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Cristo Moreno de Pachacamilla

El Señor de los Milagros en Perú
Su procesión es una tradición peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más numerosa del mundo


Por: Varios | Fuente: www.deperu.com / www.arzobispadodelima.org / otros



El Señor de los Milagros es una imagen de Cristo en la Cruz, pintada en una pared de adobe ubicada en el Altar Mayor del Santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú), y venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del mundo.

Su procesión es una tradición peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más numerosa del mundo. La imagen original del Cristo muro fue pintada por un esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón o "Benito", según Raúl Porras Barrenechea. Posteriormente fueron añadidas las imágenes de Dios Padre, María y María Magdalena. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes, predominaba la gente negra. Podría estar relacionado, según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario al dios Pachacámac, tan solo por haber sido pintado en el Barrio de Pachacamilla en el centro de Lima.

Historia del Señor de los Milagros

En el siglo XVII, Lima contaba con una población de 35 mil habitantes, cantidad que se iba incrementando con la llegada de miles de personajes atraídos por la prosperidad y riqueza. Además, era común el tráfico de esclavos quienes llegaban procedentes de Africa Occidental, clasificados por castas: Congos, Mandingas, Caravelíes, Mondongos, Mozambiques, Terranovos, Minas y Angolas.

Precisamente, los angolas fueron llevados a la zona de Pachacamilla en 1651 y al estar instalados, se organizaron para construir sus cabañas o callejones divididos en habitaciones, en donde rendían culto a distintas imágenes o santos. Estos actos les recordaban su libertad y cantaban siempre en su lengua nativa. Ellos también se preocupaban por los enfermos, y que tuvieran un entierro decente.



Los negros angola eran el grupo más numerosos entre los esclavos negros, pero no eran muy valorados (eran los más baratos) porque eran considerados como pusilánimes, enfermizos y pocos propensos a la cristianización.

Un grupo de negros construyeron una cofradía en el barrio de Pachacamilla, llamado así porque habitaron allí unos indígenas de la zona prehispánica de Pachacamac. En una de sus paredes de adobes, un negro angoleño, bajo inspiración divina, plasmó en 1651 la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al templo en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío y con un acabado imperfecto. El esclavo angoleño no tuvo estudios de pintura y ejecutó la obra por su propia fe y devoción a Cristo.

El 13 de noviembre de 1655, a las 14:45 horas, un fuerte terremoto estremeció Lima y Callao, derrumbando templos, mansiones y las viviendas más frágiles, generando miles de víctimas mortales y damnificados. El temblor, afectó también la zona de Pachacamilla, donde todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron menos una: el débil muro de adobe donde estaba la imagen de Cristo, quedó intacto y sin ningún daño. Fue el primer milagro.

Tras ese milagro, se efectuaron reuniones para venerar la imagen los viernes por la noche. Los pobladores llevaban flores, perfumaban el ambiente, entonaban plegarias y con el correr del tiempo fue aumentando la peregrinación. Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San Sebastián, José Laureano de Mena, hace de conocimiento al entonces Virrey Conde de Lemos, Don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos

El virrey mandó al promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, quien verificó la existencia de la imagen de Cristo Crucificado. Dictaminó que se borrase la imagen entre los días 6 y 13 de septiembre de 1671. El primero en intentarlo fue un pintor indio, quien al momento de subir por la escalera, sintió temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido para proseguir luego con su tarea. Pero fue tal su impresión que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar.



El segundo hombre se acercó a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde.

Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la población manifestó su disgusto y comenzó a protestar. Por ello, el Virrey y el Vicario del Arzobispado, decidieron revocar la orden y el Vicario autorizó su culto. Tras una visita del Virrey, se dispuso el levantamiento de una ermita provisional y el 14 de septiembre se celebró la primera misa oficial en la ermita.

El 20 de octubre de 1687, otro violento terremoto arrasó con Lima y el Callao, derribando la ermita edificada en honor al Cristo. Pero como sucedió anteriormente, la imagen del Señor quedó en pie, por lo que se ordenó la confección de una copia al óleo y que saliera por primera vez en andas por las calles de Pachacamilla.

La procesión del Señor de los Milagros

Cada año la procesión del Señor de los Milagros se hace más grande y hermosa. Las andas viejas se han remplazado por andas de plata, las cuales tienen en el monasterio una sala donde se guardan bajo el cuidado de un personal especial.

La primera procesión del Cristo de Pachacamilla ocurrió en 1687, cuando otro terremoto sacudió a Lima nuevamente y, como ya se dijo, Sebastián de Antuñano mandó a hacer en lienzo una copia del Cristo que figuraba en el muro y lo sacó en procesión a recorrer las calles de la ciudad. Es el que sale en procesión en nuestros días. Este lienzo fue restaurado el año 1991 por los especialistas del Museo Pedro de Osma.

La procesión del Señor de los Milagros se realiza tradicionalmente en el mes de octubre. Sale en procesión desde el Monasterio de las Nazarenas el primer Sábado de Octubre rumbo a la Catedral de Lima y esta vez regresa al Santuario de las Nazarenas al día siguiente.

Posteriormente el Cristo de Pachacamilla recorre la ciudad de Lima los días 18, 19 y 28 de Octubre.

Finalmente su último recorrido procesional se realiza el 1 de noviembre en el que la imagen sale del Santuario de las Nazarenas e ingresa al Monasterio hasta el próximo año.

El terremoto y maremoto de 1746

El 28 de octubre de 1746 el día en que se registró el peor terremoto ocurrido en Lima, Callao fue destruido por un maremoto, siendo virrey del Perú el conde de Superunda, don José Manso de Velasco fue así como la imagen tomó la costumbre de salir el 28 de octubre, visitando calles, templos, monasterios y hasta ramadas.

En realidad son dos imágenes las que salen en procesión cada mes de octubre: una, el lienzo con la copia del Crucificado del muro, y otra, la de la Virgen de la Nube, devoción ecuatoriana que la madre Antonia trajo al Perú.

Las andas de plata del Señor de los Milagros son llevadas por 32 miembros de la Hermandad de Cargadores del Señor y tienen un soporte de madera de roble. Solamente en plata su peso es de 450 kilos. Los cargadores obedecen a su capataz general y a un subcapataz y están organizados en cuadrillas, cada una con su propio jefe. También hay una hermandad de sahumadoras, las cuales portan antiguos y ricos sahumadores de plata; y una de cantoras; finalmente hay un martillero que da la orden de detenerse y de continuar la marcha de la procesión. Todas estas personas visten de color morado.

La anda sale de su sala especial en el monasterio de las Nazarenas por la puerta grande que da a la avenida Tacna e ingresan al templo. Allí la imagen recibe el saludo y el amor de miles de devotos.

Proclamación del Señor de los Milagros como Patrón de todos los peruanos

El 15 de octubre de 2005, el Vaticano en coordinación con el Arzobispado de Lima, designó por unanimidad nombrar al Señor de los Milagros como Patrón de los Peruanos Residentes e Inmigrantes, ya que cuando comenzaron a emigrar a otros países, éstos continuaron con el culto en múltiples ciudades del mundo, también durante el mes de octubre. Así, hay decenas de ciudades importantes donde se lleva a cabo esta procesión, la misma que comienza a ser reconocida internacionalmente y en muchos casos, auspiciada oficialmente por diversas autoridades locales.

 







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