El papel de un Formador de formadores es básico en toda sociedad, puesto que de sus capacidades para transmitir conocimientos y valores dependerá el futuro del conjunto de individuos. Por eso hay una serie de competencias que son indispensables para el correcto desarrollo de su labor.

Antes de poder transmitir conocimientos y competencias  a otros formadores, el Formador de formadores necesita tenerlas perfectamente incorporadas él mismo. De esta forma, estará más capacitado para la creación de futuros formadores mejor instruidos y con mejores habilidades comunicativas y formativas.

A través de este diplomado se brindarán herramientas a formadores que quieran mejorar sus habilidades en su tarea de formación, desde una perspectiva integral.

Decálogo de un formador:

1.       Planificar y organizar situaciones o problemas para aprender o intervenir juntos, investigando o aportando soluciones creativas todos y cada uno de los miembros de la empresa o equipo.

2.       Trabajar en equipo en un ambiente con buen clima. Con distintas técnicas y guiando en la resolución de conflictos

3.      Evaluar en grupo como fórmula de progreso, incluso aprovechando las enseñanzas de los errores.

4.      Buen comunicador y facilitador del aprendizaje de estas técnicas.

5.      Ser sensible a las necesidades y limitaciones de los trabajadores y potenciar sus puntos fuertes, para impulsar sus carreras profesionales y/o sus aprendizajes

6.      Líder con autoridad y asertividad

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7.      Colaborar con los directivos críticamente, aunque sin acritud

8.      Utilizar las nuevas tecnologías para mejorar la comunicación entre todos y la elaboración del conocimiento conjunto

9.      Afrontar la ética y los deberes de la profesión

10.   Continuar formándose

(Adaptación de Perrenoud, P. “Diez nuevas competencias para enseñar” http://revistas.um.es/index.php/educatio/article/viewFile/127/111 )