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El arte del perdón en el matrimonio.
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El perdón: herramienta esencial


Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net



En ocasiones cuando la pareja emprende su camino esponsal, no le da tanta importancia a esta herramienta del perdón, Herramienta esencial en el transcurso de su danza de amor.  Imaginan que su amor será suficiente para tocar eternamente su melodía esponsal.

Sin embargo más pronto que tarde surgen las ofensas, que erosionan, lastiman, dañan al ser amado. Estas acciones son  producto de la fragilidad que conlleva todo ser humano. En ocasiones son pequeñas ofensas que se perdonan fácilmente, sin afectar la marcha de la relación, sin afectar su tema musical.

Sin embargo hay ofensas mayores  de agresión, daño psicológico,  moral, emocional, físico. Ante estos agravios  la respuesta natural es de ira, defensa, odio, venganza, impotencia, desesperación. Estos sentimientos  se convierten en resentimiento, es decir en veneno para la persona ofendida.

Ante este panorama hay un Maestro un Director de orquesta que nos puede ayudar a sacar nuestros propios recursos y lograr tocar esa melodía extraordinaria del perdón.

Además conviene recordar que el perdón no es un beneficio solo para el agresor, sino principalmente para la persona ofendida que decide no atarse a las cadenas, a la prisión que lo ligan con su agresor, y le quitan su libertad, su paz, incluso su salud mental,  física, emocional (manifestada en angustia, depresión, ansiedad).



Quién nos puede ayudar a interpretar con éxito esta complicada melodía del perdón. Tenemos el mejor Maestro. Maestro que tiene en su esencia el amor, el perdón, la misericordia sin límites, ya que es Todopoderoso, Infinito, Eterno.

Este gran Maestro es el único capaz de sacar de cada persona si nos disponemos. Lo mejor de nosotros.  Esa grandeza del ser humano la logra hacer surgir tanto en el ofendido como  en el ofensor. Sólo Él puede transformarlo todo. Ya que Él sabe hacer nuevas todas las cosas.

Dejemos nuestra terquedad, nuestra dureza y permitamos que Jesús imprima su sello.
Sigamos  sus instrucciones, para imprimir la dinámica, la velocidad, el tono, el ritmo, el compás, el volumen, los cambios de intensidad,( piano –forte), suave- fuerte. Que logren la armonía y éxito de esta gran obra.

Preparémonos para entrar en esta obra musical;

Por parte del ofendido:



Seguir la instrucción de separar la ofensa del ofensor. Rescatando así la dignidad y grandeza que tiene como ser humano.
Imitar al Maestro dando un perdón gratuito. Teniendo en cuenta que a nosotros como personas nos implica voluntad y esfuerzo.

El Maestro también nos pide reconocer, trabajar y superar los propios sentimientos negativos. Renunciar al deseo de venganza que provocaría una lucha interminable en la que se cambian constantemente el papel de agresor- agredido, siguiendo una espiral interminable en la que la pareja termina dañándose continuamente, y afectando el núcleo familiar.

El Maestro nos pide y nos otorga como don la capacidad de amor, de misericordia. La posibilidad de ir mas allá de lo que el otro merece esto implica un corazón nuevo y  el poder brindar al compañero(a) la posibilidad de cambiar al sentirse amado.

El Maestro también nos pide empatía, con el fin de suavizar la melodía.  Ponerse en el lugar del otro y hacer, lo que te gustaría que hiciera tu esposo (a) si estuvieras en su lugar.

Una instrucción que esta en la base de la melodía es la Humildad para no hacer sentir mal al otro con posturas de superioridad. Sino por el contario nos lleva a tomar conciencia de la propia fragilidad.

Por parte del agresor:

Si el agresor tiene una conducta narcisista, egocéntrica, cerrada al cambio, no hay mucho que hacer.

Sin embargo el comportamiento del agresor  puede facilitar la belleza y armonía de la obra. Ya que puede  colaborar en la reconstrucción de la relación.

El agresor esta invitado a repasar la partitura es decir reconocer  su culpa y manifestar  su dolor y arrepentimiento por haber causado daño.

Siguiendo las instrucciones del Maestro. Buscará el equilibrio y unidad musical. Asumiendo su  responsabilidad y compromiso pidiendo un sentido perdón y ofreciendo acciones concretas para no repetir la ofensa y reparar el daño causado.

Dejarse persuadir por el Maestro que le dice que cada persona tiene sus tiempos para que se restablezca  la relación, que es necesario respetarlos.

Entender que todo esto suaviza la postura del ofendido y ayuda a llevar a cabo el proceso de perdón y la reestructuración de la relación.

Muchas veces también escuchamos la insinuación del Maestro de buscar ayuda espiritual o psicoterapéutica para seguir cantando la melodía esponsal.

También nos sugiere que reflexionemos en los acontecimientos pasados, que saquemos las enseñanzas pertinentes para continuar en una armonía más sana, dinámica, armoniosa.

Sin duda con semejante Director de Orquesta, lograremos reconstruir con mayor solidez, belleza, armonía esa obra que tanto anhelamos y nos hace tanto bien  primero a nivel de pareja, impactando positivamente el núcleo familiar y social.
 

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Artículo patrocinado.

Gracias a nuestro bienhechor Antonio Hernandez Perez por su donativo, que hizo posible la publicación de este artículo

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