humilde, sumamente trabajadora, que, a pesar de no tener el apoyo de un esposo, había logrado darle carrera universitaria a sus cinco hijos, desempeñando honradamente su trabajo, dedicada a vender atole y chocolate.
Para ello, se levanta diariamente a las 4 de la mañana y labora sin descanso, porque para ella no existe la palabra “imposible”. Aparentemente, su situación no tiene nada de particular, porque ¿cuántas mujeres no trabajan y se esfuerzan para sacar a sus hijos adelante?, sin embargo, la condición de esta extraordinaria mujer es diferente, porque Mercedes no tiene manos, unos hombres la atacaron y se las cortaron a machetazos. Y a pesar de ello, cocina, barre, lava y hasta borda.
Honestamente, pensemos en la riqueza de la que somos poseedores. En esta vida, el que quiere triunfar debe estar dispuesto a sacrificarse, porque nada se nos da gratis, hay que trabajar con ahínco, sabedores de que al final, todos nuestros esfuerzos serán recompensados, pero hay que lograrlos dignamente, sin aprovecharnos de los demás, con honradez y responsabilidad, siendo puntuales, respetuosos de las leyes y las reglas, dando su lugar a cada persona y evitando confrontaciones. Sólo así lograremos que nuestro México verdaderamente cambie.
Y, pensando en Mercedes, pregunto, finalmente: si estás completo, ¿cuál es tu pretexto?
Que tengan una excelente semana.
Gracias a nuestra bienhechora Carolina González por su donativo, que hizo posible la publicación de este artículo
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